Abrigos del Tozal de Mallata, ermita San Martín y fuente de Lecina, desde estacionamiento La Portiacha
near Lecina, Aragón (España)
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Trail photos
Itinerary description
Se parte del estacionamiento llamado "Aparcamiento del Portiacha", punto desde el que se accedería al espectacular y corto barranco de La Portiacha.
En nuestro caso, no tenemos que hacer el barranco sino que iremos por una buena senda.
Desde la zona de aparcamiento, nos dirigimos en primer lugar al llamado "Mirador del Vero", un espectacular punto desde el cual se puede ver enfrente el recorrido casi íntegro que realizaremos. Es un punto desde el cual las vistas son para quitar el hipo, no tanto por lo vertiginosas sino por lo paisajístico.
Retrocedemos hasta donde teníamos el coche para tomar la senda indicada al Tozal de Mallata, hay un par de paneles informativos.
La senda desciende un poquito y luego asciende suavemente hacia el llamado "punto de encuentro" que es el sitio donde suele esperar el/la guía que acompaña a los grupos de visitantes a las pinturas rupestres de las proximidades.
Desde la intersección se gira a derecha para seguir la senda que de nuevo se divide en dos: por la derecha vamos a los abrigos del Tozal de Mallata, muy bonitos y accesibles mediante unas grandes escaleras metálicas. Son tres abrigos, uno de ellos queda debajo de la senda y es menos accesible por lo que no lo visitamos. Los otros dos sí los vimos porque tienen pinturas muy representativas y hermosas, si bien las verjas impiden en el primero poder ver la mayor parte de las pinturas rupestres.
Retrocedemos hasta el cruce de sendas (wp05) para tomar la que antes dejamos, es un sendero limpio, ancho y cómodo que desciende sin cesar hasta el mismo cauce del río Vero. Es un recorrido a la sombra y espectacular.
Llegados al río tendremos que descalzarnos, ya que aunque no lo parezca, el agua nos llegará a la rodilla. Es muy recomendable llevar chanclas de agua de las de atar, ya que en esas condiciones podremos seguir andando un rato y cruzar un par de veces más el río.
Poco después de cruzar el Vero encontraremos por la izquierda una sendita que nos lleva en apenas 100 m. a la ermita de San Martín de Lecina. Destaca este edificio religioso por el curioso y hermoso empedrado con cantos rodados en su interior, formando un rosetón y otras figuras.
Regresamos a la senda del cauce para ascender el curso del agua, que bordeamos pero es inevitable cruzar más veces. Justo después de éste tercer vadeo hay un poste indicador: el Camino de las Escaleretas de Lecina, una senda que hace pocos años era una auténtica aventura tanto por la vegetación que impedía andar con comodidad, como por las dificultosas paredes, covachos y pasos aéreos que hacían de este lugar una auténtica y emocionante aventura, no carente de cierto riesgo.
Hoy no hacemos este sendero que está completamente equipado de innumerables sirgas, peldaños y pasarelas.
Seguimos cauce arriba pasando el río Vero, como se cruza unas cuantas veces (siete veces lo pasé, obligatorias seis) es mejor no quitarse las chanclas.
El entorno es maravilloso, en el sexto vadeo el cauce parece imposible de atravesar pero en realidad existe una cuerda que permite trepar a una repisa superior (y que hace el recorrido más emocionante).
Llegamos al Molino de Lecina (ruinas) donde crucé el río (ida y vuelta) para hacer fotos desde la margen contraria. Es un lugar de privilegiado entorno donde no vamos a pasar nada de calor porque está casi todo a la sombra y además te mojas varias veces.
Desde le Molino me acerqué a ver la presa de la cual se abastecía y el canal construido para el trasporte del agua hasta el molino.
Retrocedemos unos metros para salkir del cañón, avanzando hacia el aforador del Vero. Antes de marchar haremos una visita breve a la Fuente de Lecina (manantial que brota de debajo de la tierra, es espectacular cuando tiene buen caudal) y regresaremos al paso sobre el cauce.
Me permití un refrescante baño en las frías aguas y ya por sendero ascenderemos los últimos repechos hasta el estacionamiento.
En nuestro caso, no tenemos que hacer el barranco sino que iremos por una buena senda.
Desde la zona de aparcamiento, nos dirigimos en primer lugar al llamado "Mirador del Vero", un espectacular punto desde el cual se puede ver enfrente el recorrido casi íntegro que realizaremos. Es un punto desde el cual las vistas son para quitar el hipo, no tanto por lo vertiginosas sino por lo paisajístico.
Retrocedemos hasta donde teníamos el coche para tomar la senda indicada al Tozal de Mallata, hay un par de paneles informativos.
La senda desciende un poquito y luego asciende suavemente hacia el llamado "punto de encuentro" que es el sitio donde suele esperar el/la guía que acompaña a los grupos de visitantes a las pinturas rupestres de las proximidades.
Desde la intersección se gira a derecha para seguir la senda que de nuevo se divide en dos: por la derecha vamos a los abrigos del Tozal de Mallata, muy bonitos y accesibles mediante unas grandes escaleras metálicas. Son tres abrigos, uno de ellos queda debajo de la senda y es menos accesible por lo que no lo visitamos. Los otros dos sí los vimos porque tienen pinturas muy representativas y hermosas, si bien las verjas impiden en el primero poder ver la mayor parte de las pinturas rupestres.
Retrocedemos hasta el cruce de sendas (wp05) para tomar la que antes dejamos, es un sendero limpio, ancho y cómodo que desciende sin cesar hasta el mismo cauce del río Vero. Es un recorrido a la sombra y espectacular.
Llegados al río tendremos que descalzarnos, ya que aunque no lo parezca, el agua nos llegará a la rodilla. Es muy recomendable llevar chanclas de agua de las de atar, ya que en esas condiciones podremos seguir andando un rato y cruzar un par de veces más el río.
Poco después de cruzar el Vero encontraremos por la izquierda una sendita que nos lleva en apenas 100 m. a la ermita de San Martín de Lecina. Destaca este edificio religioso por el curioso y hermoso empedrado con cantos rodados en su interior, formando un rosetón y otras figuras.
Regresamos a la senda del cauce para ascender el curso del agua, que bordeamos pero es inevitable cruzar más veces. Justo después de éste tercer vadeo hay un poste indicador: el Camino de las Escaleretas de Lecina, una senda que hace pocos años era una auténtica aventura tanto por la vegetación que impedía andar con comodidad, como por las dificultosas paredes, covachos y pasos aéreos que hacían de este lugar una auténtica y emocionante aventura, no carente de cierto riesgo.
Hoy no hacemos este sendero que está completamente equipado de innumerables sirgas, peldaños y pasarelas.
Seguimos cauce arriba pasando el río Vero, como se cruza unas cuantas veces (siete veces lo pasé, obligatorias seis) es mejor no quitarse las chanclas.
El entorno es maravilloso, en el sexto vadeo el cauce parece imposible de atravesar pero en realidad existe una cuerda que permite trepar a una repisa superior (y que hace el recorrido más emocionante).
Llegamos al Molino de Lecina (ruinas) donde crucé el río (ida y vuelta) para hacer fotos desde la margen contraria. Es un lugar de privilegiado entorno donde no vamos a pasar nada de calor porque está casi todo a la sombra y además te mojas varias veces.
Desde le Molino me acerqué a ver la presa de la cual se abastecía y el canal construido para el trasporte del agua hasta el molino.
Retrocedemos unos metros para salkir del cañón, avanzando hacia el aforador del Vero. Antes de marchar haremos una visita breve a la Fuente de Lecina (manantial que brota de debajo de la tierra, es espectacular cuando tiene buen caudal) y regresaremos al paso sobre el cauce.
Me permití un refrescante baño en las frías aguas y ya por sendero ascenderemos los últimos repechos hasta el estacionamiento.
Waypoints
Intersection
2,034 ft
19 Sendero escape del Vero
River
2,128 ft
20 Río Vero, vadeo 6º , paso con cuerda
Lugar impresionante en el curso del cañón del Vero
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