Acceso a los cañones del Górgora

Montealegre atesora el recuerdo de la Vía Nova, la calzada que discurría entre Braga y Astorga y del duro trabajo de las minas de carbón. La ruta se inicia en la pista que lleva al polideportivo, desde donde se toma un antiguo camino carretero que, entre las encinas y robles instalados sobre soleadas laderas, accede al paraje de Valdecouso, un importante soto de castaños que ofrece, llegado el otoño, sus apetecibles frutos las castañas.

Poco a poco la senda se estrecha y salva el desnivel entre el anterior paraje y el arroyo de Mostruelo, también conocido como el arroyo del Góngora, en referencia al sonido que hace el agua al brotar. Robles, encinas y castaños, dan paso lentamente a una exuberante vegetación favorecida por la humedad y la umbría del angosto cauce del arroyo, que discurre encañonado entre la roca cuarcítica. Helechos, musgos y líquenes querenciosos de agua tapizan el suelo, las piedras que salpica el arroyo y los troncos de los árboles. Al ambiente misterioso y sombrío que se respira, acompaña el rústico puente de madera que salva el arroyo y la Leyenda de las Górgonas, que refiere topónimos como Peña Infierna o Pozo de la Góngora.

Una vez alcanzado el peculiar puente de madera, se puede ascender hasta una cascada a 60 metros y descender arroyo abajo, o ascender por unas empinadas cuestas hasta el valle del arroyo de los Prados. La ruta continua por ese valle donde se puede visitar la "Cueva del Moro" si no se tiene miedo a las arañas y los murciélagos y también en una mina de oro de tiempos de los romanos con más de cien metros de longitud, aunque bastante incómodos ya que hay que entra en cuclillas. Se desciende de nuevo al arroyo y mediante cuerdas se descienden por peñas escarpadas.

Este último tramo no está incluido en esta ruta.