Acequia de los Hechos- Laguna del Carnero. Parque Nacional y Natural de Sierra Nevada. Granada.

En esta ruta caminaremos por el curso de la Acequia de Los Hechos hasta la toma del Río Dúrcal, muy cercana a su nacimiento y ascenderemos a la Laguna del Carnero de origen glaciar. El desnivel acumulado tanto subiendo como bajando es de 548 m. y no el indicado.

Para llegar al comienzo de esta ruta desde Nigüelas, tendremos que hacer 16,5 km de carril de montaña con un todo terreno, pues el carril suele estar con bastantes barranqueras y un turismo no pasaría. Para ello podéis seguir el siguiente track: https://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=17610815

En el todoterreno pasaremos por el Cortijo de Echevarría, después de pasar por varios cortijos más, llegaremos a una cancela; la abriremos, pasaremos con el coche y no olvidaremos cerrarla para que el ganado no se escape. Finalmente llagaremos a una era donde aparcaremos y este será el punto de inicio de la ruta de senderismo. A muy pocos metros, encontraremos la Acequia de Los hechos al descubierto, con una gran cascada. Ascenderemos en paralelo a la acequia con un pronunciado desnivel. Después este desnivel se suaviza.

La acequia de Los Hechos es una construcción árabe de unos 700 años de antigüedad, comienza a 2,500 m. de altitud y se utilizaba para llevar el agua desde cerca del nacimiento del río Dúrcal, por la ladera del cerro del Caballo, a la del río Torrente, para regar primero la vega de Nigüelas y pasar después a la de Dúrcal, por la acequia de la Moranja. Hoy existe en el término de Nigüelas una central eléctrica, aprovechando el desnivel tan grande de esta acequia.

Crea un ecosistema propio a lo largo de todo su curso y a la vez carga todos los acuíferos por debajo de donde trascurre. Por ello influye en el ecosistema de toda la parte de la sierra de Dúrcal, por debajo de dicha acequia.

En las cumbres nevadenses, a más de 2.000 metros de altitud, en los pisos oromediterráneo y crioromediterráneo se desarrollan unos pastizales húmedos que estan cubiertos de nieve una gran parte del año y representan uno de los ecosistemas más frágiles y exclusivos del macizo montañoso, conocidos como "borreguiles" situado en el sureste ibérico.

Los pastizales de las altas cumbres muestran en pleno verano el verdor de la primavera, son territorios frágiles que evolucionan en función del deshielo.

Potentillas, ranúnculos, estrellas de las nieves, pingüícolas, gentianas, Artemisa Nevadensis, Siemprevivas y otras especies que habitan cotas superiores a 2.000 metros de altitud viven en Sierra Nevada su particular y cortísima primavera. No hacen entre abril y mayo, sino en pleno verano. Agosto aún es tiempo de floración para algunas de las que crecen en los borreguiles y pastizales húmedos y secos de las montañas nevadenses, donde las estaciones empiezan y acaban cada año en función de cómo se produzca el deshielo.

El verde aún luce en los borreguiles, y a pesar de que en agosto empiezan a amarillear, son un hervidero de vida, un hábitat en el que decenas de especies de flora y fauna aprovechan, para crecer y reproducirse, el poco tiempo que la dinámica nival les ofrece como tregua. (...)Albergan una gran biodiversidad vegetal y es el hábitat de gran parte de los endemismos nevadenses. Sus características físicas y biológicas los convierten en un libro abierto en el que se conserva la historia de las especies que han vivido en él.

Además constituyen un espacio de especial atención para visitantes y amantes de la naturaleza. El frágil equilibrio se ve seriamente amenazado por el exceso de ganadería y la consiguiente nitrificación de sus suelos.

Casi en la totalidad de la ruta seguiremos el cauce de la Acequia de Los Hechos, teniendo cuidado de no pisar más de lo necesario. El rumor del agua nos hipnotiza como pasa con las llamas del fuego. La acequia emite múltiples sonoridades; a veces tímidas, titilantes y vergonzosas en los tramos más llanos; y otras potentes, tumultuosas y atronadoras, donde hay más desnivel.

Nos sorprende ese minúsculo ecosistema de plantas, insectos, agua… incesantemente paramos para hacer fotos; todo es espectacular e impresionante.

Durante el recorrido pasaremos en primer lugar por el Barranco del Caballo que está junto a la cascada; caminaremos por la Dehesa de Dúrcal o de Teatinos, pasando por el Barranco de Los Sauces. En cada uno de estos barrancos la acequia se va recargando de aguas cristalinas y heladas procedentes del deshielo. Veremos a la izquierda las Ruinas del Puesto de Ramirez; antiguo asentamiento donde se sembraba centeno y unas de las mejores patatas de la provincia. También era utilizado por pastores. Enclave ubicado a más de 2.250 mtros.

Siempre admirados por la maestria inigualable de los constructores de esta acequia, pasaremos por una pequeña laguna que se ha producido por una ruptura en la acequia por el corrimiento de tierras. Para arreglarlo se ha entubado un pequeño tramo. Aquí nos llama la atención una especie de jacuzzi de aguas heladas solo apto para valientes, que se ha generado al entubar.

Tras pasar el Barranco de Las Pedrizas llegaremos al paraje conocido como Prado Escondido de singular belleza. A continuación bordearemos la loma de las Particiones para dirigirnos al final de la acequia; La Toma de agua del Río Dúrcal que nace un poco más arriba.

El Nacimiento del Río Dúrcal se encuentra en un circo glaciar al pie de los Tajos Altos y el Tozal del Cartujo. La Laguna del Carnero genera un arroyo afluente y paralelo al mismo nacimiento. Está ubicada en el mismo circo glaciar.

El valle que se extiende por una longitud de unos dos kilómetros, comprende el área de un antiguo glaciar y tiene forma de U.

Desde la Toma de la acequia nos dirigiremos a la Laguna del Carnero, del Cabrero o del Puesto del Cura. No hay sendero marcado, tendremos que subir “cortando trocha” con un desnivel muy considerable (para hacer un poco de cardio) 200 m. de desnivel en un kilómetro. Pero merece la pena.

La laguna, casi desaparecida por un aluvión de rocas, es un paraje espectacular; con un agua cristalina y gélida, bordeada por una pared de nieve que muere en la orilla de la laguna. En su fondo y alrededores se encuentra limo del Desierto del Sahara que arrastra el viento y es depositado durante millones de años; dándole una belleza impresionante al reflejo en sus aguas transparentes.

Las panorámicas son de ensueño; en este punto y durante todo el recorrido hemos disfrutado de una vistas espectaculares: Los Alayos de Dílar, El Trevenque, , El Veleta, El Tozal del Cartujo, El Caballo, El Valle del Río Dúrcal, La Vega de Granada, El mar Mediterráneo, incluso en un día claro se ve África.

Desde la Laguna nace un borreguil a modo de arroyo que seguiremos en descenso, pasando por el Puesto del Cura, una gran roca a modo de púlpito que se encuentra en el Prado del Cabrero. Este prado está repleto de plantas y flores con numerosas vacas por doquier, andar por el es un placer porque el terreno esta blandito. Este tramo todavía tiene restos de nieve, formando unos túneles muy bonitos sobre el borreguil.

Con respecto a la fauna hemos visto numerosas variedades de escarabajos, mariposas, caballos, bandadas de córvidos, rebaños de vacas y una veintena de cabras montesas con un par de machos con un porte magnífico.

Como anécdota al coger un escarabajo “granadino”( con sus colores verde y rojo) excretó en el dedo una sustancia marrón con un olor fortísimo parecido al alcanfor y que no había forma de quitarse aun lavándose; imaginamos que será una forma de defensa. Hubo cachondeo con la peste del escarabajo y donde había metido el dedo.
Es un coleóptero de la gran familia de los carábidos, de tamaño mediano (10,5-15 mm) con élitros, (alas anteriores endurecidas que protegen las alas posteriores voladoras), de puntuación marcada y de color verde metálico. El pronoto y la cabeza son de color rojo cobrizo-granate. La coloración de Dinodes (Iberodinodes) baeticus, nombre científico de esta especie, es una excepción entre los escarabajos que viven en las zonas montañosas que suelen tener colores negros o grises para absorber rápidamente el calor en los días soleados.

Detalle histórico: Existió un pleito sobre la propiedad de la acequia de los Hechos interpuesto por el lugar de Nigüelas contra el de Dúrcal en 1750, supone el punto final de un extenso proceso judicial mantenido entre ambos lugares sobre el uso compartido del agua de la mencionada acequia. desde un primer litigio fechado en 1739, fallado a favor de Dúrcal, el concejo de Nigüelas consideró que el derecho sobre las aguas que poseía Dúrcal para el uso del agua de la acequia de Nigüelas, se basaba en el aporte que se hacía a la Acequia del Torrente desde la cuenca del río de Dúrcal a través dicha acequia de los Hechos o de la Alfaguara. Toda vez que el concejo de Dúrcal se desentiende del mantenimiento de la acequia y deja de estar operativa, impidiendo además que sea reparada, surge la demanda de Nigüelas para que se le niegue dicho derecho de riego mientras no ponga en uso.