Acequia Real de la Alhambra- Dehesa del Generalife- Llano de la Perdiz- Cerro del Sol- Minas de Oro. Granada.
near Realejo-San Matías, Andalucía (España)
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Itinerary description
Desde el aparcamiento gratuito que hay junto al cementerio de Granada, nos dirigiremos en suave ascenso, pasando por el Baño de las Damas, hasta la Silla del Moro o Castillo de Santa Elena.
La llamada Silla del Moro, fue una construcción de vigilancia y protección para el Generalife y las huertas, en un sector tan importante para la distribución del agua de la Acequia Real a toda la Alhambra.
Debió tener el conjunto un carácter militar, para defender las fincas que aparecían bastante vulnerables a los posibles ataques enemigos. La perspectiva que se divisa a su alrededor pone de manifiesto el papel estratégico de su localización, como lo confirma en el transcurrir de los siglos, por ejemplo, que también fue utilizado por el ejército francés de ocupación.
La denominación de Santa Elena se debe a su consagración como iglesia, desconociéndose su nomenclatura árabe, pues no aparece en la relación de fincas pertenecientes al sultán granadino, siendo difícil su atribución.
Desde este altozano podemos disfrutar de unas inigualables y poco convencionales vistas de Granada. Esta bella panorámica es toda una explosión de contrastes.
La cuenca del río Darro insinúa su recorrido hacia la ciudad de la Alhambra, mientras sus aguas se distribuían por las históricas acequias de los caminos. En las laderas, lugares tan emblemáticos como la Abadía del Sacromonte, el cerro de San Miguel o los tan representativos barrios del Albaicín y el Sacromonte, se intercalan con pequeñas huertas y cortijos ajenos al mundanal ruido de la urbe.
Tras la Silla del Moro tomaremos un sendero a la izquierda que discurre por un pinar y que nos emplazará en una cascada que en forma de aliviadero expulsa las aguas sobrantes de la Acequia Real de la Alhambra; arteria principal del sofisticado sistema hidráulico permitiendo la presencia permanente del agua en la ciudad palatina
No cabe explicarse la existencia de la Alhambra sin valorar el elemento que le dio razón de ser que es el agua. Sin él, nada de lo que fue y continúa siendo la Alhambra, hubiera sido posible.
Y el agua llegó a esta colina gracias a un sofisticado e inteligente sistema hidráulico que permitía la captación de la misma desde el río Darro y su distribución a través de la Acequia Real, como arteria principal y una red secundaria de acequias menores que ayudada por norias y depósitos hicieron posible la transformación de estas tierras en un rico y habitable vergel. El mismo sistema que le permitió concebir sus palacios y jardines con una presencia permanente, tanto visual como sonora, con recursos formales de enorme belleza y simbolismo y que hizo posible la vida en esta ciudad palatina.
Actualmente la Acequia Real de la Alhambra toma las aguas del río Darro y discurre con la pendiente necesaria, por la umbría de la Dehesa del Generalife mediante túneles. El único testigo evidente son las galerías construidas para extraer los materiales y para mantener el túnel y que nosotros hemos denominado como registros; y sólo en un punto es observable la acequia como tal al descubierto.
El sendero discurre por un pequeño sendero que llanea por la ladera de la Dehesa del Generalife, con unas vistas formidables y con una vegetación que en primavera está repleta de flores.
Aquí podrá disfrutar de uno de los escasos encinares que aún se conservan próximos a la ciudad de Granada, y que, más arriba (ya en la zona de la umbría), dará pasado a un interesante bosque de quejigos, entremezclados con algunos pies de avellano y fresno. Este es un lugar ideal para descansar en días calurosos y escuchar el canto de los pájaros que habitan en este reducto de vegetación mediterránea.
La ladera del Cerro del Sol es un espacio natural en el que el paso de la acequia ha generado un ecosistema en el que habitan densas poblaciones de aves que aprovechan el agua. Es fácil ver y oír currucas capirotadas, lavanderas, mosquiteros y aves forestales que acuden a beber desde los bosques de la colina. El cauce es también hábitat de anfibios. Cada primavera y verano se llenan de larvas de ranas y sapos. La Acequia Real y sus caminos, son también senderos por los que se aventuran zorros, jinetas, garduñas, e incluso jabalíes, que en su búsqueda de comida, lo utilizan como eje para acercarse a parajes frecuentados por el hombre.
Tras un desvío a la derecha, comenzaremos con un intenso y zigzagueante ascenso hasta el Llano de la Perdiz. El Llano de La Perdiz es un lugar ideal para pasar un día de campo muy cerca de la capital granadina, y disfrutar de familia o con los amigos. Forma parte de la Dehesa del Generalife, declarado parque periurbano y espacio natural protegido de Andalucía.
Atravesaremos el Llano de la Perdiz y tras pasar el Barranco de las Tinajas, llegaremos a una cancela abierta donde comienza en Camino del Barranco del Abogado que en descenso nos conducirá hasta el Canal de los Franceses. El Canal de los Franceses fue una ingeniosa estructura que se gestó durante los años de la “fiebre del oro”, y sirvió para llevar agua desde el río Aguas Blancas hasta las explotaciones mineras del Cerro del Sol. La obra se proyectó a finales del siglo XIX.
Pero se sabe que las Minas de oro de Lancha del Genil en el Cerro del Sol, ya eran explotadas desde tiempos romanos y árabes, y que por lo tanto, ya existían restos de canales de aquella época.
Seguiremos nuestra ruta por la otra ladera del Cerro del Sol, pasando por una urbanización del mismo nombre que pertenece a Cenes de la Vega. Después de pasar la urbanización nos desviaremos por un camino de tierra que se dirige a las inmediaciones de unos yacimientos auríferos romanos. Las entrañas del Cerro del Sol guardan aún valiosas vetas auríferas que buscaron romanos, árabes y franceses
Las tierras rojas entre el Darro y el Genil, muestran las marcas trazadas por los mineros que extrajeron el oro para Roma y forjaron coronas para reinas y poetas. Ilíberis, la Granada romana, era uno de los centros mineros más productivos de Hispania. Los romanos sabían que las estructuras geológicas de conglomerados de aluvión procedentes de la formación de Sierra Nevada, eran contenedores de metales, entre ellos, hierro, cobre, plata y oro.
El sistema de ‘ruina montium’, consistente en disgregar el monte a base de agua a presión que hacía explotar la tierra, dejó enormes heridas en la colina de la Alhambra, en las paredes y gargantas de la cara sur del Cerro del Sol, la montaña del oro, Una actividad que repitieron los árabes, prohibieron los cristianos y recuperaron los franceses del siglo XIX, para ser definitivamente enterrada en el olvido de los tiempos.
Al recorrer los caminos es posible apreciar como el paisaje presenta grandes cortados arcillosos que descansan en barranqueras de difícil trazado, por las que la tierra llega a desplazarse por sí misma y crear extrañas aglomeraciones de grava y piedra. En las laderas pueden verse canalizaciones, túneles, grutas y perforaciones que tenían como misión llevar el agua hasta el lugar donde querían introducirla en la tierra y conseguir que se disgregase para después lavar las arenas y localizar los metales, entre ellos el oro.
Seguiremos salvando los barrancos del Olivar (con sus dos puentes), Bermejo y Aljibe de la Lluvia, Desde este último tomaremos la Vereda del Barranco del Abogado que tras atravesar un denso pinar nos hará llegar al punto de inicio.
Parte de la descripción ha sido extraída de:
http://waste.ideal.es/cerrodeloro.htm
La llamada Silla del Moro, fue una construcción de vigilancia y protección para el Generalife y las huertas, en un sector tan importante para la distribución del agua de la Acequia Real a toda la Alhambra.
Debió tener el conjunto un carácter militar, para defender las fincas que aparecían bastante vulnerables a los posibles ataques enemigos. La perspectiva que se divisa a su alrededor pone de manifiesto el papel estratégico de su localización, como lo confirma en el transcurrir de los siglos, por ejemplo, que también fue utilizado por el ejército francés de ocupación.
La denominación de Santa Elena se debe a su consagración como iglesia, desconociéndose su nomenclatura árabe, pues no aparece en la relación de fincas pertenecientes al sultán granadino, siendo difícil su atribución.
Desde este altozano podemos disfrutar de unas inigualables y poco convencionales vistas de Granada. Esta bella panorámica es toda una explosión de contrastes.
La cuenca del río Darro insinúa su recorrido hacia la ciudad de la Alhambra, mientras sus aguas se distribuían por las históricas acequias de los caminos. En las laderas, lugares tan emblemáticos como la Abadía del Sacromonte, el cerro de San Miguel o los tan representativos barrios del Albaicín y el Sacromonte, se intercalan con pequeñas huertas y cortijos ajenos al mundanal ruido de la urbe.
Tras la Silla del Moro tomaremos un sendero a la izquierda que discurre por un pinar y que nos emplazará en una cascada que en forma de aliviadero expulsa las aguas sobrantes de la Acequia Real de la Alhambra; arteria principal del sofisticado sistema hidráulico permitiendo la presencia permanente del agua en la ciudad palatina
No cabe explicarse la existencia de la Alhambra sin valorar el elemento que le dio razón de ser que es el agua. Sin él, nada de lo que fue y continúa siendo la Alhambra, hubiera sido posible.
Y el agua llegó a esta colina gracias a un sofisticado e inteligente sistema hidráulico que permitía la captación de la misma desde el río Darro y su distribución a través de la Acequia Real, como arteria principal y una red secundaria de acequias menores que ayudada por norias y depósitos hicieron posible la transformación de estas tierras en un rico y habitable vergel. El mismo sistema que le permitió concebir sus palacios y jardines con una presencia permanente, tanto visual como sonora, con recursos formales de enorme belleza y simbolismo y que hizo posible la vida en esta ciudad palatina.
Actualmente la Acequia Real de la Alhambra toma las aguas del río Darro y discurre con la pendiente necesaria, por la umbría de la Dehesa del Generalife mediante túneles. El único testigo evidente son las galerías construidas para extraer los materiales y para mantener el túnel y que nosotros hemos denominado como registros; y sólo en un punto es observable la acequia como tal al descubierto.
El sendero discurre por un pequeño sendero que llanea por la ladera de la Dehesa del Generalife, con unas vistas formidables y con una vegetación que en primavera está repleta de flores.
Aquí podrá disfrutar de uno de los escasos encinares que aún se conservan próximos a la ciudad de Granada, y que, más arriba (ya en la zona de la umbría), dará pasado a un interesante bosque de quejigos, entremezclados con algunos pies de avellano y fresno. Este es un lugar ideal para descansar en días calurosos y escuchar el canto de los pájaros que habitan en este reducto de vegetación mediterránea.
La ladera del Cerro del Sol es un espacio natural en el que el paso de la acequia ha generado un ecosistema en el que habitan densas poblaciones de aves que aprovechan el agua. Es fácil ver y oír currucas capirotadas, lavanderas, mosquiteros y aves forestales que acuden a beber desde los bosques de la colina. El cauce es también hábitat de anfibios. Cada primavera y verano se llenan de larvas de ranas y sapos. La Acequia Real y sus caminos, son también senderos por los que se aventuran zorros, jinetas, garduñas, e incluso jabalíes, que en su búsqueda de comida, lo utilizan como eje para acercarse a parajes frecuentados por el hombre.
Tras un desvío a la derecha, comenzaremos con un intenso y zigzagueante ascenso hasta el Llano de la Perdiz. El Llano de La Perdiz es un lugar ideal para pasar un día de campo muy cerca de la capital granadina, y disfrutar de familia o con los amigos. Forma parte de la Dehesa del Generalife, declarado parque periurbano y espacio natural protegido de Andalucía.
Atravesaremos el Llano de la Perdiz y tras pasar el Barranco de las Tinajas, llegaremos a una cancela abierta donde comienza en Camino del Barranco del Abogado que en descenso nos conducirá hasta el Canal de los Franceses. El Canal de los Franceses fue una ingeniosa estructura que se gestó durante los años de la “fiebre del oro”, y sirvió para llevar agua desde el río Aguas Blancas hasta las explotaciones mineras del Cerro del Sol. La obra se proyectó a finales del siglo XIX.
Pero se sabe que las Minas de oro de Lancha del Genil en el Cerro del Sol, ya eran explotadas desde tiempos romanos y árabes, y que por lo tanto, ya existían restos de canales de aquella época.
Seguiremos nuestra ruta por la otra ladera del Cerro del Sol, pasando por una urbanización del mismo nombre que pertenece a Cenes de la Vega. Después de pasar la urbanización nos desviaremos por un camino de tierra que se dirige a las inmediaciones de unos yacimientos auríferos romanos. Las entrañas del Cerro del Sol guardan aún valiosas vetas auríferas que buscaron romanos, árabes y franceses
Las tierras rojas entre el Darro y el Genil, muestran las marcas trazadas por los mineros que extrajeron el oro para Roma y forjaron coronas para reinas y poetas. Ilíberis, la Granada romana, era uno de los centros mineros más productivos de Hispania. Los romanos sabían que las estructuras geológicas de conglomerados de aluvión procedentes de la formación de Sierra Nevada, eran contenedores de metales, entre ellos, hierro, cobre, plata y oro.
El sistema de ‘ruina montium’, consistente en disgregar el monte a base de agua a presión que hacía explotar la tierra, dejó enormes heridas en la colina de la Alhambra, en las paredes y gargantas de la cara sur del Cerro del Sol, la montaña del oro, Una actividad que repitieron los árabes, prohibieron los cristianos y recuperaron los franceses del siglo XIX, para ser definitivamente enterrada en el olvido de los tiempos.
Al recorrer los caminos es posible apreciar como el paisaje presenta grandes cortados arcillosos que descansan en barranqueras de difícil trazado, por las que la tierra llega a desplazarse por sí misma y crear extrañas aglomeraciones de grava y piedra. En las laderas pueden verse canalizaciones, túneles, grutas y perforaciones que tenían como misión llevar el agua hasta el lugar donde querían introducirla en la tierra y conseguir que se disgregase para después lavar las arenas y localizar los metales, entre ellos el oro.
Seguiremos salvando los barrancos del Olivar (con sus dos puentes), Bermejo y Aljibe de la Lluvia, Desde este último tomaremos la Vereda del Barranco del Abogado que tras atravesar un denso pinar nos hará llegar al punto de inicio.
Parte de la descripción ha sido extraída de:
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Waypoints
Waypoint
2,996 ft
Barranco de los Arcos
Mine
2,842 ft
Izquierda. Minas Romanas de Oro del Cerro del Sol
Car park
2,740 ft
Aparcamiento Cementerio de Granada
Comments (12)
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Information
Easy to follow
Scenery
Easy
Excelente ruta.
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Scenery
Easy
Paisaje espectacular! Bonita vegetación! Un ascenso para llegar al llano de la perdiz un poco intenso pero genial! Muy recomendable!!
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Scenery
Difficult
Ruta muy bonita con unas vistas impresionantes y con posibilidad de salir desde el centro de Granada
Narcotic, merchi_31193 y pozo106, gracias por vuestros comentarios y valoraciones.
Un saludo
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Scenery
Moderate
Buena ruta y muy bien señalada
zitoy, gracias por tu valoración y comentario.
Un saludo.
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Easy to follow
Scenery
Moderate
Merci pour cette découverte et les informations.
Accès facile, voiture ou bus pour l'Alhambra ou bus L13 jusqu'au cimetière (depuis le Palais des Congrès par exemple).
Itinéraire réalisé à l'envers (côté sud, puis côté nord).
Démarrage sympathique puis piste cyclable plus standard.
Le retour avec la descente par un petit sentier depuis Llano de la Perdiz et retour sur le Generalife au-dessus du Darro offre de très belles vues .
Ce sentier retour au-dessus du Darro n'est pas vertigineux mais peut légèrement impressionner.
eterre.jean@orange.fr ,Merci beaucoup pour vos commentaires et votre évaluation.
Salutations.
Muchas gracias, hemos hecho hoy esta ruta, un poco más larga porque nos acercamos a ver el reloj de sol en el Llano de la Perdiz, y la hemos disfrutado mucho.
Pepe Aranda, muchas gracias por tus alentadores comentarios. Muy buena idea la de alargar la ruta. Nos alegra que hayáis disfrutado tanto.
Y si valoras...lo bordas.
Salu2
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Easy to follow
Scenery
Moderate
Ruta muy amena, fácil de seguir, bien documentada y descrita y con gran variedad de paisajes por los que transcurre
ahora si que si :):):)...nuevamente muchas gracias y salu2