Adeje: Caminando por los dominios de Ichasagua

En un día en que la neblina se empeñó en acompañarnos durante todo el trayecto que hacía dificultoso, por momentos, el disfrutar de las impresionantes vistas que íbamos descubriendo pero que, sin embargo, nos evitó el sopor y molestia del calor en esta bella caminata. Comienza y acaba en la calle Vento, dentro del municipio de Arona (denominado hasta finales del siglo XVIII el Llano del Rey Ichasagua). Atravesamos el Barranco de las Casas, el de Ancón y, por último el Barranco del Rey, límite natural de los municipios de Arona y Adeje. Por sus vertientes discurre un vertiginoso sendero que lo cruza y que mantiene en casi su totalidad el pavimento de piedra antiguo, la vegetación consta de un precioso Cardonal - Tabaibal junto a numerosos ejemplares de Vinagreras y Matorrisco Tinerfeño. El paisaje del interior del cauce del barranco está formado de una superficie compuesta de grandes piedras grises erosionadas por el paso del agua, que contrastan con las diferentes gamas de colores de las vertientes rocosas de dicho barranco. Nos dirigimos al Roque del Conde, pasando previamente por la Gollada La Centinela, donde tendremos espectaculares vistas sobre Granadilla, San Miguel, Arona y Adeje. En la cima del Roque del Conde, (cota 1.005 m) encontramos un poste (vértice geodésico) y muy cerca una placa dedicada a Ichasagua, en honor al penúltimo de los mencey guanche alzado, que convirtió la Fortaleza de Ahiyo (nombre que recibía entonces el Roque) en su fortaleza durante la invasión española, también llamado Roque de Ichasagua. Tiene una leyenda que, según cuentan los lugareños, en este Roque, en algunas de las noches más claras, se puede ver en su cumbre luces moviéndose de un lado a otro; dicen que son los alzados, clamando venganza por la traición a su mencey Ichasagua, cuya vida, si les gusta la historia, recomiendo leer. Dejamos el Roque, la historia y sus magníficas vistas, e iniciamos el descenso por la cara este. En este punto tenemos un tramo con dificultad a tener en cuenta sobretodo para los sufridores del miedo a las alturas o mala condición física. Nos dirigimos hacia Montaña Suárez, pasando por la Gollada Los Frailitos y en dirección hacia Ifonche. A lo largo de la caminata hemos dejado varias eras (lugares situados en laderas ventosas donde se trillaba el trigo para sacar el grano de la espiga) como fieles guardianes y testigos de un pasado vinculado a la tierra y al cultivo de cereales. Las casa aisladas y en ruinas así como bancales abandonados e invadidos por tabaibas, cardones, tuneras e higueras son parte del paisaje cuya parte final se tiñe del verde de los viñedos. Nos acompañan en esta ruta el cuchichiar de las perdices y, vigilante en el cielo, el grito agudo y sonoro característico del cernícalo, alguna gaviota despistada y la silueta perfectamente camuflada en el paisaje de un joven conejo. Continua el sendero por la ladera oeste del Roque Imoque. A nuestra derecha la montaña Los Brezos. Pasamos varias cuevas y llegamos a la Fuente El Chorrillo. Seguimos hacia la Gollada Carrasco. La era de Benítez a la derecha, un pequeño tramo asfaltado y llegamos al restaurante el Dornajo. Pasado el mismo decidimos adentrarnos en el Barranco del Rey y descendemos un tramo de 2 kms. por su cauce. Seguimos el descenso bordeando el barranco Ancón y la charca del mismo nombre. Cruzamos el barranco Las Casa y volvemos al punto de partida. Una ruta magnífica para los amantes de la naturaleza y la fotografía. A disfrutarla.