Ademuz a Vallanca por el río Bohilgues y vuelta por el Cerro Negrón, La Peñuela y La Hoya

Ademuz, la capital de la comarca del Rincón de Ademuz, es una bella población asentada a los pies del Cerro de los Zafranares, en una cuenca en la que confluyen la Rambla del Negrón, el río Bohilgues o de Vallanca, el Barranco Seco, la Rambla de la Virgen, el Río Turia, la Rambla del Val y la Rambla de la Balsa, todos ellos con interés paisajístico y senderista. Es así una verdadera Meca para el senderismo, particularmente en otoño, cuando los colores destacan aún más la belleza del lugar. En Ademuz se han encontrado restos de culturas muy antiguas (neolítico, ibero, romanos,..), aunque su historia es mucho más conocida a partir de su ocupación por los musulmanes, que edificaron el castillo y ocuparon la zona hasta 1210, cuando fue conquistada por Pedro II de Aragón; volvió después a manos árabes y fue reconquistada por Jaime I. En el siglo XIV padeció largos y duros años de guerra con los castellanos, siendo Encomienda de la Orden de Montesa. En 1656 sufrió un fuerte terremoto, que provocó importantes destrozos en las edificaciones del lugar. En el siglo XIX, durante las guerras callistas, volvió a ser parte del teatro bélico, con múltiples cambios de dominadores.
El término municipal de Vallanca, originalmente parte de Ademuz, se disgregó de él en el siglo XVII, bajo Carlos II, siendo la tercera Villa Real del Rincón de Ademuz, tras Castielfabib y Ademuz. Durante la Edad Media tuvo cierta importancia como lugar de frontera con Castilla, y pagaba diezmos al Obispo de Segorbe ya en 1232. La villa llegó a tener 5 molinos y entre las edificaciones que se conservan debemos destacar el Molino de la Villa, del siglo XVI, y la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles (del siglo XVII y diseño barroco, aunque con un antecedente mucho más antiguo, de al menos el siglo XIII), y que se puede visitar solicitándolo en la vecina farmacia de la plaza de la iglesia.
El río Bohilgues, o río de Vallanca como también se le conoce, nace en el paraje de la Vega y es un bellísimo río, con árboles monumentales en su entorno y buena cantidad de cascadas y pozas de agua cristalina, que desemboca en el Turia tras un recorrido que se desarrolla íntegramente en el Rincón de Ademuz. En su recorrido se encuentran los restos de varios molinos, algunos muy antiguos (como el Molino de la Villa de Ademuz, de época musulmana) y otros algo más modernos (como el Molino de la Villa de Vallanca, del siglo XVI). En el recorrido podremos ver también restos de varias ermitas y de la antigua Fábrica de Luz. La ribera del río constituye una microreserva de flora protegida, siendo particularmente notable el alto número de nogales que hemos visto, algunos de gran tamaño.
Esta es otra de las rutas que queríamos hacer en otoño, para ver el efecto de la otoñada en este lugar. La idea inicial era realizar una ruta circular, por un trazado nuevo que acortase en lo posible la longitud a recorrer y que no fuese demasiado exigente físicamente; la ruta pensada inicialmente estaba basada en los recorridos de Caminatasalas8 (1289768) en el lado norte, que corresponde al PR-131.6, y de GPS Monkiki (16691454) en la parte este del lado sur, estando formada la parte oeste de este lado sur por una pista que desde la planta de aguas residuales sigue por Fuencaliente, la Fuente del Piojo y La Peñuela. El tiempo, nublado, dio paso a la lluvia cuando estábamos en las cercanías de Vallanca y los GPS dejaron de funcionar por perdida de la recepción de satélites, así que decidimos, cambiar nuestros planes, recortar el recorrido y utilizar en el lado sur el sendero propuesto por Monkiki. Algún día volveré para intentar de nuevo la ruta prevista al inicio.
La ruta que presentamos comienza en el Centro de Interpretación del Agua, en el Molino de la Villa, y desde aquí seguimos el sendero PR-131.6, en la ribera del río Bohilgues, pasando por varias cascadas (6). En las partes inicial y final el cauce está casi a la altura de las riberas, que se ensanchan y albergan buena cantidad de huertos, donde destaca el cultivo de manzanos (tiene fama la manzana esperiega de la zona). En la zona media, antes de alcanzar La Veguilla, el río se encajona entre paredes rocosas, donde el sendero se hace más agreste y el agua salva desniveles puntuales formando cascadas de caprichosas formas y gran belleza; varios autores numeran las cascadas (5, según ellos), pero realmente hay otra más, ya en las cercanías de Vallanca, a la que se puede llegar tomando la desviación hacia los restos del Molino de la Villa de Vallanca, para seguir después hasta la altura de la planta de tratamiento de aguas residuales, a cuya derecha un pequeño sendero se introduce entre la vegetación, relativamente espesa: aquí se encuentra otra bonita cascada, que no suele ser visitada. En la zona de La Veguilla, y desde aquí hasta Vallanca, vuelve a haber buen número de huertos. En el km. 6 de nuestra ruta sale una pista asfaltada por la izquierda, que nos lleva a dos molinos y la planta de tratamiento de aguas, además de la cascada antes citada; esta pista era el lugar escogido para iniciar el camino de vuelta en el diseño original de la ruta, pero en este punto el cielo está cubierto de nubarrones y ha comenzado a llover, además de que el GPS pierde la señal repetidamente. Decidimos, pues, continuar hacia Vallanca, sin seguir hasta La Vega, y hacer la vuelta por la pista no asfaltada que sigue hacia la Fuente Podrida y continúa desde aquí hacia el Cerro Negrón, ascendiendo en varios zigzags por la ladera sur del barranco, para llegar a El Plano; en esta zona veremos varios árboles monumentales de notables dimensiones (algunos se reproducen en las fotografías que acompañan la presentación). Una vez pasado El Plano giraremos a la izquierda, para pasar por Las Crucijadas y unos corrales situados al pie del Cerro del Negrón, y seguimos adelante hacia La Peñuela. Pasada esta encontraremos una bifurcación, con dos pistas que vuelven a confluir más adelante; la de la izquierda es más corta, pero la de la derecha nos acerca a la Rambla del Negrón, que nos ofrece impresionantes vistas, por lo que mi recomendación es seguir ésta.
Pasado el mirador de la Rambla del Negrón la pista hace varios zig-zags mientras desciende hacia La Hoya; en esta zona podremos tener excepcionales miradores sobre el barranco del Bohilgues, alcanzado incluso Vallanca y Ademuz (es otra zona para pararse un rato y deleitarse en el paisaje). Desde La Hoya la pista sigue descendiendo por la loma que separa la Rambla del Negrón del barranco del Bohilgues, hasta llegar a la entrada de Ademuz, donde confluye con el sendero que seguimos al inicio de la ruta. Pocos minutos después alcanzaremos las instalaciones del Molino de la Villa de Ademuz, donde tenemos estacionado el coche y acaba la ruta.
Esta fantástica ruta es extraordinariamente bella y no podemos más que recomendarla entusiásticamente a todos los senderistas. Es larga y con un desnivel medio (el GPS dejó de registrar datos de altura durante la visita a la iglesia de Vallanca y no conseguí arreglarlo; estimo que ello supone una diferencia de 150 a 200 metros entre el desnivel total registrado por el teléfono y el verdadero), aunque no tiene puntos de dificultad técnica significativa. En conjunto, no la consideramos adecuada para niños o personas con limitaciones físicas, aunque estas pueden hacer partes aisladas de la ruta. Recomendamos llevar calzado y vestuario adecuado (esta zona cambia fácilmente de clima, y el frío y la lluvia pueden hacer muy desagradable el trayecto). Agua suficiente, algo de comida y llevar la ruta grabada en GPS (aunque puede haber problemas de recepción por las características de la zona) es también aconsejable.