Al Mulhacén desde el mar (2 de 3): de Torvizcón a Trevélez por el valle del Río Trevélez
near Torviscón, Andalucía (España)
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Trail photos
Itinerary description
Viene de...Al Mulhacén desde el mar (1 de 3): de La Mamola a Torvizcón
Sigue por...Al Mulhacén desde el mar (3 de 3): Trevélez - Siete Lagunas - Mulhacén - Hoya de la Mora
Segunda parte de nuestra travesía hasta el punto más alto de la península, el Mulhacén, desde el más bajo, el mar. Salimos muy temprano desde el Hotel Sahyl de Torvizcón, donde pasamos la noche, siguiendo la misma rambla que nos trajo al pueblo. Tras poco más de un km de cómoda bajada, llegamos al Río Guadalfeo. Desde aquí, llegar a Almegijar fue una odisea. Primero porque todo el lecho del Guadalfeo está colonizado por la vegetación, en buena lid; pero también por la mano del mono de dos patas, que tiene usurpado todo el dominio PÚBLICO hidráulico de esta zona con todo tipo de cuchitriles. Nos vimos negros para acceder a la carretera, por la que quizás tuvimos que bajar desde Torvizcón y quitarnos de problemas. Saltamos el río varias veces, mallas, alambres...hasta que nos aupamos al asfalto por donde pudimos, por terreno suelto y difícil.
Parecieron quedar los problemas atrás en el sendero señalizado llamado La Cuesta y que prometía llevarnos sin más contratiempos a Almegijar...pero la vereda atraviesa un barranco importante, del que las zarzas y las cañas se habían hecho dueñas y señoras. Subimos un poco a ver qué podíamos hacer y claramente se veía el sendero al otro lado del barranco, pero fue inviable. Así las cosas, no tuvimos más remedio que estudiar las curvas de nivel y trepar hasta un mirador por un terreno abrupto y descompuesto; nada complicado para un montañero medio, quizá arriesgado para un senderista ocasional. No vimos mejor opción. Una lástima que el sendero señalizado esté abandonado por la administración que sea. Afortunadamente, aquí acabaron los problemas técnicos de la etapa de hoy, al igual que nosotros terminamos llenos de arañazos y todo tipo de magulladuras.
Repusimos agua en Almegijar y seguimos camino hasta Busquístar, intercalando la evidente y entretenida subida por el Sendero de Panjuila con dos tramos de carretera; la cual abandonamos para bajar por la preciosa Colada de Busquístar, un inolvidable zigzag con impactantes vistas al Río Trevélez, que en este tramo se encañona llamativamente. Cruzamos el río por un puente antiguo y para arriba también en serpenteo hasta Busquístar, al que llegamos con la barriga llena de moras de las moreras que circundan el camino.
En Busquístar repusimos líquidos en una tiendecilla que hay en la plaza principal y buscamos la llamada Ruta Medieval, también llamada Sendero del Helechal, en cuyo inicio hay una fuente de agua fresca. Aquí de nuevo absoluto protagonista el Río Trevélez, paralelo al sendero y brincando alegre mientras nosotros disfrutamos de sombras ocasionales, que llegarían a ser casi continuas en la posterior subida hasta la carretera, después de cruzar otro puente similar al anterior. Llegamos a la carretera a la altura del Portichuelo de Cástaras, donde termina lo peor de la subida, aunque aún quedaba algo hasta alcanzar la acequia, circunstancialmente seca por una avería. Ojo, porque la veredilla paralela a la acequia es muy estrecha y aérea en muchos tramos, ocasionalmente expuesta. Es un tramo largo, pero no hay que perder nunca la concentración. Una mirada al móvil, al reloj o al paisaje en mal sitio, puede suponer una caída de graves consecuencias. Nosotros pudimos hacer bastante por el cauce seco o embarrado, pero con la acequia en funcionamiento no será viable, aunque se gana la alegría y el frescor del agua.
Nos desviamos de la Acequia de Cástaras por el GR7 que nos deja en Trevélez, por el que ascendimos hasta el Restaurante Julio donde comimos muy bien. Corté la grabación aquí, aunque aún nos quedaba camino en ascenso hasta el Hotel La Fragua II, donde nos hospedamos, y que está a los pies del camino que sube al Mulhacén, que cerrará esta travesía.
Sigue por...Al Mulhacén desde el mar (3 de 3): Trevélez - Siete Lagunas - Mulhacén - Hoya de la Mora
Segunda parte de nuestra travesía hasta el punto más alto de la península, el Mulhacén, desde el más bajo, el mar. Salimos muy temprano desde el Hotel Sahyl de Torvizcón, donde pasamos la noche, siguiendo la misma rambla que nos trajo al pueblo. Tras poco más de un km de cómoda bajada, llegamos al Río Guadalfeo. Desde aquí, llegar a Almegijar fue una odisea. Primero porque todo el lecho del Guadalfeo está colonizado por la vegetación, en buena lid; pero también por la mano del mono de dos patas, que tiene usurpado todo el dominio PÚBLICO hidráulico de esta zona con todo tipo de cuchitriles. Nos vimos negros para acceder a la carretera, por la que quizás tuvimos que bajar desde Torvizcón y quitarnos de problemas. Saltamos el río varias veces, mallas, alambres...hasta que nos aupamos al asfalto por donde pudimos, por terreno suelto y difícil.
Parecieron quedar los problemas atrás en el sendero señalizado llamado La Cuesta y que prometía llevarnos sin más contratiempos a Almegijar...pero la vereda atraviesa un barranco importante, del que las zarzas y las cañas se habían hecho dueñas y señoras. Subimos un poco a ver qué podíamos hacer y claramente se veía el sendero al otro lado del barranco, pero fue inviable. Así las cosas, no tuvimos más remedio que estudiar las curvas de nivel y trepar hasta un mirador por un terreno abrupto y descompuesto; nada complicado para un montañero medio, quizá arriesgado para un senderista ocasional. No vimos mejor opción. Una lástima que el sendero señalizado esté abandonado por la administración que sea. Afortunadamente, aquí acabaron los problemas técnicos de la etapa de hoy, al igual que nosotros terminamos llenos de arañazos y todo tipo de magulladuras.
Repusimos agua en Almegijar y seguimos camino hasta Busquístar, intercalando la evidente y entretenida subida por el Sendero de Panjuila con dos tramos de carretera; la cual abandonamos para bajar por la preciosa Colada de Busquístar, un inolvidable zigzag con impactantes vistas al Río Trevélez, que en este tramo se encañona llamativamente. Cruzamos el río por un puente antiguo y para arriba también en serpenteo hasta Busquístar, al que llegamos con la barriga llena de moras de las moreras que circundan el camino.
En Busquístar repusimos líquidos en una tiendecilla que hay en la plaza principal y buscamos la llamada Ruta Medieval, también llamada Sendero del Helechal, en cuyo inicio hay una fuente de agua fresca. Aquí de nuevo absoluto protagonista el Río Trevélez, paralelo al sendero y brincando alegre mientras nosotros disfrutamos de sombras ocasionales, que llegarían a ser casi continuas en la posterior subida hasta la carretera, después de cruzar otro puente similar al anterior. Llegamos a la carretera a la altura del Portichuelo de Cástaras, donde termina lo peor de la subida, aunque aún quedaba algo hasta alcanzar la acequia, circunstancialmente seca por una avería. Ojo, porque la veredilla paralela a la acequia es muy estrecha y aérea en muchos tramos, ocasionalmente expuesta. Es un tramo largo, pero no hay que perder nunca la concentración. Una mirada al móvil, al reloj o al paisaje en mal sitio, puede suponer una caída de graves consecuencias. Nosotros pudimos hacer bastante por el cauce seco o embarrado, pero con la acequia en funcionamiento no será viable, aunque se gana la alegría y el frescor del agua.
Nos desviamos de la Acequia de Cástaras por el GR7 que nos deja en Trevélez, por el que ascendimos hasta el Restaurante Julio donde comimos muy bien. Corté la grabación aquí, aunque aún nos quedaba camino en ascenso hasta el Hotel La Fragua II, donde nos hospedamos, y que está a los pies del camino que sube al Mulhacén, que cerrará esta travesía.
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Una odisea vamos