Al Teide desde el mar: Ruta 040 desde Playa del Socorro. Escape por teleférico (1 de 2)

No hay forma más honesta de subir una montaña que desde el punto más bajo posible: el mar. Existe una hermosa ruta que sube a la montaña más alta de España desde la tinerfeña Playa del Socorro, ruta denominada 040, en referencia a llegar desde la cuota 0, a la 4K que ostenta la cima del Teide (o casi), y vuelta a la cero. Este era el objetivo de buena parte de nuestro grupo, heterogéneo, pero en notable forma física general. La realidad fue que nadie logró hacer la vuelta completa por diferentes circunstancias, y la mayoría buscó diferentes escapes, antes o después de hacer cima. Basta esta explicación para ejemplificar la enorme dificultad física de la ruta. Técnicamente, sin embargo, la dificultad no pasa de moderada pues está muy bien señalizada antes de llegar al Parque Nacional, y ya dentro de él el sendero siempre es evidente para, incluso, hacerlo de noche como nosotros.

Comenzamos, como no podía ser de otra manera, con la tradición de tocar el agua de la playa y para arriba. Se llega a cota 2000 msnm en 14 km, lo que nos da un desnivel medio y casi constante superior al 14%, bajo condiciones de alta humedad. Milagrosamente, el brutal incendio que ha devastado casi toda la otrora maravillosa Corona Forestal del Teide (hemos podido comprobar durante la preparación de la logística de la ruta que ha sido una de las mayores tragedias medioambientales de la historia de España), solo roza los pinares de la 040. En este tramo hay una fuente en el km 2.7 (Tigaiga). Fue el único punto de agua que encontramos en toda la 040, pues no localizamos la Fuente Pedro que, teóricamente, está en el 7.2

Una vez bajado el Collado de la Degollada del Cedro, donde hay una ermita donde descansamos y nos resguardamos del aire que empezaba su recital, la ruta nos da 4 km de cierto respiro en la pendiente mientras transita por los Llanos de las Brujas, hasta que llegamos a la intersección que nos lleva a la carretera y al inicio de la ruta a Montaña Blanca, desde donde la mayoría de los senderistas suben al Teide. Siguen 3 km de ligera subida por agradable pista, por la zona de los Huevos del Teide, que nos lleva a la base del cono volcánico, donde una señal nos avisa de que quedan 2.4 km al refugio de Altavista y otro tanto hasta la cima del Pico Teide. Estos últimos 5 km tienen una pendiente media del 20%, siendo los más duros de la ruta porque la fatiga comenzaba a golpear. La zizagueante subida a Altavista nos dejaba el reguero de las luces de los montañeros entregados al ascenso y que incluso a oscuras nos daba idea de la pared que había que superar. Engañamos al viento en los alrededores del refugio, que incomprensiblemente mantienen cerrado las autoridades de la isla. Una auténtica pena. Desde el refugio hasta la cima continua la dura subida, que durante el último km nos complicó todavía más un viento en torno a 50 km/h que casi nos tiraba y bajaba la sensación térmica por debajo de los -10ºC. Tampoco esto nos frenó y seis de nosotros logramos hollar cima después de 13 h, poco antes del famoso amanecer del Teide, atenuada su belleza por la nubosidad y las difíciles condiciones que encontramos en cima. Quizá pudimos rebajarla en una hora o una y media, si no hubieran surgido inconvenientes normales en un grupo montañero tan numeroso.

Yo pretendía escapar por la Montaña Blanca, pero tan cansado estaba y tanto nos habían golpeado el frío y el aire que me fui para el teleférico, junto con varios compañeros más, para quitarnos 1200 de desnivel negativo y unos 8 km. Allí di por terminada la grabación del track, pero pronto supimos que el teleférico permanecía cerrado (precisamente por el fuerte viento) por lo que me vi obligado a retomar mi plan inicial y bajar hasta el parking de la ruta de la Montaña Blanca, que grabé en otro track.

En suma, la 040 es una ruta que no puede subestimarse en ningún aspecto pues incluso si solo se realiza en ascenso requiere un esfuerzo físico mayúsculo. Sin embargo, deja en el montañero recuerdos imborrables y el orgullo de haber conseguido la cima más alta y prominente de la manera más honesta de todas las posibles.