CAMINO MOZÁRABE ALMERÍA-CÓRDOBA ETAPA 13: Alcaudete- Baena

Solitaria etapa hoy, que puede resultar algo larga por el hecho de no encontrar pueblos ni servicios intermedios, con lo cual es más que recomendable llevar el agua necesaria y lo que uno precise para comer durante el recorrido. Sin embargo, el recorrido vuelve a ser muy bonito, en un trazado pintoresco entre olivares, cruzando el Río Guadajoz que separa las provincias de Jaén y Granada, y pasando junto a la reserva de fauna ornitológica de la Laguna del Conde o del Salobral. La etapa termina en Baena, población cordobesa para la que una vez más, es preciso dejar el tiempo necesario para visitarlo, dado que no le faltan puntos de interés.
Comenzamos la ruta saliendo desde nuestro lugar de alojamiento en la Avenida Andalucía para bajar a la rotonda de confluencia con la Calle Alcalde Antonio Tejero, donde como nos habían recomendado, y justo delante del Hospital de Alta Resolución, desayunamos en la Cafetería Churrería Virgen de la Fuensanta, café con leche y media ración de churros como no podía ser de otra manera. Continuando por la calle Antonio Tejero, que en este tramo coincide con la N-432A, pasamos junto a la Fuente Zaide, que queda a nuestra derecha y que tiiene una leyenda propia que vale la pena conocer. Con la visión imponente del castillo alcaudetense a nuestra derecha llegamos a una rotonda con el nombre de la población y las cruces de Santiago y Calatrava incluidas entre sus letras. Seguimos ahora con cuidado unos 200 metros por el arcén hasta salir a la izquierda por una pista asfaltada o carretera secundaria muy poco frecuentada, la JV-2234 o antiguo camino de la Vega. De hecho, el tiempo que estuvimos transcurriendo por ella no vimos pasar ningún vehículo. Es en el tramo de enlace entre la rotonda con el nombre de Alcaudete y el comienzo de esta pista asfaltada, donde por la derecha, enlaza en camino de la variante del Camino Mozárabe que viene de Jaen vía Martos y que enlaza en Alcaudete precisamente. Entre olivares, unos 1,6 km más adelante, pasamos bajo la N-432 y 1,2 kilómetros más adelante a nuestra derecha nos encontramos un inmenso mar de placas fotovoltaicas que quedan integradas perfectamente en el mar de olivos por el que estamos caminando. Unos 500 metros más adelante de esta zona de placas solares, dejamos definitivamente esta carretera para tomar el camino a la derecha que discurre junto a la alambrada de la instalación. Seguimos el camino recto junto a la alambrada y pasada la misma y un tramo de olivares una vez más debemos estar atentos, ya que a la altura de una casa solitaria abandonada, debemos girar a la izquierda tal y como nos indican las flechas para dejar la casa a la derecha y más adelante, girar a la derecha para bajar a una pista principal que seguimos a la derecha también. Vamos bajando hasta en una bifucación, dejamos esta pista que se va a la izquierda y nosotros seguimos a la derecha en dirección a una casa solitaria blanca al lado de una torre eléctrica. Afortunadamente no deberemos subir a ella, sino que seguiremos por el camino que gira a la derecha dejando la casa arriba en la colina, adentrándose en una especie de congosto cerca del río Guadajoz, que nos queda a la izquierda, comenzando a bajar por una pronunciada cuesta con diferentes árboles jóvenes plantados al mismo lado, hasta que llegamos abajo de todo a encontrar una caseta blanca a nuestra izquierda también. Ahora comenzamos a subir unos metros hasta salir a la carretera N-432 que con cuidado, ya que es una carretera que suele llevar tráfico, la seguimos a la izquierda durante unos 500 metros, pasando por el puente sobre el río Guarajoz que separa las provincias de Jaén y Córdoba, a la que entramos. Cruzado el puente, tan sólo unos metros más adelante, dejamos definitivamente la carretera para salir a un camino a la derecha que baja acercándose al río. De hecho, si nos salimos unos metros del mismo, tenemos una bonita vista del meandro que hace el río en ese punto. Nos adentramos en el olivar, y siguiendo atentamente la señalización comenzamos a subir entre interminables hileras de olivos. Bruscamente la señalización nos cambia de dirección yendo a la izquierda y llegando a un punto donde frente a nosotros encontramos un muro con lo que parece una tolva, donde giramos a la derecha. Seguimos durante aproximadamente un kilómetro dejando un cortijo abandonado a la izquierda, para entrar a la Reserva Natural de la Laguna del Conde, y comenzar el descenso hasta la misma. A nuestro paso, estaba totalmente seca, pero es interesante salirse unos pocos metros del camino, que la va rodeando a la derecha para subir al cercano mirador al que llegamos tras superar un sencillo resalte entre los olivos, y donde encontramos un banco, un panel informativo y magníficas vistas de la laguna y todas las montañas que la rodean . Tal y como explica el panel informativo, esta laguna, es estacional, y dado el largo periodo de sequía donde nos encontramos no sorprende encontrarla así. La RESERVA NATURAL DE LA LAGUNA DEL CONDE O DEL SALOBRAL es la más extensa de la provincia de Córdoba, y uno de los humedales continentales mayores de Andalucía, sin embargo su profundidad en pocas ocasiones supera el metro. Esta laguna de caracter estacional, es de origen mixto, con aportes de lluvia, escorrentía (arroyos Quejigal y Carrascón) y subterráneos. Sus aguas presentan grandes oscilaciones de salinidad, dependiendo de la procedencia de sus aportes principales. Rodeado de un paisaje de olivar, viñedos y cereal, propio de la fértil campiña cordobesa, esta laguna presenta una vegetación perilagunar conformada por eneas, carrizos, juncos y cañas. Debido a la suave inclinación del terreno y la poca profundidad del humedal, acoge numerosas aves limícolas que utilizan la laguna como zona de paso y de reproducción. Las especies de aves más significativas son la cigüeñuela común, el avefría europea, el alcaraván común y el aguilucho cenizo, entre otras numerosas especies. A esta riqueza hay que añadir la existencia de una fauna muy variada e interesante, en la que destaca la presencia de rana común, sapos corredores, gallipatos, culebra viperina, sapillos pintojos, jinetas, comadrejas, conejos, liebres, turones y galápago leproso entre otros. Después de una larga pausa en este magnífico mirador donde además de informarnos de lo que vemos aprovechamos para comer algo de lo que llevamos en la mochila, seguimos por uno de los senderos que bajan a la Vía Verde del Aceite que tenemos a tocar a nuestra derecha. La seguimos en esta dirección hasta llegar a una de las antiguas estaciones de esta linea ferroviaria, lugar donde volvemos a coincidir con el recorrido oficial en el caso de no visitar el interesante mirador. La Vía Verde continua hacia Luque, yendo nosotros a la derecha por pista asfaltada, que iremos siguiendo pasando por un puente que supera un arroyo y luego comienza a subir, siempre por asfalto durante un tramo, donde antes de abandonar el asfalto, a nuestra derecho, tenemos una bonita imagen de un cortijo y los cerros gemelos conocidos como Cerro de las Cabezas. Unos metros más adelante, salimos del asfalta y tomamos el camino de la izquierda que un kilómetro más adelante, pasa ante el Cortijo de los Barrancos, donde podemos ver una importante variedad de animales, donde destacan las aves, gansos, patos y pavos de diferentes tipos entre otros. Continuamos entre olivares hasta confluir con la carretera local CO-6204 que cruzamos para continuar por la pista de tierra de delante. Unos metros antes de pasar ante una casa que queda a la derecha, Casa Pascualico o Casa San Lorenzo, abandonamos el término municipal de Luque para entrar en el de Baena. Bajando nos acercamos a la OLEICOLA EL TEJAR bien visible con sus humeantes chimeneas. Esta empresa se dedica al reciclaje del alperujo, residuos que quedan después de la molienda de la aceituna junto al hueso, que son convertidos en abono y biocombustible para producir energía. El camino pasa justo delante por la polvorienta pista que le da acceso, y si como fue el caso, pasamos en plena época de la campaña de la aceituna, el trasiego continuo de camiones descarando alperujo arriba y abajo, nos va a llenar bien de polvo, con lo que conviene pasar esta tramo bien rápido. Volvemos a salir a la N-342, que cruzamos para seguir adelante en subida por una pista que asciende a una loma y una vez arriba, comienza la bajada hacia Baena. Un puentecito supera el Arroyo Marbella, y dejando en subida la subestación eléctrica de la población a la izquierda primero y la Cooperativa Olivarera Nuestra Señora de Guadalupe a continuación, entramos en BAENA por la calle Rafael Onieva Ariza. Seguimos esta calle hasta al final hasta llegar a la Calle Virrey del Pino, que tomamos a la izquierda , dejando a la derecha una de las entradas del Parque Ramón Santaella, que tendremos la ocasión de visitar más tarde durante la habitual visita turística por la población. Dejamos la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe a la izquierda, en una bonita plaza donde encontramos el bonito Monumento a los Olivareros, formado por diferentes esculturas relacionadas con este oficio. A la derecha tenemos la oficina de turismo donde podemos poner un sello en la credencial y obtener información sobre la población, cuya economía, como no podía ser de otra manera, gira en torno a la aceituna y el aceite. Unos metros más adelante llegamos a la Plaza España, y justo allí, por la calle que tenemos a la derecha, la Calle Juan Torrico Lomeña viene la variante del Camino Mozárabe que viene de Málaga y que confluye aquí en Baena con el trazado común. Por la calle Cardenal Herranz Casado subimos hasta la plaza de la Constitución, donde se encuentra el ayuntamiento, y por la Calle Juan Ocaña, seguimos subiendo en dirección al castillo de la población, en cuyas inmediaciones se encuentra nuestro alojamiento de hoy, el bonito Albergue Ruta del Califato. Rodeamos el castillo por la izquierda siguiendo las señales, que sin problemas nos acaban dejando en el alojamiento indicado, donde damos por concluida la etapa de hoy. La antigua Bayyana califal, actuala Baena, fue erigida junto a la antigua hacienda romana de Baius, una explotación agraria que pervivió en época visigoda. En lo alto del casco antiguo podemos visitar el castillo (siglos IX-XI), que ha sido objeto de una interesante rehabilitación, y que aunque no es tan espectacular como los anteriores que venimos visitando el Mocín, Alcalá la Real o Alcaudete, vale la pena visitar sobretodo por las magíficas vistas que nos ofrece. Además, es interesante visitar la Almedina, antiguo barrio árabe donde vale la pena callejear, la colegiata de Santa María la Mayor y la iglesia Madre de Dios, convento de monjas dominicas , todo ello en el entorno del castillo. Como decíamos, nosotros recorrimos también la parte más nueva de la población, bajando al Parque Ramón Santaella y a la zona más comercial de la población en la Calle Salvador Muñoz.