Alcolea Guarros-Alcolea (Circular)

Tras dejar los vehículos estacionados en la antigua carretera de Alcolea frente a una almazara, descendemos al río del mismo nombre callejeando un tramo cercano al Ayuntamiento e iglesia para tras pasar junto a un lavadero público seguir bajando pero esta vez ya entre paratas y acequias con nula señalización.
Alcanzado el río comenzamos a remontarlo por pista cementada para posteriormente transformarse en tierra. Es cauce muy amplio. En sus márgenes pequeñas fincas con sus olivos y otros frutales. Abundantes tarays cambiando de color salpican contínuamente el recorrido alternando cañaveras, álamos y vegetación de ribera.
Pasaremos próximos a una edificación que se mantiene en pie no sé aún cómo; posiblemente consecuencia de alguna crecida puntual del río.
Más adelante nos toparemos con un dique de encauzamiento siendo en su cercanía cuando abandonamos el cauce que venimos remontando como salmones de secano para, subiendo por la margen derecha, seguir una suerte de sendero amplio que posteriormente se transforma en pista desembocando en la pedanía de Guarros (conocida también como Baños de Santiago) dependiente de Paterna del río. En este tramo nos sale al encuentro un viejo y singular olivo con una oquedad tremenda que parece cobijarte en su interior. Muy cerca de este árbol centenario nos "embriaga" ese peculiar olor que acompaña a las cabras por donde pasan o apriscan.
Ya en Guarros buscamos la iglesia mudéjar de Nuestra Señora del Rosario. Lo que queda de ella. Ruinas de desidia. Se divisan balsas de decantación de aguas residuales pero ni rastro de los famosos baños. Según un lugareño, desaparecieron para construir sobre ellas unos mamotretos que desentonan y rompen el paisaje y armonía de la zona.
De aquí caminamos hacia la Cascada. Es un dique transversal para corrección de cauce torrencial. En este año seco actualmente presenta un escuálido chorrerón.
Abandonamos Guarros caminando durante algo más de dos km por la carretera local que va a desembocar en la AL-5402. En su punto más alto -a la altura del Cortijo de Deogracias- la abandonamos para continuar una pista que sigue "por el filo" de unas espléndidas viñas trazadas con tiralíneas que a pesar de haber dado ya su fruto este año ofrecen bonitos sarmientos ya más que semidesnudos o totalmente en cueros. No me canso de admirar esas oscuras cepas retorcidas, duras, casi a ras de suelo que cada año dan su fruto.
La última parte del recorrido atraviesa la carretera general de las Alpujarras para en descenso ir buscando la carretera de Laujar a Alcolea de toda la vida.
He de confesar que hace treinta años comencé a trabajar temporalmente en todos los pueblos de la zona y ha sido ahora, a pie, cuando he conocido el tan celebrado sitio de Guarros que numerosas personas ensalzan como buen sitio para descanso veraniego.