Aldea SanJoy, Ruta de los Manantiales, Collado Saltador, Barranco del Mulo y Cerro Algezar. Parque Regional Sierra de la Pila

Ruta realizada el 27 de mayo de 2023 junto a mi hijo Gonzalo Iniesta.

El viernes pasado descubrí esta zona junto a JMGrau y Luis Bañón. Quedamos con ganas de más y nos comprometimos a recorrer la Sierra del Águila lo antes posible. Hoy a pesar del anuncio de un tiempo inestable, nos apetecía saborear el encanto de la “república independiente de San Joy”, sobre cuya historia me remito al artículo publicado en La Opinión el 26/11/2012, que cuenta lo siguiente:

“La sierra de la Pila ha sido siempre un lugar de ocio y esparcimiento. Los amantes de la naturaleza la utilizan habitualmente para la práctica del senderismo y ciclismo de montaña. Pero este gigantesco macizo de la Cordillera Subbética fue antaño lugar de vivencia y convivencia. Lo demuestran las ruinas de decenas de casas y pequeñas aldeas que aún hoy diversifican un paisaje de pinos, romero y espartizales. Un hábitat que alcanza su punto intermedio a unos 575 metros de altura. Es el lugar perfecto para vivir, sin excesivo calor, con noches frescas durante el estío y con un frío soportable en invierno. Y los que a mediados del siglo XIX se asentaron en uno de los recodos más impresionantes de esta sierra, en el término municipal de Blanca, lo sabían muy bien. Se establecieron, construyeron sus casas y hasta le pusieron un nombre: San Joy.

Pero, a mediados del siglo XX, en plena revolución industrial, llegó lo que se denominó éxodo rural, que provocó que los campos y los montes se quedaran vacíos y sus gentes emigraran a la ciudad. No ajena a esta circunstancia, la aldea San Joy sufrió la desbandada y quedó totalmente deshabitada. Poco a poco, sus casas fueron languideciendo y quedando prácticamente en estado ruinoso.

Sin embargo, desde hace unos meses, San Joy está floreciendo de nuevo. Un grupo de naturalistas, simpatizantes del movimiento 15-M ha tomado algunas de sus casas y viven en ellas tras pedir permiso a sus dueños. Los ya alrededor de diez habitantes actuales han construido aljibes para recoger el agua de lluvia y la han canalizado hasta las tres viviendas que por el momento ocupan. Tienen varias cabras que les dan leche y hasta una cerdita. Tampoco falta el burro, Ramón, con el que estos singulares habitantes labran sus tierras.

«Queremos trasladar a la sociedad que es posible otra forma de vida, totalmente natural y lejos del mundanal ruido», explica uno de los ´indignados´ que, junto a varios compañeros, es ´sanjoyano´ desde hace ya varios meses. «Labramos la tierra como se hacía antiguamente y tenemos previsto plantar todo tipo de hortalizas para tratarlas de forma totalmente natural. Si tenemos excedentes, los venderemos a un precio mucho menor de lo que normalmente cuestan los productos ecológicos en los mercados. Con lo que saquemos, compraremos cosas para seguir rehabilitando las casas», «Queremos que la gente venga a vernos, que sepan lo que hacemos y que se convenzan de que esta forma de vida es posible»".

Ciertamente vale la pena acercarse. La mañana empezó muy revuelta, con lluvia y truenos, al llegar a San Joy caía una buena manta de agua y no tuvimos pega en que nos dejaran cobijarnos bajo los porches. Gente amable que no quiere fotos y esas cosas.

Afortunadamente el tiempo mejoró y desde la aldea comenzamos la Ruta de los Manantiales, con tramos que eran un auténtico lodazal, pero aguantamos el tipo y conseguimos localizar tanto la Fuente del Pino, en un espléndido paraje, como poco más adelante la Fuente del Lobo, de la que brota un agua magnífica.

El desvío para llegar al paraje El Coto tiene una disimulada entrada de cierta dificultad por los desprendimientos, que exige llevar cuidado al principio y aunque es una tenue senda, vale la pena seguirla porque antes de llegar a la magnífica Casa El Coto, pasamos por unas ruinas que recuerdan a una kasbah marroquí. Es un paraje de ensueño con increíbles vistas sobre Almorchón, Loma de Planes, Sierra del Viar y del Águila. De verdad, uno de los mejores parajes perdidos de nuestra Región.

Nos introducimos finalmente en el Barranco del Mulo, con la finalidad de recorrerlo cuanto sea posible. Pasamos un primer punto complicado, donde tenemos como alternativa el sendero PR-MU 123 a la derecha. Adjunto unas fotos del paso, que no tiene especial dificultad, pero hay que echar culo a la pulida roca y dejarse deslizar como si fuera un tobogán. Hoy tenía agua acumulada, así que tuve que mojarme, pero valió la pena.

Llegamos al encuentro con Rambla Cerverosa y aquí tenemos que tomar una decisión importante: Si seguimos por Rambla del Mulo, llegamos a una cortada que requiere hacer un rápel de unos 8-10 metros. Podemos desviarnos a la derecha por el PR-MU 123 o bien, introducirnos un poco en Rambla Cerverosa e ir a buscar un sendero de cazadores que nos conduce al Collado de El Saltador, solución que adoptamos. Es prácticamente campo a través, que se realiza sin gran dificultad pero con el molesto roce de la vegetación rastrera y unos 50 metros de desnivel. En el Collado hay un puesto de cazadores, donde con unas vistas espectaculares tomamos el mantente, básicamente plátano y unas nectarinas que hemos cogido en el camino.

Bajada por tenues senderos entre espartales que hay que seguir a sentimiento, hasta llegar al borde del Barranco del Mulo. Recorremos la arista final a derecha e izquierda buscando el mejor descenso, que elegimos acometer por el lado izquierdo. Ya sólo queda seguir la rambla por parajes descarnados y solitarios, hasta llegar a un sendero que siguiendo el Barranco de los Arcos, nos conduce al punto de partida.

Tanto mi reloj Garmin Instinct Solar, como el Fenix de Gonzalo, marcaron un recorrido de 14,68 kms, que confirma una vez más que la APP Wikicoc recorta longitud a la ruta, que calificamos de moderada aunque tiene tramos campo a través, por ello recomiendo buen calzado, pantalón largo y bastones, que normalmente irán en la mochila.