Alegia-Zeraín

Tras un buen descanso del día anterior iniciamos nuestro camino en Alegia del Oria, pasando junto al Ayuntamiento y la iglesia de San Juan Bautista.
A la salida tomamos un bidegorri y paralelos al Oria seguimos hasta encontrarnos con unos curiosos muñecos de tamaño natural que nos saludan desde unas pequeñas huertas al lado de la carretera.
Pasamos por Ikaztegieta admirando la fachada de la iglesia de San Lorenzo.
Continuamos por el asfalto del bidegorri, dejando a la izquierda el embalse del Ibiur.
Llegamos a Legorreta, cruzando de nuevo el Oria. Nos parece un precioso pueblo, muy cuidado y arreglado a lo largo de sus calles. Pasamos al lado de la ermita de Guadalupe, afeada su fachada por unas pintadas, por la Iglesia de San Salvador y por el humilladero de la Santa Cruz.
Salimos de la población y atravesamos unas fábricas abandonadas para llegar al barrio de Berostegui donde está la ermita de Santa Marina.
Llegamos a Itsasondo donde nos paramos a tomar un refrigerio, pasando por la ermita de San Juan de Letrán.
Llegamos a Ordicia, atravesando la población por la Calle Mayor y el Paseo de los Fueros para llegar a Beasain.
El camino por las dos poblaciones se hace algo pesado, pero nos alegra el ver tantos chicos jugando en los parques y lo animado de los paseos con tanta gente.
A orillas del Oria abandonamos Beasaín y nos encontramos con el conjunto monumental de Igartza. Una parada obligatoria.
Está integrado por un precioso puente medieval, el Palacio (Siglo XIII), la ferrería, el caserío Olarrea del siglo XVII (actualmente es un hotel de 4 estrellas y restaurante), el molino y un albergue de peregrinos. Es un lugar con un encanto y sabor a lo antiguo que merece la pena detenerse para admirarlo. Hay una detallada información en su página de internet que merece la pena estudiarla detenidamente.
Desde aquí cruzamos una pasarela sobre las vías del tren y la autopista para subir empinadas cuestas y admirar paisajes entre caseríos y prados.
Hay una alternativa, que es seguir hasta Segura sin pasar por Olaberría e Idiazábal, recortando unos kilómetros y buenos desniveles, pero por el asfalto de los bidegorris.
Nosotros optamos por no hacer el camino de asfalto y subimos por el camino señalado.
Llegamos al caserío de Altamira tras una pronunciada cuesta, pero con unos prados preciosos. Seguimos por el caserío Garitain y llegamos a Olaberría. Donde nos detuvimos a descansar junto a la Iglesia de San Juan Bautista.
Reanudamos la marcha y pasamos por el caserío Aldasoro para llegar a la casa señorial de Oiarbide con unos prados y potrillos que nos animaron para continuar este largo recorrido.
Pasamos por una fuente y llegamos a Nafarrasagasti y al caserío de Antia.
Por una empinada calzada de losas enormes que parece una escalera descendemos. Es prolongada y hay que caminar con precaución debido al gran desnivel.
Por fin llegamos a Idiazabal, donde nos paramos a comer frente a la Iglesia de San Miguel Arcángel.
Tras este merecido descanso, reponiendo fuerzas, pasamos por la ermita del Calvario. Cruzamos por debajo de la autopista y por una empinada cuesta que se nos hace eterna llegamos al mirador de Lobio, desde donde hacemos numerosas fotos al paisaje y al pueblo de Idiazábal, que en tan poco tiempo hemos dejado allá abajo, no sin gran esfuerzo.
Pasamos por Otamendi y descendemos a una rotonda para llegar por un bidegorri al polígono industrial Aizcoeta y acto seguido a Segura.
En esta rotonda se une la alternativa desde Beasaín. Por supuesto, nos alegramos de haber escogido el camino por Olaberría e Idiazábal que a pesar de los desniveles el paisaje es precioso.
Llegamos a Segura cruzando la población por la calle Nagusia, admirando gran cantidad de casas señoriales y saliendo por la Puerta de Zeraín y pasando junto a la monumental iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.
A la salida de la puerta de Zeraín continuamos por el bidegorri que nos lleva a Zegama, por lo que nos desviamos del camino que concluye la etapa en Zeraín, donde era nuestra intención finalizar.
Este camino cruza la carretera nada más salir por la Puerta de Zeraín, por lo que el despiste nos llevó hasta la rotonda donde se cruzan las carreteras GI-2637 y GI-3520.
Por el arcén de esta última ascendimos pasando por el caserío de Mendiate para tomar el camino perdido anteriormente tras una pronunciada curva. Ya en sombra llegamos a Zeraín, final de la etapa donde se aprecia la Iglesia de Santa María y el palacio de Jauregui, residencia de los nobles de esta población.