Alen (804 m), Betaio (753 m) y Ventoso (727 m), desde Alén (Bizkaia)

Tranquila ruta circular que transcurre por los Montes de Saldamando, en el extremo noroeste de Bizkaia. Se trata de un cordal de montes redondeados de fácil acceso que miran al Cantábrico.

Comenzamos la marcha en el pueblo de Alén (550 m), al que accedemos en coche por una sinuosa carretera que comienza en Las Barrietas (Sopuerta). Poco queda del antiguo poblado de Alén, que a principios del siglo XX llegó a tener alrededor un un millar de habitantes, la mayoría de ellos empleados de las minas. Sin embargo, con el cierre de las minas en los años 60 las casas se vaciaron y la mayoría desaparecieron. Tan solo resisten algunas edificaciones antiguas, además de unas casas de reciente construcción. Sin embargo, observando el entorno, parece mentira que aquellos parajes sirvieran de cobijo en el pasado a tanta cantidad de personas.

Aparcamos el vehículo en una explanada de hierba y comenzamos la marcha por el antiguo trazado minero, dirección oeste. Dejamos a nuestra derecha una fuente y pasamos junto a los restos del antiguo ferrocarril que transportaba mineral desde Alén a Castro Urdiales (Cantabria). Vamos ascendiendo poco a poco por una pista que poco después tendremos que abandonar para coger una senda a la derecha por la que transitamos un buen tramo antes de alcanzar la cima del Alen (804 m). Descendemos de la cumbre por la vertiente opuesta a la que hemos subido en dirección al Betaio (753 m), al que llegamos tras una corta ascensión.

Desde el Betaio es posible distinguir la inconfundible cima del Ventoso (726 m), el último monte de la cordillera del Saldamando en su camino hacia el mar, que marca el límite entre Bizkaia y Cantabria. Para llegar a él descendemos por la ladera del Ventoso hasta un cruce de pistas donde nos encontramos con carteles indicadores. A partir de ahí seguimos el cordal cimero pasando y llegamos a la cumbre sin mayor dificultad. Hoy, casualmente, no sopla el viento, que suele ser habitual en esta zona y las vistas son muy despejadas, pudiéndose contemplar toda la cadena montañosa que abarca Peña Candina, además de Peña Cerredo, Punta Lucero, Serantes y el Abra de Bilbao.

El regreso lo realizamos por pista, dejando el Betaio y el Alen a nuestra derecha.