ALPEDRETE DE LA SIERRA-ARROYO REDUVIA-COLLADO VIEJO-COLLADO LOS PORTILLOS-COLLADO LA PINILLA-SOMOSIERRA-COLLADO SANTO-GR 10
near Alpedrete de la Sierra, Castilla-La Mancha (España)
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Itinerary description
Marcha realizada el domingo 15 de mayo de 2022
AVISO: Se entiende, que todo aquel que quiera realizar esta misma ruta, asume la responsabilidad que conlleva una actividad no exenta de posibles riesgos o incidentes, en un entorno en el que el sentido común y las circunstancias pueden marcar la diferencia entre pasar un buen día o todo lo contrario.
Aunque el origen de Alpedrete de la Sierra parece datar de más de ocho siglos, en la actualidad es uno más de esos pueblos de Guadalajara que habiendo ido claramente a menos, aún persiste con poco más de los treinta habitantes, junto al cercano Valdepeñas de la Sierra que absorbió a muchos de los que se fueron. Antiguamente, y debido a la cantidad de pastos de su entorno, fue un pueblo ganadero que se dedicó también a una reforestación, que centrada fundamentalmente de los pinos, venía a sustituir los fabulosos encinares, que al parecer tuvo en su mejor época. De su pasado medieval a penas si quedan vestigios, aunque se puede destacar la Fuente del Pocito (por la que pasa el recorrido nada más dejar las últimas casas del pueblo), así como su casco antiguo situado al norte, en el que se pueden ver los viejos corrales y casas construidas a la vieja usanza.
Comenzar diciendo que una ruta que sobrepasa los veintiún kilómetros por una orografía como la que nos podemos encontrar en la Sierra Norte, mejor hacerla cuando las condiciones climáticas son benignas; por lo que evitar el verano y el calor agobiante sería de lo más aconsejable. Hoy partimos desde este rincón de la Sierra Norte, para coger la calle del Pozo y así dejar dicho vestigio medieval cuando ya llevamos un cuarto de kilómetro, y se dejan las últimas casas del pueblo. En dicho punto podemos ver como el GR 10 se queda a nuestra derecha para dirigirse hacia los pueblos de Tortuero y Valdesotos, mientras que nosotros cogemos una bonita senda que con rumbo norte se dirige hacia la impresionante cuerda del Centenera. Al kilómetro y medio de llevar dicha dirección y por una zona de pastos que las últimas lluvias han sacado sus mejores galas, enfilamos una ladera que cada vez más encajonada nos lleva hasta la vaguada del Arroyo Reduvia. Un kilómetro después ya estamos vadeándolo, lo que supone que aún nos acompañarán sus cristalinas aguas por la derecha, durante un kilómetro más.
A partir de dicho punto, nos vamos alejando de su curso, y nos vamos encaminando hacia el del Arroyo de Navazuelas. Al kilómetro y cuarto se pasa cerca de un colmenar que parece abandonado, tras el que nos internamos en uno de esos pinares de repoblación de los que se hablaba al principio, para a los tres cuartos de kilómetro dejar un cortafuegos a la izquierda, y un cuarto de kilómetro después atravesar el Collado Viejo.
Tras una ligera bajada, nos vamos internando en territorio de lobos. Y es que además de la favorable orografía propicio para estos canidos, formado por profundos barrancos, también hay que destacar que en muchos kilómetros a la redonda no hay población ni molestia alguna para tan bellos depredadores. Al kilómetro desde el citado collado, y tras una continua bajada, se vadea uno de los múltiples arroyos que dan lugar al Reduvia, y poco después se inicia una fuerte y continuada subida, que en poco menos del kilómetro y medio nos acabará sacando al aislado e increíble Collado de los Portillos.
Desde dicho collado, un nuevo cambio del rumbo noreste que traíamos, ahora a noroeste, para continuar por la cuerda, que sirve de límite provincial durante poco más de un kilómetro, antes de salir a la pista, que en ochocientos cincuenta metros nos sacará hasta el Collado de la Pinilla, enclavado entre las cumbres del Torrecilla y el Somosierra, al que nos dirigimos.
Un kilómetro y poco después, sin dejar en ningún momento una cuerda que ahora nos lleva hacia el sur, acabamos pasando por el destartalado vértice geodésico que señaliza la cumbre del Somosierra.
Desde ahí, otro kilómetro más, ahora todo el tiempo de bajada por un cortafuegos que nos permite conectar con la pista a Alpedrete, que ya no dejaremos en unos cuantos kilómetros. Pero antes, y desde el citado cruce con dicha pista, pasaremos por el Collado Santo, cuando el gps nos marcaba los tres kilómetros exactos.
Sin dejar la citada pista, y todo el tiempo de bajada y con el mismo rumbo sur, al kilómetro y poco desde el citado collado vemos a nuestra derecha un fabuloso mirador en la zona de La Venta, en el que se encuentra ubicado un pequeño pero acogedor refugio.
Un kilómetro y cuarto después, y justo a la altura de un cortafuegos, dejaremos la citada pista, y por la izquierda continuaremos de bajada por dicho cortafuegos, que en tres cuartos de kilómetro más nos sacará hasta unas ruinas, que se encuentran al lado de la definitiva pista que nos permitirá conectar con el GR 10.
GR 10 al que llegaremos tras otro kilómetro más de bajada, y nada más haber cruzado por un puente el mismo Arroyo Reduvia que unas horas antes y varios kilómetros más al norte, también lo cruzábamos por la mañana. Ya sin dejar el citado GR, en poco más de un kilómetro llegaremos hasta el punto de partidas, habiendo dejado unos minutos antes a nuestra derecha la Iglesia de la Concepción.
AVISO: Se entiende, que todo aquel que quiera realizar esta misma ruta, asume la responsabilidad que conlleva una actividad no exenta de posibles riesgos o incidentes, en un entorno en el que el sentido común y las circunstancias pueden marcar la diferencia entre pasar un buen día o todo lo contrario.
Aunque el origen de Alpedrete de la Sierra parece datar de más de ocho siglos, en la actualidad es uno más de esos pueblos de Guadalajara que habiendo ido claramente a menos, aún persiste con poco más de los treinta habitantes, junto al cercano Valdepeñas de la Sierra que absorbió a muchos de los que se fueron. Antiguamente, y debido a la cantidad de pastos de su entorno, fue un pueblo ganadero que se dedicó también a una reforestación, que centrada fundamentalmente de los pinos, venía a sustituir los fabulosos encinares, que al parecer tuvo en su mejor época. De su pasado medieval a penas si quedan vestigios, aunque se puede destacar la Fuente del Pocito (por la que pasa el recorrido nada más dejar las últimas casas del pueblo), así como su casco antiguo situado al norte, en el que se pueden ver los viejos corrales y casas construidas a la vieja usanza.
Comenzar diciendo que una ruta que sobrepasa los veintiún kilómetros por una orografía como la que nos podemos encontrar en la Sierra Norte, mejor hacerla cuando las condiciones climáticas son benignas; por lo que evitar el verano y el calor agobiante sería de lo más aconsejable. Hoy partimos desde este rincón de la Sierra Norte, para coger la calle del Pozo y así dejar dicho vestigio medieval cuando ya llevamos un cuarto de kilómetro, y se dejan las últimas casas del pueblo. En dicho punto podemos ver como el GR 10 se queda a nuestra derecha para dirigirse hacia los pueblos de Tortuero y Valdesotos, mientras que nosotros cogemos una bonita senda que con rumbo norte se dirige hacia la impresionante cuerda del Centenera. Al kilómetro y medio de llevar dicha dirección y por una zona de pastos que las últimas lluvias han sacado sus mejores galas, enfilamos una ladera que cada vez más encajonada nos lleva hasta la vaguada del Arroyo Reduvia. Un kilómetro después ya estamos vadeándolo, lo que supone que aún nos acompañarán sus cristalinas aguas por la derecha, durante un kilómetro más.
A partir de dicho punto, nos vamos alejando de su curso, y nos vamos encaminando hacia el del Arroyo de Navazuelas. Al kilómetro y cuarto se pasa cerca de un colmenar que parece abandonado, tras el que nos internamos en uno de esos pinares de repoblación de los que se hablaba al principio, para a los tres cuartos de kilómetro dejar un cortafuegos a la izquierda, y un cuarto de kilómetro después atravesar el Collado Viejo.
Tras una ligera bajada, nos vamos internando en territorio de lobos. Y es que además de la favorable orografía propicio para estos canidos, formado por profundos barrancos, también hay que destacar que en muchos kilómetros a la redonda no hay población ni molestia alguna para tan bellos depredadores. Al kilómetro desde el citado collado, y tras una continua bajada, se vadea uno de los múltiples arroyos que dan lugar al Reduvia, y poco después se inicia una fuerte y continuada subida, que en poco menos del kilómetro y medio nos acabará sacando al aislado e increíble Collado de los Portillos.
Desde dicho collado, un nuevo cambio del rumbo noreste que traíamos, ahora a noroeste, para continuar por la cuerda, que sirve de límite provincial durante poco más de un kilómetro, antes de salir a la pista, que en ochocientos cincuenta metros nos sacará hasta el Collado de la Pinilla, enclavado entre las cumbres del Torrecilla y el Somosierra, al que nos dirigimos.
Un kilómetro y poco después, sin dejar en ningún momento una cuerda que ahora nos lleva hacia el sur, acabamos pasando por el destartalado vértice geodésico que señaliza la cumbre del Somosierra.
Desde ahí, otro kilómetro más, ahora todo el tiempo de bajada por un cortafuegos que nos permite conectar con la pista a Alpedrete, que ya no dejaremos en unos cuantos kilómetros. Pero antes, y desde el citado cruce con dicha pista, pasaremos por el Collado Santo, cuando el gps nos marcaba los tres kilómetros exactos.
Sin dejar la citada pista, y todo el tiempo de bajada y con el mismo rumbo sur, al kilómetro y poco desde el citado collado vemos a nuestra derecha un fabuloso mirador en la zona de La Venta, en el que se encuentra ubicado un pequeño pero acogedor refugio.
Un kilómetro y cuarto después, y justo a la altura de un cortafuegos, dejaremos la citada pista, y por la izquierda continuaremos de bajada por dicho cortafuegos, que en tres cuartos de kilómetro más nos sacará hasta unas ruinas, que se encuentran al lado de la definitiva pista que nos permitirá conectar con el GR 10.
GR 10 al que llegaremos tras otro kilómetro más de bajada, y nada más haber cruzado por un puente el mismo Arroyo Reduvia que unas horas antes y varios kilómetros más al norte, también lo cruzábamos por la mañana. Ya sin dejar el citado GR, en poco más de un kilómetro llegaremos hasta el punto de partidas, habiendo dejado unos minutos antes a nuestra derecha la Iglesia de la Concepción.
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Comments (1)
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Ruta muy seria, por parajes un tanto desolados entre cadenas montañosas que se suceden y obligan al esfuerzo continuado, solo soportable si sopla viento fresco, como imagino os ocurrió. No es fácil afrontar recorridos como éste, de ahí vuestro mérito y mi aplauso.