Altamiros - Infiernos de Arevalillo

Para poner en contexto, la Sierra de Ávila, es la sierra "olvidada" de Ávila, quizás debido a su menor altitud (1726m del Cerro Gorría), su escasa población, su deficiente red de comunicaciones, su rigurosidad climática, etc., pero a pesar de todo ello, se trata de una zona muy representativa del carácter serrano de las gentes de Ávila, y personalmente, la tengo gran cariño y, a mi juicio, guarda verdaderos "pequeños tesoros" que es interesante conocer. Uno de estos sitios son los Infiernos de Arevalillo, una cárcava formada en las estribaciones de la Sierra de Ávila, ya cerca de la comarca de la Moraña (el nombre que recibe la Meseta en Ávila). El punto de partida natural para llegar a los Infiernos sería la localidad de Horcajuelo (un anejo de Brabos, al que se accede desde la localidad de San Pedro del Arroyo), pero la ruta aquí descrita parte de Altamiros (que junto con Gallegos conforman el municipio de Gallegos de Altamiros), con la intención de realizar una marcha de media jornada (unos 14km aprox.). Para mi (y sin ser experto en la materia, más allá de los conocimientos estudiados en el Bachillerato), se trata de una ruta para el disfrute de los interesados en la Geología.
Partiendo de Altamiros, la ruta se encamina hacia el N siguiendo el curso del Arroyo de Altamiros por su margen izquierda. Según se avanza en la marcha, el terreno se va adehesando cada vez más. En esta zona predomina el granito (suelos silíceos) que por la acción del hielo (gelifracción) han sido fracturados dando lugar a formaciones geológicas características de estas zonas (berrocales, piedras caballeras, bolos y tors), que hacen honor a la primera parte del conocido dicho de, "Ávila, tierra de cantos y santos". Hasta ahora, el recorrido es siempre descendente y muy suave, con el único inconveniente de sortear unas cuantas cercas de las fincas por las que se atraviesa. Así se continua hasta el reborde de la Sierra de Ávila (la falla que separa la zona de la Sierra con la zona de la Meseta) donde, como se apreciará, el curso del arroyo que se sigue, se encajona considerablemente para salvar el marcado desnivel entre ambas zonas (atención en esta zona, pues el terreno pasa a ser monte, en algunos ocasiones más cerrado con abundancia de chaparras, y hay que estar habituado a caminar por este tipo de terreno). En este tramo, la referencia sigue siendo el Arroyo de Altamiros, para en primera instancia, ir faldeando por el monte perdiendo altura hasta una zona río abajo, más adecuada para descender al cauce del arroyo y cruzarlo a su margen derecha, hasta llegar a un punto en el que se incorpora por la derecha (por el E) un arroyo, habitualmente seco. Se recomienda seguir el cauce seco de este arroyo, pues fuera del mismo, el monte está muy cerrado y se hace difícil la progresión. Siguiendo el cauce y manteniendo la dirección NE se llegará al collado que da paso a la otra vertiente, justo en la parte alta de los Infiernos de Arevalillo. Los Infiernos son una cárcava formada por la acción del agua sobre el terreno. En este caso, y a diferencia del primer tramo donde abundaba el granito, aquí predominan las rocas sedimentarias, gravas y arcillas. La falta de homogeneidad en la dureza de los materiales, junto con la pendiente del terreno y una suficiente extensión de la cuenca como para recoger el agua necesaria, hace que ésta moldee caprichosamente el terreno, originando la cárcava. Por esta zona de la Sierra de Ávila es habitual que las cárcavas se formen sobre terrenos donde predominan las arcillas, pero en la composición de los materiales de los Infiernos están presentes el hierro (que se manifiesta en las tonalidades rojizas) y el azufre (con tonalidades amarillas y ocres). Son este juego de tonalidades, las que intuyo dan origen al topónimo de este zona, pues parece que la cárcava "emerge" del mismo infierno (la otra parte del nombre, Arevalillo, me imagino tiene su origen en el caserío de la Dehesa de Arevalillo, que es el núcleo de población más cercano). Mi recomendación es bajar por el cauce principal, observando las caprichosas formaciones (adjunto alguna fotografía, aunque como en muchas otras ocasiones, éstas no permiten apreciar fielmente las dimensiones y profundidad de las formaciones, que sin llegar a ser gigantescas, sí son significativas). Una vez disfrutado del "paseo por los Infiernos", siguiendo el cauce del arroyo, la marcha continúa bordeando las tierras de cultivo (secano) de la mencionada Dehesa de Arevalillo, hasta el punto más bajo de la ruta, donde se toma un camino de servicio de las tierras en dirección predominantemente SE. Se continúa así hasta enlazar con la Cañada Real Leonesa Occidental que proveniente de San Pedro del Arroyo se encamina hacia el S en busca del paso de la Sierra de Ávila por la Cruz de Gorría, y que lleva directamente a la localidad de partida, Altamiros. En este tramo puede disfrutarse de la dehesa y de las vistas del Cerro Gorría en la Sierra de Ávila (en dirección S), o la Sierra de Guadarrama (en dirección E).