ALTO DE LA LLAMA (422) (Piloña)-MAJADA DE ESPINERES (855)-PICO LA MÚA (1.026) (Sierra del Sueve)

ALTO DE LA LLAMA (422) (Piloña)-MAJADA DE ESPINERES (855)-PICO LA MÚA (1.026) (Sierra del Sueve)

DATOS TÉCNICOS:

RECORRIDO: 10,65 k.
ALTURA MÁXIMA: 1.026 m.
ALTURA MÍNIMA: 422 m.
ASCENSO TOTAL: 620 m.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 3,50 h.
FECHA DE REALIZACIÓN: Febrero de 2011.

El ALTO DE LA LLAMA (422) se halla en la AS-258, aproximadamente a mitad de camino entre COLUNGA e INFIESTO, equidistando de estas poblaciones unos 12 kilómetros. Se puede acceder, por tanto, desde la A-8, K. 347, concejo colungués, o desde la N-634, K. 365, en territorio piloñés. A su vez, la MAJADA DE ESPINERES, (855) es una campera abrigada con cabañas, espineras y fresnos, donde los municipios que comparten el territorio del Sueve celebran la FIESTA DEL ASTURCÓN, caballo rústico y de pequeño tamaño, autóctono de Asturias, que muchos naturalistas consideran descendiente directo del “Equus caballus”, representado en numerosas cuevas prehistóricas del Principado. Durante el festejo se procede a la doma y marcaje de nuevos potros.

El pico LA MÚA o SALGAR (1.026) es la cumbre más meridional de la SIERRA DEL SUEVE (1.159) entre las que superan los mil metros. La citada sierra, orientada de norte-noreste a sur-suroeste, ocupa una superficie de 81 kilómetros cuadrados. En ella destaca la TEJEDA DEL SUEVE, a cinco kilómetros del Cantábrico, bosque milenario de unos 8.000 ejemplares de “taxus baccata”, dispersos por una superficie de 80 hectáreas, en la vertiente septentrional del PIENZU (1.159), con una fuerte concentración en las faldas del P. CORCOBA (572), cota menor a medio camino entre GOBIENDES (60) y el techo de la sierra.

Es considerado como el mayor tejedal de la Comunidad Europea, catalogado PAISAJE PROTEGIDO y LUGAR DE IMPORTANCIA COMUNITARIA, formando masas puras o mixtas y ecosistemas asociados, en convivencia con espineras, acebos, hayas y otras especies. La introducción en 1960 de una colonia de gamos, cérvido del género “gama” y fauna no autóctona, dificulta la regeneración del bosque, al ramonear consumiendo brotes de los ejemplares más jóvenes.

Asimismo es famoso, en las faldas orientales del Sueve, el BOSQUE DE LA BIESCONA, a cuatro kilómetros de la costa y apenas doscientos metros sobre el nivel del mar. Se trata del mayor hayedo de Europa a esa altitud y, acurrucado en torno al arroyo de la Toya, resiste los embates de los frentes nubosos que cruzan el Principado, recibiendo un aporte extra de humedad, que le permite sobrevivir a esa escasa altura, mientras la mayoría de las hayas se desarrollan a partir de los 700 metros. Con el otoño avanzado, a finales de noviembre, cuando los ejemplares de “fagus sylvatica” de la cordillera han perdido sus brillantes colores, la Biescona seguirá luciendo sus mejores galas en el “haya común”, complementada con los matices específicos de algunos castaños, abedules, acebos y tejos sueltos.

Nuestra excursión de hoy no llegará hasta esos privilegiados enclaves de gran valor paisajístico y ecológico, asentados en las faldas septentrionales y orientales de la sierra, pero sí tendremos ocasión de contemplar, en su vertiente meridional, asturcones y gamos, otros dos referentes característicos del Sueve, tal como reflejan algunas imágenes. Partimos del ALTO DE LA LLAMA (422) tomando una pista bien acondicionada, rumbo este, que en ascenso, superando un desnivel de 425 metros, finaliza en la MAJADA DE ESPINERES (855) al cabo de cuatro kilómetros.

En los primeros tramos se sube a través de un bosque de abedules, castaños y robles, traspasando una portilla. Seguidamente el ascenso continúa por claros de pradería con manchas forestales aisladas de acebos, eucaliptos y tejos –algún ejemplar de éstos ya vimos en el Alto-. Se alternan laderas recubiertas de tojos, brezos y helechos con zonas de prado donde pasta ganado vacuno y caballar. A medida que progresamos en la subida, recorrido en zigzag, se amplía la panorámica del concejo de Colunga al norte, con el Puntal de la ría de Villaviciosa y Cantábrico al fondo, más el Cordal de Caso y Cordillera al sur.

Después de 3,5 kilómetros de ascenso alcanzamos el ALTO DE LA CRUZ (850), donde cambia el paisaje, dando paso a un relieve kárstico con dolinas, depresiones típicas de estas formaciones calizas. Unos metros al norte de este punto se encuentra la CRUZ DE MARÍA MINGO –fallecida, según cuentan, en este paraje víctima de una tormenta- y más allá el PICO MALADÍN (995). La cruz es visible desde el camino que discurre hacia la MAJADA DE ESPINERES (815), donde recalamos tras suave descenso trazando pequeñas curvas.

Varias cabañas y cuadras, algunas bien conservadas, ubicadas en la base de la roca caliza, al abrigo de los vientos, cierran por el norte y oeste la extensa campera, que se extiende formando un pequeño circo. En una hornacina con cruz y exvotos se venera a San Antonio. Completan el cuadro “pescaderos” de caballos –cercados de piedra-, la fuente Santarúa en las proximidades, más fresnos y espineras, que dan nombre a la majada.

Continuamos nuestro itinerario rumbo este, dejando a la izquierda la última cabaña, siguiendo un sendero que asciende suavemente entre prados y roquedal, hasta desembocar en EL REQUEXU (901), un alto con prados y ganado pastando, que da vista a la vertiente meridional de la sierra, con el pico LA MÚA (1.026) en primer término. Iniciamos el ascenso fácilmente con giro al norte, aunque no hay senderos definidos, pasando junto a un lago artificial, PAREA EL AGUA (950).

Mientras subimos, zona LA SALGAR (990), contemplamos al este en el horizonte lejano un cuadro singular, donde se suceden de izquierda a derecha: SIERRAS LAS PANDAS (P. Jodrao, 749), ESCAPA (P. Mofrechu, 904) y CUERA (P. Turbina, 1.317), cumbres de los tres MACIZOS DE PICOS DE EUROPA en el centro con CANTU CABRONERO (1.996) y VALDEPINO (1.744) en la línea del Precornión, y seguidamente el CORDAL DE PONGA, con sus cotas más destacadas: CARRIÁ (1.432), PIERZU (1.552), PILEÑES (2.012), TEN (2.140), TIATORDOS (1.951), sobresaliendo por encima de MOTA CETÍN (1.134), en un plano anterior, fácilmente reconocible por su característica figura de paralepípedo ortoedro –caja de cartón-.

Sin apenas esfuerzo, ascendiendo por una tupida pradera, pronto alcanzamos la modesta cima, que no presenta un relieve destacado, con restos de un cercado de alambre y un pequeño buzón de cumbre casi a ras de tierra. Al horizonte oriental descrito se añade el cuadro completo del cordal que nos ofrece el Sueve de oeste a norte, donde se ubican sucesivamente las cotas de menor a mayor altitud: LA PALOMBERA (1.031), FONTANIELLES (1.054), PEÑA LLECHAR (1.056), MIRUEÑU (1.136) y PIENZU (1.159), techo de la sierra. Entre pico y pico se reconocen al fondo la punta de Tazones y la boca de la ría de Villaviciosa. En primeros planos, valles y majadas a uno y otro lado.

Ruta corta, muy fácil, sin complicaciones técnicas, que tampoco requiere gran esfuerzo. El pico como tal es irrelevante, pero su situación estratégica merece la visita. La mejor atalaya para conocer las interioridades y el perfil completo del Sueve. Sin llegar a la plenitud del Pienzu (1.159), mar y montaña, incluido el techo de Asturias, Torrecerredo (2.648), tamaña balconada nos ofrece bellos y singulares paisajes a pesar de su modesta cumbre. A ello se añade el atractivo de Espineres (855), con sus connotaciones folclóricas y la fauna característica que pasta en el entorno. ¡Más que un clásico para el senderista!