Alto de Penouta - Peña Penouta - Peña de Xugos - Peneo del Corvo

Se avecinaba un bochornosa jornada, como así fue, por lo que cambiamos a unos aires más frescos, concretamente en el occidente de Asturias: en Boal.

Partimos del ventoso Alto de Penouta (así lo confirma el pequeño parque eólico que corona la cima de la peña) por una pista forestal para desviarnos, a los pocos metros, a la izquierda al encuentro de las enormes aspas. Otra pista forestal atraviesa esta pequeña zona para desembocar, ahora sí, en la cumbre de Peña Penouta: un pequeño montículo, a modo de entrañable mirador, desde el que admirar unas fantásticas panorámicas de la costa, con Tapia de Casariego en el centro.

Continuamos bajando por la ladera contraria, algo cerrada en algunos tramos por cotolla (ojo con las garrapatas... nosotros volvimos con alguna), para terminar nuevamente en una cómoda y limpia pista forestal, catalogada como PR, la cual nos lleva sin mayor contratiempo por unas bonitas majadas hasta alcanzar la preciosa capilla de San Isidoro, con un inconfundible estilo tan característico de la zona occidental de la región.

Seguimos durante unos escasos instantes por una carretera hasta desviarnos, a la derecha, por otra pista forestal. Desde este punto podemos ver la cima de Peña Xugos, la cual rodearemos a la bajada debido a la abundante vegetación que en estos momentos cubre su superficie.

Poco antes de atacar la suave subida al Peneo Corvo, o Fonteblanca, vemos a nuestra derecha los restos de un antiguo teleférico que parecía conectar con el embalse de Grandas de Salime.

Nuestra gran cumbre de hoy está coronada por un gran jito de pizarra, un elemento arquitectónico clave en el occidente de Asturias. Durante buena parte de la pista de bajada podremos ver, a nuestra izquierda, los dos grandes techos de esta zona: Carondio y Gargalois.