ALTO JARAMA: EL VADO Y LA VEREDA

Propósito inicial: desde la presa del Vado coger al camino de La Vereda y llegar al pueblo abandonado de El Vado. Ir a Matallana y regresar por el pueblo de La Vereda. Regreso por el camino de ida. Total: 25 kilómetros.
La realidad fue otra.
Diez de la mañana. Dos personas: Angel y yo.
Iniciamos la marcha en la presa de El Vado, como estaba previsto y cogemos el camino de la Vereda. Primero entre pinos. La senda esta magníficamente trazada yendo entre barrancos sin apenas desnivel y contrafuerteada por altas hileras de pizarras. Algunas de cerca de cuatro metros. Llegamos a los meandros del arroyo de Vallosera y vemos, en los ricos de la ladera de enfrente a unos ocho buitres en sus guaridas estando un poco mas alto que ellos en una vista impresionante. Aún aguantaron un poco antes de volar ante nuestra presencia. Hacemos unas zetas y nos encontramos ante la dificultad de la jornada: el vadeo del arroyo de Vallosera. Unos dos metros de longitud de agua con algunas piedras y troncos por el cauce. Angel no lo piensa mucho y se decide en un par de saltos. Resultado: tropiezo en la última piedra y "mojada" un poco mas arriba de la caña de sus botas. Yo decido pasar por un tronco, creo que de abedul, y sonsigo, con ayuda de mi compañero cruzarlo sin novedad. Debo decir que lo mas lógico en estos casos es su vadeo descalzándose. Yo me declaro alérgico a esto, lo reconozco. Comenzamos subiendo y, ahora entre robles, llegamos a los chozos de Félix Rodríguez de la Fuente, que rodaba y guardaba animales por estos lares. Cogemos la pista que va a El Vado (pueblo). Nos pasamos los hitos del pueblo y hacemos como un kilómetro en balde, entre ida y vuelta.
Cogemos el camino y llegamos a la Iglesia de El Vado, en lo alto de una especie de península. No logramos encontrar restos del pueblo¡¡¡¡¡. Nos llama la atención el tamaño de la Iglesia, de tres naves y sin cubierta. Novedad: no recuerdo nunca haber ido a un pueblo por un camino de hitos. Entiendo que la pista iría por abajo y ahora es parte del pantano. Volvemos a la pista y llegamos al pueblo de La Vereda, desechando la idea de ir a Matallana por un camino que viene en los mapas pero que no nos da mucha confianza. La Vereda:pueblo con una historia única en el siglo xx, larga para contarla aquí. Ahora en reconstrucción y con casi nulos habitantes entre semana. Hora de comer: en el atrio de la Iglesia. Protegidos de sol, lluvia y viento (si hubiera habido estos dos últimos). Gatos, eso si. Después de comer decidimos ir por la pista en vez de volver por la senda del Vallosera. Sabemos que haremos algunos kilómetros mas pero haremos la ruta circular. La pista tiene un número indeterminado de cerezos que en esta época dan un toque de color a la ruta. Las vistas se hacen grandiosas, viendo La Vereda como un pueblo en lo alto rodeado de barrancos por casi todas partes. Llegamos a ver Corralejo,
Campillo de Ranas y Roblelacasa dominados por el San Cristóbal y lógicamente, el Ocejón. Por fin llegamos a la presa y finalizamos la ruta. Falta poco para la puesta de sol.
Al final: 28 kilómetros, mas de ocho horas y ... proyecto de volver a hacerla con algunas variantes.
Mucho mas problemático fue localizar un par de pintas de Guinnes en la vuelta, ¿verdad Arambol???