ALTO OCA PR-BU-55 (VILLAFRANCA-BURGOS)
near Villafranca-Montes de Oca, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
Waypoints
Iglesia de Santiago Apostol.
Bonito día otoñal de amaneceres rotundos y temperatura primaveral. Llegamos a los pies de la iglesia de Villafranca Montes de Oca (Burgos) donde da comienzo nuestra ruta circular por la cabecera del río Oca. La iglesia está cerrada. Es un templo del XVIII. Un vecino nos dice que dentro de la nave hay una enorme concha natural que hace las veces de pila del agua bendita. Todos prometemos volver algún día festivo para asistir a la celebración eucarística y santiguarnos con el agua de la concha.
Hospital de Peregrinos
Nuestro recorrido coincide durante los tres primeros kilómetros con el trazado del Camino de Santiago. Subimos una empinada cuesta de adoquín hasta la puerta del antiguo Hospital de San Antonio Abad o de la Reina (S.XIV), convertido actualmente en hotel.
Subida al Cementerio
Después de la tapia del hotel, giramos a la derecha e inmediatamente después a la izquierda para alcanzar el cementerio de la villa.
Cementerio
Desde la puerta del cementerio se puede ver un panteón en el que reposan los restos de algunas de las personas fusiladas en estos montes durante los cinco primeros meses de la guerra del 36 al 39 y que unos pocos llaman, no sin acierto, guerra incivil. Una vez superado el cementerio dejamos a la izquierda un pequeño depósito de agua y seguimos las indicaciones del Camino de Santiago.
Vista de la Sierra Cantabria
Tras una corta zona de falso llano, afrontamos la cuesta de la Tejera. Echando la vista atrás vemos abajo el caserío de Villafranca y, al fondo, la riojana Sierra de Cantabria con una sutil neblina sobre el curso del Ebro.
Vista de la Sierra de La Demanda
La parte más dura de la ascensión termina y llegamos a un mirador con un murete de piedra desde el cual vemos la Sierra de la Demanda, en la que destacan los picos del San Millán, del San Lorenzo y del Trigaza.
Fuente de Mojapán
Unos metros más allá llegamos a la fuente de Mojapán. Aquí debían de mojar los mendrugos de pan duro los pastores para no acabar con los dientes deshechos. Es una agradable zona de reposo. El caño no da, en esta época del año, mucha agua. No hay problema, pues de momento no hemos hecho sed. Un poco más adelante, junto a una curva del camino, se encuentra el manantial auténtico, hoy en día cubierto por la vegetación y entubado hasta la fuente que hemos visto unos metros más atrás. Nos adentramos en un bosque de roble desprovisto, en gran medida, de sus hojas. En otros tiempos estos bosques eran famosos por ser cobijo de bandidos que asaltaban a peregrinos. La leyenda sitúa aquí un milagro de Santiago que salvó la vida a un joven peregrino.
Comienzo del Pinar de Valbuena
Superamos los 1100 metros de altitud y nos adentramos en un pinar siguiendo las marcas del Camino de Santiago. Ya vemos las primeras setas de la jornada y pronto llegamos a un cruce.
Fosas de la Guerra Civil
Tras recorrer el pinar durante unos 500 metros, hay que girar a la izquierda y coger el camino que baja hasta carretera N-120, siguiendo la dirección hacia la Presa de Alba que marca un letrero de madera. Pero antes de seguir nuestra ruta, continuamos unos 200 metros más por el Camino de Santiago para ver dos fosas comunes y el monumento erigido en honor a los asesinados en esta zona en 1936.Conmueve saber que nos encontrarnos sobre el emplazamiento de dos fosas halladas en 2010 y 2011. Una de ellas es, por el momento, la mayor de las encontradas en toda España: aquí se exhumaron 104 cuerpos. Desandamos los 200 metros y cogemos el camino que baja a la carretera.
Giro a la izquierda. Abandonar Camino de Santiago
Tras visitar las fosas de la guerra retrocedemos 200 metros para coger el camino que baja hasta carretera N-120, siguiendo la dirección hacia la Presa de Alba que marca un letrero de madera.
Ascender por la N-120
Cogemos el camino que baja a la carretera, para, una vez en ella, remontar por el arcén izquierdo unos 150 metros y salirnos de la N-120 tomando el camino de la izquierda.
Salir de la N-120
Tras 150 metros por la carretera, nos salimos de la N-120, cogiendo una pista con asfalto que corresponde a la antigua carretera. 350 metros más arriba tomaremos una pista forestal entre pinos.
Giro a la izquierda. Seguir por el pinar
350 metros más arriba de abandonar la N-120, tomaremos a la izquierda una pista forestal de tierra que discurre entre pinos. Un cartel de madera nos indica la distancia que nos queda hasta la presa de Alba. Es una zona de setas. Nos cruzamos con algún coche setero con olor a boletus camino del guiso. El buen setero es el que tiene tan domesticadas las setas que cuando las llama van solas a la cazuela.
Giro a la izquierda. Seguir por el pinar
En el siguiente cruce hay que coger el camino de la izquierda.
Paso canadiense. Seguir de frente
Tras cruzar sobre un paso canadiense, caminamos 200 metros y tomamos el camino de la derecha para bajar hasta Peñalta.
Giro a la derecha. Bajada a Peñalta
Tomamos el camino de la derecha para bajar hasta Peñalta.
Camino asfaltado. Girar a la derecha
Peñalta. Aquí entronca el camino con la pista asfaltada que conduce hasta el muro de la presa de Alba, a la derecha, y con Villafranca, a la izquierda. Seguimos a la derecha unos pocos metros por la pista asfaltada en dirección hacia Alba.
Vista de la Presa de Alba y La Demanda
Desde este punto tenemos una hermosa "postal" de riscos, agua, vegetación y cimas de la Sierra de la Demanda. Hemos leído recientemente que la localidad de Briviesca ha tenido que tomar agua de otros manantiales en lugar de abastecerse de esta presa puesto que tiene una alta concentración de manganeso debido al bajo nivel de agua que presenta este año. Del soporte de madera, algún vándalo ha hecho desaparecer la información que en su día ayudaba a reconocer los picos de la Sierra. Un lugareño que nos encontramos dice tener la foto del panel y promete enviárnosla por los modernos aparatos de comunicación con los que tan bien nos manejamos. Gracias.
Borde de la Presa de Alba
Tomamos la bajada por el camino de tierra de la derecha que nos llevará hasta el nivel de las aguas y que bordea la presa.
Torre de Alba
Antes de llegar a Alba vemos a nuestra derecha un peñasco, la Torre de Alba, sobre la que en época medieval (S. XI y XII) se asentó el castillo de Alba.
Lavadero de Alba
Al final del camino, justo antes de encontrar una pradera con una valla de espino, vemos a nuestra derecha los restos del pueblo de Alba. Apenas quedan unos muros de piedra engullidos por la vegetación. En el lavadero se puede ver la fecha de su construcción (1931) y la inscripción que prohíbe lavar a los hombres.
Ruinas de Alba
Recorremos las calles del pueblo hasta llegar a los restos de un antiguo pajar junto a unas eras. Los árboles han ido invadiendo Alba, que estuvo habitada hasta mediados del siglo XX. Regresamos a la entrada del pueblo y seguimos por el centro de la pradera
Arroyo de San Millán
Tras remontar una cuesta caminando por el centro de una pradera, llegamos hasta una pequeña loma desde la que descendemos ligeramente hasta el lecho del arroyo San Millán, hoy sin agua.
Hayedo de Alba
Siguiendo un sendero bastante transitado que gira ligeramente a la izquierda, nos adentramos en la cabecera del hayedo de Alba, el primero de la jornada. Vemos algunas hayas centenarias y algunas otras que ya han dicho adiós a su ciclo vital. Los colores del otoño ya no son los rojizos que tanto agradecen las cámaras fotográficas. Predominan los tonos marrones sobre una alfombrada avenida enmarcada entre el roquedo, a la derecha, y el barranco hacia el río, a la izquierda. Al salir del hayedo vemos un tejo encima de nuestras cabezas que literalmente hinca sus raíces en la roca caliza.
Los Mazos
Salimos a una zona despejada dejando atrás el hayedo y, abajo a la izquierda, el cajón del río. Seguimos por una senda que discurre paralela a la hoz del río. Es predominantemente llana. A unos 500 metros encontramos una piedra que nos indica la bajada hasta el río.
Bajada al río Oca
Una piedra nos indica la bajada hasta el río. Hacemos una pequeña parada sobre unas rocas desde las que se nos muestra una hermosa vista del cañón de Punegro; un estrechísimo paso entre la caliza de las aguas del Oca en lo que hoy en día es la cola de la presa de Alba.
Hoz de Punegro
Hacemos una pequeña parada sobre unas rocas desde las que se nos muestra una hermosa vista del cañón de Punegro; un estrechísimo paso entre la caliza de las aguas del Oca en lo que hoy en día es la cola de la presa de Alba. El descenso a partir de aquí se hace más pendiente hasta llegar al curso del río
Final de la bajada al río Oca
El descenso a partir de aquí se hace más pendiente hasta llegar al curso del río y cruzarlo pisando unas piedras junto al prado de las Camaretas.
Cruzar el río Oca. Prado de las Camaretas
Al llegar al curso del río Oca hay que cruzarlo pisando unas piedras junto al prado de las Camaretas. Desde aquí remontamos la cuesta, corta pero dura, hasta llegar a las proximidades de la Peña.
Subida a la Peña
Desde el río Oca remontamos la cuesta, corta pero dura, hasta llegar a las proximidades de la Peña.
Girar a la derecha hacia Rozquemada
Una vez remontada la cuesta, al llegar a las proximidades de la Peña, giramos a la derecha, cogiendo un sendero que inmediatamente se hace camino y que nos conduce hasta el arroyo de Rozquemada. En este punto, si nos desviamos unos 100 metros a la izquierda hasta lo alto de la Peña, tenemos unas vistas fabulosas de toda la hoz de Punegro; un cajón estrechísimo y profundo que ha ido excavando el río.
Arroyo de Rozquemada
Desde la Peña, cogiendo un sendero que inmediatamente se hace camino, llegamos hasta el arroyo de Rozquemada, que también está seco. De frente encaramos la última subida del día para, en menos de 500 metros, llegar a Valliciruelas.
Subida a Valliciruelas
Siguiendo de frente desde el arroyo de Rozquemada, encaramos la última subida del día para, en menos de 500 metros, llegar a Valliciruelas, donde tomaremos a la izquierda el camino principal durante 200 metros.
Acebo de Valliciruelas. Girar a la izquierda
Al terminar la subida, justo en la confluencia con el camino principal, nos detenemos para fotografiar un enorme acebo, hembra ella, que presenta relucientes bolitas rojas.
Laguna de Valliciruelas. Girar a la izquierda
Un poco más adelante del acebo encontramos la pequeña laguna de Valliciruelas que ya empieza a tener un poquito de agua. Está a la izquierda del camino principal, a menos de 100 metros.
Castro de Somoro. Vistas de la Presa de Alba
Tras 200 metros por el camino principal desde el entronque junto al acebo, lo abandonamos para coger otro a la izquierda que nos conduce al castro de Somoro. A 300 metros, al final de una finca vallada que hay a nuestra izquierda, vemos abajo, a nuestra derecha, el casco urbano de Villafranca en el que destaca su iglesia, nuestro punto de salida y de llegada. Antes de acometer el descenso siguiendo a la derecha unos hitos de piedra, decidimos seguir de frente 300 metros más y acercarnos al alto de Somoro, un castro que estuvo habitado en época prerromana y romana. Esta atalaya rocosa es un lugar ideal para comer sentados en la hierba apoyando la espalda en la roca, con los buitres merodeando sobre nuestras cabezas y unas bonitas vistas de la presa y de su entorno. Es el momento de compartir charla con algún que otro senderista conocido con el que coincidimos.
Somoro. Girar a la derecha
Tras la frugal comida, austera por principios, desandamos unos 300 metros y afrontamos la bajada final de unos 3 kilómetros hasta llegar a Villafranca. Frente a la esquina de una finca vallada parte un sendero con hitos de piedra que en pocos metros nos adentrará en un hayedo.
Hayedo del arroyo Turrientes
El inicio de la bajada es un cerrado hayedo paralelo al arroyo Turrientes cuyo curso, cuando lleva agua, discurre más abajo a nuestra izquierda.
Hayedo del arroyo Turrientes. Girar a la izquierda
200 metros después de entrar en el hayedo hay que girar a la izquierda dejando la senda principal más ancha y cogiendo otra menos marcada.
Desvío a la Ermita, el desfiladero y la fuente. Seguir de frente
En breve se llega al paso de una valla de alambre de espino y poco después a un letrero de madera que nos indica que quedan 2 kilómetros de mullida y cómoda senda entre robles y hayas hasta Villafranca. En este punto podemos desviarnos unos metros para conocer la ermita de la Virgen de Oca (probablemente la sede de la primitiva diócesis de Oca), el manantial de San Indalecio (según la tradición, el primer obispo de Oca, martirizado junto al manantial en el que aún pueden verse piedras con manchas rojas de su sangre), o el desfiladero de la Hoz (paredes de roca caliza del cretácico excavadas por el río Oca en las que aparece alguna pequeña cascada o la cueva de los Moros, colgada en medio del muro rocoso). Como ya conocemos estos tres puntos de interés, decidimos seguir por la senda.
Bosque de robles y hayas
Seguimos por la senda y nos dejamos sorprender por este colorido y ameno sendero que discurre por un bosque de robles y hayas.
Girar a la izquierda. Camino principal
Al llegar al camino principal lo tomamos a la izquierda continuando la bajada hasta Villafranca.
Barrio de La Revilla
Pronto vemos las primeras construcciones de Villafranca: unas naves agrícolas y de almacenamiento de leña. Por las calles hormigonadas llegamos al barrio de La Revilla.
Puente sobre el río Oca
En el barrio de La Revilla atravesamos el puente sobre el río Oca.
Tomar la calle de la derecha
Después de atravesar el puente sobre el río Oca, giramos a la derecha en la primera calle para salir inmediatamente a la calle principal, que coincide con la carretera nacional.
Cruzar la carretera y seguir hasta la iglesia
Salimos inmediatamente a la calle principal, que coincide con la carretera nacional, acabando la ruta en la plaza de la iglesia con cara de alegría y piernas de no mucha fatiga. Lo celebramos tomando un refrigerio en la cafetería del cercano hotel en el que una de las trabajadoras comparte conversación con nosotros y nos habla de los numerosos peregrinos surcoreanos que este año han recorrido el Camino. La pandemia había mermado mucho la presencia de peregrinos asiáticos. También hablamos de algunos famosillos que han pasado y parado aquí, como los reyes de los belgas, el rey de España y sus hermanas, cuando él era príncipe, o el actual jefe de la oposición, del que no sabemos si llegará a reinar algún día en el Congreso.
Comments (1)
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¡Eres un gamberro! ¿Qué pinta una zapatilla J´Hayber como icono tuyo? . )))