Ameyugo, la Laguna, barranco de la Laguna

Salimos de Ameyugo, tras dejar el coche a la vera del bar del pueblo que atravesamos hasta llegar a la última casa que destaca por su decoración. Giramos a la izquierda y cruzamos el puente sobre la AP1. El camino gira a la izquierda y transcurre más o menos paralelo a la autopista.
Al cabo de poco tomamos un camino a la izquierda que inmediatamente se bifurca en dos. Elegimos el de la izquierda y seguimos por él hasta que muera en una finca. Entramos en la finca y vamos pasando de una a otra hasta dar con el sendero que sube al monte. Una vez en él no hay pérdida y sólo hay que subir rodeados de boj, avellanos y musgo. La subida se recrudece en algún tramo pero esto no es nada comparado con lo que nos encontramos cuando vemos una flecha de color rojo que nos invita a girar a la izquierda dejando nuestro cómodo sendero y encararnos con la subida final hacia la cueva de Vallejera.
Se agradecen los bastones, las ramas y un par de cintas a las que nos aferramos para trepar hacia la cueva.
Por fin vemos una flecha metálica sujetada con un alambre a un árbol, cosa que se me antoja innecesaria pues, con el tiempo, el árbol ha crecido y la flecha ha quedado encajada en la corteza del árbol.
Tal como recordaba al pico tiempo aparece la citada cueva con múltiples graffitis.
Aprovecho una roca de la entrada para tomarme un tentempié y para "cultivar mi espíritu" leyendo las pintadas.
Prosigo mi camino dejando la cueva a la izquierda y esperando no perderme muchas veces. Recuerdo que hace años era muy fácil perder el sendero y tener que adivinar su paradero. Hoy algo ha cambiado y numerosos hitos (piedras apiladas) y algunas placas de los apostaderos de caza ayudan bastante. Sin embargo, encuentro un hito que me desvía del camino y que me llevaría de vuelta al sendero por el que circulaba antes de iniciar la fortísima subida hacia la cueva, pero unos cien metros más allá del desvío señalizado con una flecha roja pintadas en las roca. Lo peor es que ese sendero es casi intransitable. Opto por derribar el hito traidor y prosigo mi sendero dando algún que otro tumbo hasta llegar a la placa del Monte.
Se que a partir de aquí será más fácil perder el escurridizo sendero impracticable a veces por culpa del boj.
Alguien ha colocado nuevos hitos y en algunos lugares ha recortado algunas ramas de boj. Con todo, eso es insuficiente y hay que andarse con cuidado de no perder los hitos, que se hacen escasos por haber pocas piedras en este tramo.
Al fin llegó a una zona rocosa, el camino gira a la izquierda y me encuentro con una puerta en la alambrada. La cruzamos y seguimos paralelos a la alambrada hasta que encontramos una escalera para saltar la y acceder a... A nada pues el boja borrado cualquier sendero.