ANAGA Igueste de San Andrés Casas de Abajo El Semáforo (PR TF 5.1) Casa de los Atalayeros La Atalaya y regreso

Una de las clásicas de Anaga, aconsejable para darse una escapadita corta de un par de horas a poca distancia del casco urbano de Santa Cruz. Recomendable hacerlo a primeras horas de la mañana para acometer la subida a la sombra de la pared que tendremos al este.

Carece de dificultad, si bien hay que ascender en fuerte pendiente un desnivel de cuatrocientos metros hasta coronar el punto más alto del recorrido, poco esfuerzo para la recompensa que brinda el disfrutar de unas vistas excepcionales en lo alto de La Atalaya y del Semáforo.

Comenzaremos nuestro recorrido al final de la carretera del barrio de Igueste de San Andrés, al que se accede por una única y sinuosa carretera que parte del cruce de la Playa de las Teresitas.

El camino no tiene pérdida, partiendo de la Plaza donde, cómo no, se encuentra la iglesia, siguiendo las consabidas señales de bandas horizontales paralelas blanca y amarilla que nos indican que transitamos por el sendero homologado PR TF 5.1.

A pocos metros del inicio comenzará la subida sin concesiones, con un primer tramo que discurre por escalones entre las viviendas de las Casas de Abajo (recuerde que cuando la señal blanca y amarilla forma un aspa / cruz quiere decir que NO debe tomar ese camino).

No desaprovecharemos la ocasión, aunque ya lo veremos al regreso al volver por el mismo sendero, de echar vistazos hacia atrás a medida que ganamos altura, apareciendo a lo largo de la costa una espectacular vista que abarca hasta la ladera de Anocheza pasando por el casco urbano de Santa Cruz y que culmina al fondo con El Teide.

En pocos minutos, abandonaremos la escalera para desviarnos hacia nuestra izquierda, siguiendo la señal que indica El Semáforo (hacia la derecha continuaría hacia el cementerio). Si bien la pendiente es acusada, el estado del terreno, tallado en su mayor parte en roca firme y no resbaladiza, permite afrontarlo con bastante comodidad, incluso cuando retornemos por este en el descenso.

Es habitual encontrarse con algunas cabras creo que asilvestradas, observación que hago por la precaución que debemos tener cuando estén en un nivel superior al nuestro, pudiendo provocar desprendimientos de piedras que podrían ocasionarnos graves lesiones.

Poco a poco se van abriendo nuevas vistas a nuestra izquierda de los barrancos y cumbres que coronan el Valle de Igueste hasta llegar a un nuevo cruce perfectamente señalizado indicando que a 600 metros a la derecha se llega al Semáforo.

En esta ocasión lo visitaremos al regreso (queda a elección de cada uno). Seguiremos en ascenso a la izquierda en sentido contrario del que indica la señal por un sendero ya más estrecho que el cómodo y amplio camino por el que hemos venido hasta el momento, si bien no presenta ningún tipo de dificultad, estando perfectamente definido.

En pocos minutos coronaremos la subida, abriéndose una vista espectacular sobre las cumbres de Anaga que hasta ahora no podíamos ver. Nuestra próxima meta estará a pocos minutos hacia la izquierda, en la antigua construcción conocida como la Casa de los Atalayeros.

No debemos separarnos demasiado de la cresta, que será la mejor referencia para no perder la veredilla que ahora se ha desdibujado algo, pero que no supone riesgo alguno de pérdida ya que la casa se verá prácticamente desde cualquier lugar.

Una vez superada esta, nos volveremos a sorprender con una nueva vista que ofrece hacia la otra vertiente de Anaga, distinguiéndose a lo lejos las torres de electricidad donde se ubican Las Casillas, el barranco de Chiquina, y las cumbres de la Reserva de Ijuana.

Dos mojones marcan la vereda que, tras superar la casa, se dirige hacia las Casillas y que algo más adelante se bifurca hacia la Playa de Antequera, una de las clásicas rutas de Anaga de la que estamos recorriendo su tramo inicial.

Despreciaremos estos mojones para dirigirnos hacia la derecha por una vereda algo desdibujada y sin desnivel que en pocos metros nos llevará hasta La Atalaya, punto culminante de nuestro pateo y que no tiene pérdida al recortarse contra el horizonte una discreta pero bien visible columna de cemento que lo marca y que ofrece vistas privilegiadas sobre el Roque y la Playa de Antequera y que muchas veces se obvia (indebidamente, creo yo) al hacer la ruta hacia esta última.

Sin más, desandaremos nuestro camino para volver a nuestro lugar de partida, no sin antes pasar por El Semáforo si no lo hemos visitado a la ida.

AVISO. Los tracks y rutas aquí descritas son orientativas, quedando a responsabilidad exclusiva de quien las siga de cualquier accidente o percance que pudiera derivarse del seguimiento de la misma.