ANCARES. Caminos de Candín: Candín - Amatua - Villasumil. Ancares leoneses

Ruta caminos de Candín. Candín – Amatua –Villasumil
Distancia total recorrida 12,2 kilómetros
Tiempo total empleado 2 horas 50 minutos.
Tomando como partida el pueblo de Candín, llegaremos a la emblemática Peña de Amatua, para regresar al punto de partida, pasando por Villasumil, otro de los pueblos del Valle de Ancares.
Iniciamos nuestro camino en la carretera de Candín hacia Suertes, bajamos unos 150 metros y antes de cruzar el puente sobre el rio Cuiña, tomamos el camino a la derecha que va paralelo al rio. En otros 150 metros más o menos encontraremos los restos de lo que fue una serrería, sobre la que parece que intentan hacer algún tipo de recuperación.
Seguimos el camino bajo la sombra de robles, a nuestra izquierda prados, bien regados por las aguas del rio, pasto jugoso de las vacas de la zona. Podemos observar los montones de piedras, llamados murias, restos del lavado de arenas de las antiguas explotaciones mineras romanas. En casi 30 minutos, desde la antigua sierra, llegamos al puente sobre el rio Ancares, pues ya toma esta denominación al haberse reunido las aguas del Cuiña y del de La Vega. Estamos en las inmediaciones de Puente Sorbeira, unas pocas edificaciones en la carretera. Cruzamos el puente y tomamos a la derecha para salir a la carretera principal frente a las casas de Puente de Sorbeira. Seguiremos por la carretera unos 260 metros hasta tomar un camino a la izquierda con indicación hacia Lumeras. Seguiremos el camino principal hasta el punto 09 donde tomaremos a la derecha teniendo ya a la vista las Peñas de Amatua, encontramos el camino despejado gracias a un reciente desbroce.
Finalmente nos encaramamos a las Peñas. Nota geológica, estamos ante un estrato tumbado de cuarcitas del Ordovícico. Desde la cumbre las vistas hacia el Norte son espectaculares. Destaca el gran depósito fluvioglaciar de Sorbeira, a la izquierda, el perfil en U del valle glaciar del Ancares, a la izquierda al fondo, y el magnífico telón montañoso, con el Miravalles a la derecha. Igualmente buenas vistas desde la cumbre de Peña Amatua hacia el Sur, dominando la garganta del Ancares en las Peñas del Diablo (que son una continuación del mismo estrato de cuarcitas de Peña Amatua, aquí cortado por una falla que ha aprovechado el Ancares para excavar su angosta salida del valle). En la cumbre hay sombra bajo las encinas, y restos de construcciones, de no muy claro origen.
Después de un buen rato, continuamos nuestro camino desandando lo andado hasta el cruce con la pista que traíamos, seguimos a la derecha y en poco encontramos otra bifurcación con indicaciones en un poste madera, seguimos rectos, dirección NE, dejando a la derecha el camino de Lumeras, pues nos dirigimos a Villasumil. Iremos faldeando en un agradable recorrido durante aproximadamente 1 hora, en un paisaje abierto hasta la entrada al pueblo de Villasumil. Podemos abastecernos de agua en su magnífica fuente, antes de seguir camino. Salimos del pueblo, y al poco nos encontraremos con el singular castaño de El Cantín, también merece una pequeña parada. Aquí abandonamos el camino que traíamos, que nos llevaría a Espinareda y nos dirigimos al Oeste. Vamos descendiendo hacia el valle del arroyo, por el paraje de Las Bouzas, por un perdido camino pizarroso, con huellas antiguas de pasos de carros. Estamos ya de regreso, lo hacemos por la otra margen del rio Ancares, remontándolo, cruzaremos el rio de La Vega, y saldremos a la carretera que une Candín con Suertes. Ya solo nos queda atravesar el puente sobre el Cuiña y subir la pequeña cuesta hasta el cruce de Candín. Dónde bien podemos tomarnos alguna bebida fresca después de esta paisajística ruta.