Anillo mágico de la Almijara: Almendrón, Tajos del Sol, Navachica y Cielo

Empezando desde el habitual punto de inicio al Pico Cielo, la ruta tuvo como objetivo cerrar el círculo que pasa por el desafiante Almendrón, los Tajos del Sol, el Navachica (techo de la Almijara) y el Pico Cielo. Sirva como aviso que nos hicieron falta 10 horas justas a un grupo reducido de montañeros acostumbrados a la piedra, en buenas condiciones de forma física y con experiencia probada y reciente en la zona; sin tener ningún percance por mínimo que sea, con un tiempo bastante apacible y sin viento. A un ritmo menor, ya sea por falta de forma o por no estar habituados a la montaña, con peores condiciones climatológicas o teniendo algún problema, se puede ir fácil a 12-14 horas. Tampoco es aconsejable meterse en este berenjenal si se padece vértigo, pues en el Almendrón hay varios pasos expuestos; y la trepada a los Tajos del Sol, siendo asequible por las numerosas opciones, es bastante vertical. Solo hay fuentes en los primeros kms, por lo que es necesario portar un importante volumen de agua, sobre todo si hiciere calor.

El camino hasta La Puerta es de baja dificultad técnica, pero el desnivel a superar no es ninguna tontería (1000 m en 7 km). Se transita por pistas y senderos claros y relativamente cómodos, por lo que la orientación en este tramo es fácil. Al principio pasamos por el Pinarillo y por la Fuente del Esparto, hoy con bajo caudal. La Puerta es un fantástico mirador natural al Valle del Chillar en particular y al oeste en general. El Almendrillo y el Almendrón son testigos perpetuos de esta atalaya. El sendero continua sin más problema hasta la base del Almendrón. Su encumbramiento es el reto más técnico de toda la ruta, aunque se puede aligerar dejando las mochilas al comienzo pues hay que bajar por el mismo sitio. Prefiero enlazar aquí una ruta del gran Manu Rinconero para ilustrar mucho mejor que yo los pasos complicados y volver a agradecerle que me guiara a su cumbre tan solo hace unos meses. No obstante, quiero señalar que en muchas ocasiones el mejor paso está a la derecha, en la zona de los tajos a la que la intuición no te tiende a llevar. Siguiendo este track, en mi opinión solo hay un paso expuesto de unos tres metros: el filo de una roca con mala caída a ambos lados. Desde arriba las panorámicas son soberbias en todas las direcciones y se adivina perfectamente casi todo el camino, pegado al abismo, que nos queda hasta los Tajos del Sol.

Una vez recogemos las mochilas, tratamos de bajar por sendero que traíamos, el cual alcanzamos justo en el cruce con la vereda que baja al Barranco de los Cazadores. Desde aquí a los Tajos del Sol el camino es pedregoso, pero evidente y de difícil pérdida, pasando por el Tajo de la Quiebra y el Nido del Buitre. Al pie de la pared vertical de los Tajos del Sol, descansamos y nos avituallamos, pues es necesario estar fresco en este punto. Hay multitud de opciones, pero nosotros elegimos la trepada más corta, que resulta de salir por la parte más baja de la línea superior del tajo. Por tanto, hay que ir tendiendo a la derecha durante las trepadas, que siempre han de evitar los planos inclinados lisos, sobre todo en mojado. Aunque en mojado es una locura meterse en los Tajos del Sol. A mitad de subida hay una repisa horizontal bastante ancha que te permitiría acercarte al abismo del Chillar, por donde también se sube habitualmente. Pero la trepada es más larga. Nosotros, como digo, salimos por la parte derecha de los Tajos conforme se sube, la más baja, y que te deja fácilmente en gran nava de los Altos de la Mina. Buscamos el mejor paso por ellos, evitando los arbustos en la medida de lo posible, superando sin inconvenientes la nava a pesar de que no hay sendero. De nuevo comenzamos a subir ya sin parar hasta coronar Navachica, donde nos cayeron dos tandas de copos de nieve. Hoy las vistas desde el techo de la Almijara eran sobresalientes.

El camino hasta el Cielo fue más cómodo de lo que yo esperaba, pues casi siempre hubo vereda bastante clara, excepto entre el Puerto de la Orza y el Collado de Mina Herrera, tramo que superamos sin más inconvenientes que regatear una buena cantidad de árboles muertos. El sendero reaparece tras el collado para dejarnos en el Cielo, donde hoy corría un biruji desagradable. Bajamos por el habitual camino de la Civila, dejando de lado la bajada de la Media Luna. Este sendero es sencillo quitando el primer km, bastante pendiente y algo técnico. Después la pendiente baja y el camino se ensancha. Los últimos km son por pista con algún recorte traicionero. Sin más contratiempos y después de 10 horas, cerramos esta inolvidable circular que tuve el honor de guiar al alimón con mi compañero y amigo Aitor.