Antequera - Los Pinos - Torre Hacho - Sendero Las Arquillas - Cueva Mina del Agua -Hotel Convento de la Magdalena

Para hacer la ruta con Ana, dejamos el coche por encima de la urbanización de Santa Catalina donde se inicia el sendero de las Arquillas. Desde allí giramos a la izquierda para ir a los Pinos de la Torre Hacho desde donde hay bonitas panorámicas de Antequera, La Vega, la Peña de los Enamorados, del Torcal y de la Sierra de las Cabras . El sendero va hacia arriba por la derecha, con algunas subidas con muchas piedras a su alrededor y al final llegamos a los Pinos y finalmente llegamos a la Torre Hacho. Desde allí bajamos a la derecha hasta llegar al inicio del Sendero de las Arquillas.
El sendero discurre casi en llano, y va en paralelo a una conducción de agua, durante unos 4 km. Abajo está el cauce del arroyo de la Magdalena (La Taea), del que se toma el agua para la conducción. A medio camino hay un túnel(mina de agua), como de 1,70 m de altura, cuyo final no llegamos a divisar. El paisaje es fundamentalmente la Vega de Antequera. Según vamos avanzando, se empieza a ver el campo de golf, Gandia y posteriormente, el Hotel de la Magdalena, un antiguo convento restaurado que ahora sirve de hotel y lugar de celebraciones y convenciones.
Ahí se ve ya al fondo el Camorro Alto y las Escaleruelas, junto al Torcal, del que se ve parte. Las Arquillas tienen su origen romano y su función era llevar agua desde el Nacimiento de la Villa a la ciudad. El sendero transcurre paralelo a la conducción de agua y está en un estado de conservación bastante bueno excepto por algunos tramos de la valla de madera, que están caídos. La conducción de agua no está al aire, es decir, no es una acequia, sino que transcurre enterrada dentro de tuberías cerámicas. El suelo del carril está lleno de restos de cerámica de la canalización, pero son modernos, hechos incluso con máquinas. El hecho de ser una conducción cerrada provocaba que el aire que iba dentro con el agua llegara a acumularse y hacer subir tanto su presión que llegaba a reventar la canalización. Precisamente, el cometido de las arquillas era servir de aliviadero de la presión, ofreciendo un lugar de escape para el aire de la canalización.

Bonita ruta y disfrutando con las magníficos paisajes.