Antigua - Ampuyenta 07 Agosto 2016

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Bienes de Interés Cultural. Iglesia de Nuestra Señora de la Antigua
Bienes de Interés Cultural. Ermita de San Pedro de Alcántara. La Ampuyenta

Ermita de la Ampuyenta
Se levanta en la pequeña Aldea del mismo nombre. Su fundación se remonta a finales del siglo XVII y está dedicada a la advocación de San Pedro de Alcántara. La obra, que comenzó en 1681, fue financiada gracias al mecenazgo de don Pedro Medina y su esposa doña Agustina Bethencourt.
Su arquitectura sigue el modelo tradicional de las ermitas isleñas de época moderna. En origen debió responder a una sencilla sala, de modestas dimensiones, con cubierta a dos aguas. Con posterioridad, a lo largo del siglo XVIII, se fueron introduciendo algunas modificaciones y ampliaciones.
En la actualidad consta de una sola nave, con capilla mayor o presbiterio diferenciado en altura y anchura. En el exterior, destaca la espadaña de dos cuerpos y tres huecos de campana, realizada en cantería gris, y la escalera de mampostería que, desde afuera, daba acceso al coro y al mismo campanario. Además, un elemento característico de algunas ermitas de la isla es el muro almenado o barbacana que las rodea.
Ya en su interior destaca el suelo de losas de cantería clara y, sobre todo, las importantes muestras de policromía que decoraban la ermita, especialmente relevantes en la techumbre que mantiene partes del antiguo artesonado y en la puerta de la sacristía. Además, conserva uno de los ejemplos de pinturas murales del siglo XVIII más importantes de Canarias. En ellas se recrean arquitecturas de estilo rococó, imitando balaustradas, frisos, columnas, arcos y esculturas dentro de hornacinas. Por sus valores patrimoniales esta ermita fue declarada Bien de Interés Cultural en 1993, con la categoría de Monumento Histórico Artístico.
Del siglo XVIII son el coro alto, el púlpito, así como el atril de sobremesa, un banco y las andas o trono, todos en madera policromada.
El retablo mayor, realizado en madera policromada, está estructurado en dos cuerpos y tres calles separadas por columnas salomónicas en el inferior y estípites en el superior. Su hornacina central acoge la escultura de San Pedro Alcántara y el resto está decorado con lienzos de Santa Teresa, Nuestra Señora del Rosario, San Agustín y San Jerónimo, donados por personajes de la localidad.
La riqueza pictórica de este templo lo convierte en la "Capilla Sixtina" del eremitorio insular. En su mayoría las pinturas fueron realizadas en el siglo XVIII por artistas locales, aportando la interpretación popular del arte culto. Destacan algunos lienzos de gran formato como la Alegoría de la Salvación, el cuadro de Animas, los de San Pedro de Alcántara y la construcción del templo, San Pedro levitando y el encuentro místico de San Pedro y Santa Teresa, u otros menores como los del Espíritu Santo y el de Nuestra Señora de Candelaria.