Antoñana-Sabando-Mendibibila-Arburu-Santa Águeda-Peñalascinco-Zabalegi-Peñas de Obi-Maeztu
near Antoñana, País Vasco (España)
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Itinerary description
Vuelta al País Vasco desde Ermua. Etapa 109:
Comenzamos en la parada de bus del pueblo alavés de Antoñana. Venimos aquí huyendo de las lluvias del norte, aunque por ahora aquí tampoco nos libramos del chirimiri.
Atravesamos el pueblo, y luego, avanzamos cuesta arriba por una ancha y cómoda pista, con magníficas vistas de distintos montes y bosques otoñales del Parque Natural de Izki. En esta ruta, haremos cumbre a 6 montes de dicho parque, rumbo al municipio de Arraia-Maeztu.
A los pocos metros de avanzar por la pista, vemos un cruce y un cartel, que indica el camino hacia la cascada de aguaqué. Hubiéramos ido a verlo de no ser porque hay que andar unos 2-3km extra, y al no disponer de demasiado tiempo, preferimos ir directos al grano, y dejarlo atrás.
No obstante, al lado de nuestro camino, existe una segunda cascada, la del Molino de Oteo, que está vez si, decidimos visitar. Pensábamos que con las escasas lluvias de estas semanas, apenas circulará agua, pero si, pudimos observar un bonito salto de agua, rodeado de arboleda de un verde y marrón intenso.
Continuamos varios km por la pista, a la vez que, absortos, vemos pasar incontables motos. Habremos visto unos 200 por lo menos... a donde irían? Que evento habría para concentrar semejante número de vehículos en una zona donde precisamente escasean los pueblos y habitantes?
Además de las motos, disfrutamos también de la presencia de numerosos caballos, pastando y corriendo en una campa herbosa, a los pies del paredón rocoso de la Sierra de Arburu. Hacia allí iremos más adelante.
Lo primero, visitar el pequeño pueblo de Sabando. Tampoco esperábamos encontrarnos con gran cosa aquí, pero este pueblo ofrece varias casas de bella factura, y numerosas flores, que le dan un encanto y colorido especial.
Abandonamos Sabando, haciendo un doble giro derecha-izquierda. Aquí, iniciamos el ascenso hacia la rocosa cresta de la mencionada sierra, rumbo a la primera cumbre, el Mendibibila.
La subida es suave y sencilla de principio a fin aunque incómoda a ratos, por la presencia de alguna roca por el camino, y por la abundante presencia de arboleda, que junto a lo estrecho del camino, hace que el avance sea confuso por momentos. Aquí con niebla hay que ir con cuidado, ya que a pesar de haber alguna marca amarilla y blanca del PR, e hitos de piedra, puede ser fácil salirse del camino y perderse. Estad atentos al track.
Caminamos a pocos metros del precipicio del cresterío, y a ratos nos asomamos para disfrutar de las bonitas vistas de este parque natural de Izki, la vecina sierra de Lokiz, y otros montes, además del pueblo de Sabando, Alda, Ullibarri Arana y otros a lo lejos. Destacar también los enormes árboles que hay por la zona, algunos seguramente sean centenarios.
Finalmente, después de varios minutos sorteando pequeñas rocas y numerosos árboles, llegamos a la cima del monte Mendibibila (1043m). Las vistas son parciales, de unos 180° pero muy interesantes, pudiendo ver lo nombrado anteriormente.
Proseguimos la marcha, yendo en línea recta a la par del precipicio, adentrándonos en algunos momentos por el bosque. En pocos minutos, llegamos a la segunda cima, Arburu (1048m), la de mayor elevación y que da nombre a esta sierra. Aquí hay un vértice geodésico y un buzón. Las vistas son también más amplias, pudiendo divisar la divisoria con la provincia de Burgos, más concretamente con la comarca de Treviño. En frente, observamos muy de cerca la tercera cumbre, Santa Águeda.
Pero antes, decidimos hacer un parón para comer y beber algo.
Ahora si, continuamos la marcha, y de igual modo, en picos minutos, accedemos a la cumbre del monte Santa Águeda (1041m) y a su bonito buzón.
De aquí en adelante, la travesía se complica un poco, ya que nos vamos a meter de lleno en los bosques y peñones rocosos de esta sierra.
Nos dirigimos hacia la cumbre del Peñalascinco, aunque se encuentra algo distante. Lo primero, es encontrar una especie de saliente rocoso conocido como "Peña Rasgada".
Es en esa búsqueda donde cometimos el único error de esta ruta, aunque tiene fácil solución. No tenía claro por donde había que ir. De primeras, descendimos por un estrecho sendero, yendo por la izquierda de un pequeño muro o cresta rocosa, pero luego vimos que realmente teníamos que ir por encina de dicha cresta, así que sorteando algún que otro obstáculo, llegamos arriba, y encontramos con el verdadero camino, señalizado con marcas PR e hitos de piedra.
Luego, tras hacer un nuevo desvío algo confuso, ahora si, llegamos a la Peña Rasgada. Este lugar es impresionante, de una gran belleza, habiendo varias minicuevas o aberturas en la pared, donde pudimos ver volar algún que otro murciélago. Por contra, en el lado izquierdo hay un patio considerable, y a ratos el techo del "túnel" es de baja altura, así que hay que agacharse un poco, pero solo durante unos pocos metros.
Precaución aquí si el suelo está mojado o si hay niebla.
Una vez finalizado este paso, seguimos en medio del bosque, hasta dar con un ancho y cómodo sendero que, yendo de nuevo cerca del borde del precipicio, nos llevaría a unos 50m de la cuarta cima, el Peñalascinco (907m).
Preciosas vistas desde aquí, pudiendo ver el pueblo de Atauri y los montes que lo rodean, todos ellos repletos de árboles con distintas tonalidades, es un auténtico espectáculo visual. También se observan los picos ya realizados, como son el Arburu y Santa Águeda. A lo lejos, se aprecia con nitidez la enorme sierra de Toloño.
Aquí, como curiosidad, cabe destacar el buzón, que al igual que las 2 próximas cumbres, dispone de una doble campana con su mazo y todo, para poder tocarlos y escuchar su "dulce" sonido.
Ahora, retrocedemos unos metros, y continuamos por la izquierda, yendo por otro cómodo sendero de tierra y piedras, señalizado con marcas PR e hitos de piedra. Al igual que en el Peñalascinco, abandonamos momentáneamente el sendero, para ir por otro, que nos lleva directo a la cima del monte Zabalegi (865m).
Las vistas son escasas por culpa de la arboleda, pero podemos ver una espectacular vista de nuestro destino, la localidad de Maeztu, y varios montes al fondo. Como mencioné antes, este monte también dispone de campanas, aunque con distinta forma.
Retrocedemos, seguimos por el PR, y en pocos minutos, accedemos a la sexta y última cumbre del día, las Peñas de Obi (854m). Vistas similares a su predecesora, pero distinta campana, el cual aprovechamos la oportunidad de volver a tocarlo.
Ahora, ponemos rumbo hacia el municipio de Arraia-Maeztu. El camino no tiene mucho misterio, de nuevo, caminamos por senda de tierra y piedras a través de un frondoso y precioso bosque. Aquí la novedad es que nos topamos con hasta 2 cuevas. El primero tiene una entrada muy pequeña y parece peligrosa, no le hacemos ni caso. El segundo es bastante más grande, y tiene un estrecho sendero descendente que es sumamente empinado y resbaladizo. Yo descendí un poco para ver más de cerca la entrada, pero no me atreví a entrar a la cueva. Tampoco íbamos sobrados de tiempo, así que lo dejamos atrás.
A mitad de bajada, hay un cruce que os permite ir hacia el pueblo de Leorza. Pero, al igual que con la cueva, al ir justos de tiempo, decidimos pasar de largo y seguir recto hacia Maeztu.
Ya solo nos queda descender un último repecho, hasta conectar con una pista que nos llevaría al bonito pueblo de Maeztu, el cual recorremos parcialmente, hasta llegar a la parada de bus, donde finalizamos esta sencilla y preciosa ruta. Muy recomendable.
Comenzamos en la parada de bus del pueblo alavés de Antoñana. Venimos aquí huyendo de las lluvias del norte, aunque por ahora aquí tampoco nos libramos del chirimiri.
Atravesamos el pueblo, y luego, avanzamos cuesta arriba por una ancha y cómoda pista, con magníficas vistas de distintos montes y bosques otoñales del Parque Natural de Izki. En esta ruta, haremos cumbre a 6 montes de dicho parque, rumbo al municipio de Arraia-Maeztu.
A los pocos metros de avanzar por la pista, vemos un cruce y un cartel, que indica el camino hacia la cascada de aguaqué. Hubiéramos ido a verlo de no ser porque hay que andar unos 2-3km extra, y al no disponer de demasiado tiempo, preferimos ir directos al grano, y dejarlo atrás.
No obstante, al lado de nuestro camino, existe una segunda cascada, la del Molino de Oteo, que está vez si, decidimos visitar. Pensábamos que con las escasas lluvias de estas semanas, apenas circulará agua, pero si, pudimos observar un bonito salto de agua, rodeado de arboleda de un verde y marrón intenso.
Continuamos varios km por la pista, a la vez que, absortos, vemos pasar incontables motos. Habremos visto unos 200 por lo menos... a donde irían? Que evento habría para concentrar semejante número de vehículos en una zona donde precisamente escasean los pueblos y habitantes?
Además de las motos, disfrutamos también de la presencia de numerosos caballos, pastando y corriendo en una campa herbosa, a los pies del paredón rocoso de la Sierra de Arburu. Hacia allí iremos más adelante.
Lo primero, visitar el pequeño pueblo de Sabando. Tampoco esperábamos encontrarnos con gran cosa aquí, pero este pueblo ofrece varias casas de bella factura, y numerosas flores, que le dan un encanto y colorido especial.
Abandonamos Sabando, haciendo un doble giro derecha-izquierda. Aquí, iniciamos el ascenso hacia la rocosa cresta de la mencionada sierra, rumbo a la primera cumbre, el Mendibibila.
La subida es suave y sencilla de principio a fin aunque incómoda a ratos, por la presencia de alguna roca por el camino, y por la abundante presencia de arboleda, que junto a lo estrecho del camino, hace que el avance sea confuso por momentos. Aquí con niebla hay que ir con cuidado, ya que a pesar de haber alguna marca amarilla y blanca del PR, e hitos de piedra, puede ser fácil salirse del camino y perderse. Estad atentos al track.
Caminamos a pocos metros del precipicio del cresterío, y a ratos nos asomamos para disfrutar de las bonitas vistas de este parque natural de Izki, la vecina sierra de Lokiz, y otros montes, además del pueblo de Sabando, Alda, Ullibarri Arana y otros a lo lejos. Destacar también los enormes árboles que hay por la zona, algunos seguramente sean centenarios.
Finalmente, después de varios minutos sorteando pequeñas rocas y numerosos árboles, llegamos a la cima del monte Mendibibila (1043m). Las vistas son parciales, de unos 180° pero muy interesantes, pudiendo ver lo nombrado anteriormente.
Proseguimos la marcha, yendo en línea recta a la par del precipicio, adentrándonos en algunos momentos por el bosque. En pocos minutos, llegamos a la segunda cima, Arburu (1048m), la de mayor elevación y que da nombre a esta sierra. Aquí hay un vértice geodésico y un buzón. Las vistas son también más amplias, pudiendo divisar la divisoria con la provincia de Burgos, más concretamente con la comarca de Treviño. En frente, observamos muy de cerca la tercera cumbre, Santa Águeda.
Pero antes, decidimos hacer un parón para comer y beber algo.
Ahora si, continuamos la marcha, y de igual modo, en picos minutos, accedemos a la cumbre del monte Santa Águeda (1041m) y a su bonito buzón.
De aquí en adelante, la travesía se complica un poco, ya que nos vamos a meter de lleno en los bosques y peñones rocosos de esta sierra.
Nos dirigimos hacia la cumbre del Peñalascinco, aunque se encuentra algo distante. Lo primero, es encontrar una especie de saliente rocoso conocido como "Peña Rasgada".
Es en esa búsqueda donde cometimos el único error de esta ruta, aunque tiene fácil solución. No tenía claro por donde había que ir. De primeras, descendimos por un estrecho sendero, yendo por la izquierda de un pequeño muro o cresta rocosa, pero luego vimos que realmente teníamos que ir por encina de dicha cresta, así que sorteando algún que otro obstáculo, llegamos arriba, y encontramos con el verdadero camino, señalizado con marcas PR e hitos de piedra.
Luego, tras hacer un nuevo desvío algo confuso, ahora si, llegamos a la Peña Rasgada. Este lugar es impresionante, de una gran belleza, habiendo varias minicuevas o aberturas en la pared, donde pudimos ver volar algún que otro murciélago. Por contra, en el lado izquierdo hay un patio considerable, y a ratos el techo del "túnel" es de baja altura, así que hay que agacharse un poco, pero solo durante unos pocos metros.
Precaución aquí si el suelo está mojado o si hay niebla.
Una vez finalizado este paso, seguimos en medio del bosque, hasta dar con un ancho y cómodo sendero que, yendo de nuevo cerca del borde del precipicio, nos llevaría a unos 50m de la cuarta cima, el Peñalascinco (907m).
Preciosas vistas desde aquí, pudiendo ver el pueblo de Atauri y los montes que lo rodean, todos ellos repletos de árboles con distintas tonalidades, es un auténtico espectáculo visual. También se observan los picos ya realizados, como son el Arburu y Santa Águeda. A lo lejos, se aprecia con nitidez la enorme sierra de Toloño.
Aquí, como curiosidad, cabe destacar el buzón, que al igual que las 2 próximas cumbres, dispone de una doble campana con su mazo y todo, para poder tocarlos y escuchar su "dulce" sonido.
Ahora, retrocedemos unos metros, y continuamos por la izquierda, yendo por otro cómodo sendero de tierra y piedras, señalizado con marcas PR e hitos de piedra. Al igual que en el Peñalascinco, abandonamos momentáneamente el sendero, para ir por otro, que nos lleva directo a la cima del monte Zabalegi (865m).
Las vistas son escasas por culpa de la arboleda, pero podemos ver una espectacular vista de nuestro destino, la localidad de Maeztu, y varios montes al fondo. Como mencioné antes, este monte también dispone de campanas, aunque con distinta forma.
Retrocedemos, seguimos por el PR, y en pocos minutos, accedemos a la sexta y última cumbre del día, las Peñas de Obi (854m). Vistas similares a su predecesora, pero distinta campana, el cual aprovechamos la oportunidad de volver a tocarlo.
Ahora, ponemos rumbo hacia el municipio de Arraia-Maeztu. El camino no tiene mucho misterio, de nuevo, caminamos por senda de tierra y piedras a través de un frondoso y precioso bosque. Aquí la novedad es que nos topamos con hasta 2 cuevas. El primero tiene una entrada muy pequeña y parece peligrosa, no le hacemos ni caso. El segundo es bastante más grande, y tiene un estrecho sendero descendente que es sumamente empinado y resbaladizo. Yo descendí un poco para ver más de cerca la entrada, pero no me atreví a entrar a la cueva. Tampoco íbamos sobrados de tiempo, así que lo dejamos atrás.
A mitad de bajada, hay un cruce que os permite ir hacia el pueblo de Leorza. Pero, al igual que con la cueva, al ir justos de tiempo, decidimos pasar de largo y seguir recto hacia Maeztu.
Ya solo nos queda descender un último repecho, hasta conectar con una pista que nos llevaría al bonito pueblo de Maeztu, el cual recorremos parcialmente, hasta llegar a la parada de bus, donde finalizamos esta sencilla y preciosa ruta. Muy recomendable.
Waypoints
Information point
2,572 ft
Recto hacia Maeztu, derecha hacia Leorza
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