Arancón Omeñaca Peroniel Tozalmoro circular

Arancón es un pueblo humilde, en el páramo soriano, pero con larga cronología. Por aquí pasaba la calzada romana desde Cesaraugusta (Zaragoza) a Asturica (Astorga), que en buena parte coincide con la carretera actual. Los miliarios de piedra expuestos entre la fuente y la iglesia lo atestiguan. También tenía estación del tren Soria-Castejón, hace décadas, aunque al cruzar las viejas vías abandonadas todavía huelen a brea las traviesas de madera de pino. Alguien debería promover una vía verde por estos parajes con tanto paisaje y cargados de historia, si alguien cayera en la cuenta de que esto existe.
.
Como la ruta de ese día era larga y el sol implacable, nos pusimos en marcha a las 7 de la mañana. No pararíamos, más que para tomar un bocado y visitar los monumentos esenciales, hasta las 14:30 de este primer domingo de agosto.

Salimos por el camino que roza la iglesia del pueblo y nos encaminamos, por los campos sembrados hasta la aldea de La Omeñaca, donde visitamos la preciosa entrada a la iglesia románica, con siete columnas rematadas por imaginativos capiteles. Diz que las hicieron para que pasaran los siete Infantes de Lara, lo que no será verdad, pero es una historia bien bonita, si se combina con la leyenda de su comida en la cercana Sierra del Almuerzo. Es decir, que asistieron a misa y luego almorzaron, que es lo que se debe hacer, y precisamente en ese orden, los domingos y fiestas de guardar.

Eso de que a unos cientos de km de aqui los mataran no entra en las historias que cuentan los sorianos de estas tierras.

De La Omeñaca continuamos a La Pica, una colina lineal con una de las faldas orientada al viento del norte, que hace moverse sus molinos (se llaman aerogeneradores) casi continuamente. Todavía hay trigos sin segar este primer día de agosto. Las parejas de corzos también se lo saben y se aprovechan, como se puede ver en la foto tomada con el móvil desde lejos. Al llegar a la subestación eléctrica de La Pica hay que desviarse a la derecha de la pista, pero el camino no está bien trazado, y al final resolvimos ir de la mejor manera posible bosque a través, siguiendo el cauce seco de un arroyo, hasta dar un km y medio después con el mismo camino, pero más cerca de Peroniel.

Peroniel, en el camino desde Soria hasta Aragón por el puerto de la Bigornia, es una aldea también pero más grande que las anteriores, tiene un castillo en ruinas, una iglesia románica de transición (por aqui lo son todas) y una escuela convertida en centro social. La leyenda del cautivo, al que trajo volando desde Africa la Virgen de la Llana, es un exponente de de devoción religiosa del pueblo, que es dado a creer en milagros para sobrevivir a tanta miseria como la que antaño había en estas tierras.

En la Escuela de Peroniel, a la sombra de un sauce, almorzamos lo poco que llevábamos y seguimos camino. Al abandonar el lugar, bajando a la vega, puede verse una enorme fuente, con pilón, donde apagar la sed, que alimentaría en su momento los huertos, hoy abandonados en su mayoría.

El camino, desde aquí, nos llevaría a Tozalmoro, otra pequeña aldea, pero con una iglesia románica digna de mención por la portada, los capiteles y los canecillos, donde hay escenas de todo tipo en las que merece la pena detenerse. Las de contenido sexual son de lo más explícito: para adultos sin tapujos.

Desde Tozalmoro seguimos la carretera hasta la general Soria-Zaragoza, que ya ha pagado con demasiadas muertes el precio de convertirse en autovía, aunque solo sea para evitar los accidentes que se producen en trazado. Pero es que Soria no está en el mapa para estas cosas de la mejora de infraestructuras, ni para casi ninguna otra.

Cruzamos la carretera y subimos hacia el puerto de La Omeñaca. Sin llegar al alto tomamos un camino por un bosquecillo a la izquierda, que nos devolvería al punto de partida: Arancón, con sus fuentes, sus miliarios y su iglesia, superviviente de mil estilos.

Eso si, ninguna iglesia abierta. Nadie diciendo ni oyendo misa en todo el camino. ¿Será que Dios, como los poderes públicos, no se acuerda de esta parte de Soria? ¿Serán los lugreños los que no se acuerdan de Dios? Bueno, puede ser que no haya existencias de mosenes para predicar en tanto templo con tan pocos feligreses activos.

Dejo un enlace a una pagina web sobre pueblos de Soria, donde están estos y muchos más, con datos históricos y prácticos. A mí me parecieron menos, pero aquí el gps da 35 km, con poco más de 300 m de desnivel acumulado. ¡No está mal para una mañana de agosto!