ARCELLANA (240) (Salas)-PICO REBOLLÍN (816) (Sierra de Bodenaya-Circuito)

ARCELLANA (240) (Salas)-PICO REBOLLÍN (816) (Sierra de Bodenaya-Circuito).

DATOS TÉCNICOS:

RECORRIDO: 14 k.
ALTURA MÁXIMA: 816 m.
ALTURA MÍNIMA: 230 m.
ASCENSO TOTAL: 654 m.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 4 h.
FECHA DE REALIZACIÓN: Abril de 2021.

ARCELLANA o ACIANA (240) es una aldea, lugar de la parroquia de S. Vicente, que se encuentra a tres kilómetros al sur de Salas, a la que accedimos, partiendo de las afueras de la capital del concejo, por la AS-226 dirección Soto de los Infantes, pasando por Mallecín y la Barrosa y girando a la derecha al cabo de dos kilómetros por carretera secundaria. Mil metros más y llegamos a las afueras del pueblo, donde aparcamos. El nombre de Aciana parece que hace referencia a una fundación romana, a partir de “Villa Aciliana”, es decir, “la villa de Acilius”, supuesto propietario fundador de tal villa o explotación agrícola.

El pico REBOLLÍN (816) es el techo de la SIERRA DE BODENAYA, hoy Parque Eólico del mismo nombre. Es ésta un cordal interior, que forma parte de la sierra de Tineo, con una longitud de unos cuatro kilómetros, alineado dirección NE-SO. Tiene un perfil aplanado y apenas destaca desde la meseta que se forma en La Espina, siendo mayores las pendientes por el sur. Es zona de camperas, monte bajo y matorral, donde pasta ganado vacuno y caballar, con presencia de restos asociados a explotaciones auríferas romanas (Ablaneda-Godán) y necrópolis tumular de Bodenaya.

Iniciamos el recorrido en principio llano rumbo oeste entre el caserío con huertas, frutales y alguna explotación ganadera. Tras unos 500 metros giramos al norte por la SL-1 ya subiendo, siempre junto a viviendas, para dejar inmediatamente a nuestra izquierda la iglesia parroquial de S. Vicente (260-K. 0,6) con torre cuadrada sobre la cabecera y pórtico lateral, que conserva varios elementos de su primitiva construcción románica, entre ellos la portada y el arco del triunfo.

Continuamos el ascenso sostenido por POLES (320-K. 1,5), casería de la misma parroquia de S. Vicente, donde abandonamos la carretera local y, desviándonos a la izquierda, pasamos por CUXIDAL (370), un barrio de aquélla. Poseen hórreos bien conservados y construcciones típicas muy cuidadas. Las panorámicas del valle que hemos dejado atrás, mientras subíamos, impactan por la perfecta simbiosis entre caseríos escalonados y la vegetación primaveral.

Poco después giramos al poniente por pista con hermosos cuadros de la naturaleza en el citado valle, para introducirnos seguidamente en un tupido bosque, LA FAXA (490-k. 3,2). A la vera del camino empezamos a ver “asfódelos blancos” o “gamones”, popularmente “varillas de San José”, en plena floración. Nos cautivan sus flores blancas en ramillete espiciforme insertas en pedúnculos más cortos que ellas; tépalos estrechos, aovados, blancos con nervio central de color pardo; raíces tuberosas y fruto en cápsula coriácea, globosa con costillas transversales. Este fenómeno se repetirá con profusión a lo largo del recorrido en diferentes tramos.

Casi en línea recta, obviando alguna variante a la derecha, atravesamos en subida llevadera el bosque para culminar en un cruce, de terreno despejado con nuevas panorámicas al oeste de camperas aplanadas, entre ellas CAMPO LA LLANCA, y ganado pastando. Giramos a la derecha rumbo norte, siempre por pista, entre parcelas de pasto acotadas por vallas metálicas y más asfódelos blancos, divisando ya en el horizonte cercano las aspas de los aerogeneradores en la Sierra de Bodenaya.

Nuevo cruce al cabo de 500 metros para virar a la izquierda, momentáneamente al poniente, subiendo escoltados por una tupida vegetación de gran colorido, con llamativos contrastes cromáticos entre el amarillo del tojo y el malva del brezal. Alcanzamos seguidamente una portilla (670-K. 4,8), que da acceso a FONTANOS, casería al fondo, con praderas en pendiente al noreste y vacas sesteando en lo alto de la colina. Aparece ya por el suroeste el pueblo de Bodenaya.

Hacia la casa nos aproximamos, sin llegar hasta la misma buscando una senda en la campera que, rumbo noreste y paralela al horizonte de la sierra a dos palmos de nosotros, nos encarama hasta el final de la finca. Salimos de la misma por un paso fácil bajo un hueco de la alambrada -las huellas delataban el tránsito de otros- y, en dirección perpendicular a la ancha pista de servicio del Parque Eólico, accedimos a ésta (786-K. 5,4) tras unos veinte metros de sendero ligeramente marcado entre matorral.

Seguimos por ella siempre dirección noreste, pasamos junto a una especie de cantera con balsa de agua y, al final de la misma, el repetidor de televisión. La pista gira 180 º en un plano superior para alcanzar el REBOLLÍN (816-K. 6,25), con vértice geodésico de considerables dimensiones. La cima como tal no es relevante. Se trata de una meseta plana y aerogeneradores esparcidos por la misma, con praderías y pequeños pinares aislados dispersos.

Sí merece la pena destacar las amplias panorámicas desde el lugar. Al norte, el pico AGUIÓN (927), techo del concejo de Salas, en la Sierra de Curiscao, que se identifica fácilmente por su estación de radar meteorológico, disponiendo asimismo de una caseta de vigilancia forestal. Al noreste, el pico CUETO (786), techo del concejo pixueto, en SIERRA DE LOS BAOS, también con aerogeneradores, conocida asimismo como SIERRA DE LOS VIENTOS.

Al sureste, el P. COURÍO (1.019), también conocido como PEÑA AGUDA, es la cota más alta de la sierra homónima, prolongación al norte de la SIERRA DE BEGEGA, que también percibimos, distinguible por su red de aerogeneradores, y que separa el valle del Pigüeña de la Cuenca del Narcea. Al sur, el PICO HORRU (1.528), techo de Belmonte, la cumbre más alta de SIERRA DE LA MANTECA, que se extiende de sureste a noreste, prolongándose en el PICO LA VALLINONA (1.474), PEÑA FURADA (1.473), ALTO DEL POZO 1.464) y PICO ALTO DEL POZO (1.479).En el horizonte lejano, cumbres somedanas a la sazón nevadas. Al oeste, la SIERRA DE TINEO con más parques eólicos.

Continuamos por la pista de servicio manteniendo el rumbo hasta nuevo cruce (770-K. 7,10), giro a la izquierda. Por ancha pista de gravilla descendemos suavemente entre vegetación diversa y praderías con vacas pastando. En bajada más pronunciada conectamos con la carretera secundaria (663-K. 6,70), que desde Bodenaya nos conduce, con panorámicas de arbolado primaveral, hasta CASANDRESÍN (600-K. 9,25). Es lugar con pequeñas explotaciones ganaderas y caserío escalonado, distribuido por pequeños barrios dispersos, que cuenta con una capilla dedicada a Santa Ana. Según referencias, de allí salieron en su día muchos de los populares aguadores de Madrid.

En la zona baja del pueblo tomamos nueva pista de tierra, que desciende en amplios zigzags entre tupido arbolado, con predominio del pinar. Reaparecen nuevas muestras de gamones junto a otras florecillas. Sugestivo paisaje en medio del bosque. Al cabo de más de dos kilómetros de bajada, con casi 300 metros de desnivel, encontramos cruce (312-K. 12,05) y continuamos por la izquierda para desembocar en el RÍO BENUCO (280-K. 12,55).

Casi llaneando seguimos el curso del mismo, cruzamos un par de puentes y continuamos el camino por la margen izquierda del arroyo hasta desembocar en Arcellana (250-K. 13,5), completando el circuito. Nos quedan 500 metros para llegar hasta el aparcamiento. Para nosotros ese bosque de ribera resultó ser la parte más atractiva del itinerario, al discurrir por valle estrecho, junto a rumorosas aguas escoltadas por verticales paredones en algún tramo, entre la caprichosa y variada vegetación del entorno. Hacemos notar que el camino está expedito en los cuatro kilómetros de descenso desde Casandresín hasta Arcellana. Sólo en época de lluvias podrían encontrarse zonas embarradas.

Ruta fácil, de recorrido medio, que discurre casi totalmente por pista y carreteras secundarias. Se hace cómoda y no requiere gran esfuerzo ni por el desnivel ni por las características orográficas del terreno. Conviene estar atento al diseño del track y a las indicaciones de la descripción, porque la zona está surcada por una intrincada red de pistas con múltiples cruces. La cima como tal no es significativa, pero son interesantes las amplias panorámicas desde la misma.

A destacar asimismo el esplendor del valle de Arcellana en primavera, el ya mencionado bosque de ribera y el hechizo cautivador que emana el “asfódelo blanco”. Según la mitología griega, tapizaba las praderas de los Campos Elíseos, lugar sagrado donde las “sombras” de los buenos y de los guerreros heroicos gozarían eternamente de una existencia dichosa y feliz. Nosotros lo vivimos como paraíso terrenal de la Asturias querida.