Área Recrativa Portazgo a Matahombres y Castillo de la Asomada

Dice Pepe Marcos: buen domingo pál sendereo. Temperatura, ya, muy razonable. Primer día de Octubre idóneo. A una semana de la IV Ruta Senderista de los
Andarines de la Alberca, seis "Magníficos" nos volvimos a reunir para conocer una subida desconocida, para saborear una cuestecica muy mentada, para "catar" algo inédito en nuestro senderear. Por eso, tempranico, nos dimos cita en el Área Recreativa del Portazgo para, iniciando el recorrido en dirección norte (y con cierta confusión al principio por mor del que suscribe), atacar el famoso "Matahombres", rebrinque de unos tres kilómetros en el que se supera un desnivel de, aproximadamente, unos trescientos cincuenta metros. Realmente es una pista en muy buen estado, con no muchas complejidades para los senderistas (cada uno a su rítmico y parriba), pero que, sin duda, se torna compleja para los ciclistas y traileros que por allí pululan. Tras culminar la mencionada "fulminadora pista", seguimos por caminos muy definidos, primero en dirección su y, posteriormente, en dirección este para acercarnos a la base del Castillo de la Asomada. Allí, "subiendo" a través de su PR recio, vertical y rocoso, llegamos a las ruinas inacabadas, desde donde contemplamos (con mucha dificultad por la intensa "pelma" existente), los paisajes que desde sus más de quinientos metros de altura se divisan. Foticos de rigor, "repostaje" sólido y pabajo, para coger la senda que rodea de forma completa a media montaña la mentada Asomada y, tras llegar a terreno de PR, bajar, de forma sosegada y tranquila, a nuestro punto de origen y destino (Aquí el GPS hace una línea en la bajada, se sigue bien con unas marcas verdes, que marcan con la flecha hacia el castillo). En total, algo más de quince kilómetros en algo menos de cuatro horas (sin parar el reloj en descansos), con un desnivel acumulado positivo de unos quinientos cincuenta metros. Traducido al cristiano, ritmo razonable a las condiciones actuales que, creemos, será suficiente para completar nuestro desafío de más de dieciocho kilómetros de la semana que viene. Para terminar, y como no podía ser de otra manera, fiesta acabada en nuestro Mochuelo amigo de Guadalupe. El día ocho, reitero, nuevo meneo.