Arenales y salinas de San Pedro del Pinatar
near Los Albaladejos, Murcia (España)
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Trail photos
Itinerary description
Genial ruta, especialmente por las peculiaridades de un hábitat tan bonito y fuera de lo común. Los que somos de la Región, por lo general estamos familiarizados con la playa y hemos estado por este entorno alguna vez al menos, pero me imagino que para una persona del interior y que nunca haya visto un humedal como este, debe ser bastante impresionante. Es un rinconcico pequeño, pero es una auténtica joya.
La ruta es muy sencilla de seguir tanto en lo que se refiere a la orientación como al esfuerzo, pues toda ella es a nivel del mar y su única pequeña dificultad consiste en caminar sobre la arena suelta cerca de las dunas. Todo el trayecto va por las pasarelas y sendas por las que está autorizado el paso de personas; se trata de un hábitat pequeño y frágil, y es conveniente respetarlo al máximo, pues es ya un lujo que no esté todo completamente cerrado al paso y sólo nos permitan verlo desde la distancia, como ocurre con otros humedales en otras partes de España.
La ruta arranca en el aparcamiento que hay junto a la carretera a medio camino entre el pueblo y el puerto, y tras dar una pequeña vuelta entre los arenales para observar la vegetación y el ecosistema tan peculiares, se extiende hasta la Punta de Algas por el lado de las dunas, junto a las salinas, para regresar luego por la misma orilla de la playa de la Llana. Aunque vistos sobre el mapa, la separación entre el camino de ida y el de vuelta es mínima, son dos paseos muy distintos, uno entre dunas y salinas y el otro por la playa.
Hay aspectos muy llamativos y que merecen mucho la pena de verse: las copas de los pinos tumbadas sobre la arena, que parecen matorrales pero son copas de árboles completamente tumbados por el viento, que crecen en horizontal; la cantidad y variedad de aves que pueblan las salinas; las retorcidas raíces de los pinos saliendo de entre la arena; los paisajes reflejados en las aguas de las salinas con unos tonos malva preciosos; el grupito de palmeras que hay a mitad de camino en la playa de la Llana; la proximidad de los primeros edificios de La Manga en el extremo del recorrido, donde se unen mar mayor y mar menor...
A lo largo del recorrido ha habido dos cosas que me han maravillado especialmente: Una, el paseo en el trayecto de ida por la parte de detrás de las dunas de la playa de la Llana: vas recogido del viento, entre las dunas y las distintas charcas de las salinas por cuyo borde discurre el sendero, y al mismo tiempo vas oyendo el rumor de las olas en la playa que dista apenas veinte o treinta metros de allí. Y la segunda, el punto verdaderamente impresionante de la ruta: la Punta de Algas. Que conste que aunque viendo el track sobre el mapa parezca que me he salido de la tierra, no soy, ni mucho menos, y con todos los respetos, Jesucristo caminando sobre las aguas! (qué más quisiera yo, pobre de mí). Hay tierra: pero tierra de algas. He marcado con un waypoint el momento en que empiezo a pisar suelo de algas, es decir, un suelo blando que parece no tener tierra debajo, sino que está formado únicamente por algas sedimentadas y apelmazadas. Se llama Punta de Algas con toda la razón. Y advierto: hay zonas más húmedas en las que puedes hincar la bota hasta la rodilla, así que mucho cuidado si no quiere uno quedar atrapado como en una especie de arenas movedizas (bueno, no es para tanto, pero puede llegar a ser muy engorroso, incluso algo peligroso). Imagino que habrá épocas en las que el mar esté un poco más alto y otras en que esté más bajo. En cualquier caso,el paisaje de charca que se disfruta desde allí es impresionante, lleno de reflejos de luz por todas partes, con la sola compañía de las gaviotas, rodeado de algas secas por todas partes, muy cerca de los islotes donde se alzan la Casa del Ventorrillo y la Torre de la Encañizada, y frente al extremo de La Manga, justo donde se comunican los dos mares. Un espectáculo de la Naturaleza.
Al iniciar el regreso, pero allí mismo, antes de llegar a las rocas que forman la verdadera Punta de Algas geográfica, los escollos que hay mar adentro a unas decenas de metros de la playa cortan el oleaje y hacen que las aguas lleguen mansas y cristalinas a una playica de verdad paradisíaca que se forma allí.
Distancia recorrida: 15,5 km
Altura Máxima: 20 m
La ruta es muy sencilla de seguir tanto en lo que se refiere a la orientación como al esfuerzo, pues toda ella es a nivel del mar y su única pequeña dificultad consiste en caminar sobre la arena suelta cerca de las dunas. Todo el trayecto va por las pasarelas y sendas por las que está autorizado el paso de personas; se trata de un hábitat pequeño y frágil, y es conveniente respetarlo al máximo, pues es ya un lujo que no esté todo completamente cerrado al paso y sólo nos permitan verlo desde la distancia, como ocurre con otros humedales en otras partes de España.
La ruta arranca en el aparcamiento que hay junto a la carretera a medio camino entre el pueblo y el puerto, y tras dar una pequeña vuelta entre los arenales para observar la vegetación y el ecosistema tan peculiares, se extiende hasta la Punta de Algas por el lado de las dunas, junto a las salinas, para regresar luego por la misma orilla de la playa de la Llana. Aunque vistos sobre el mapa, la separación entre el camino de ida y el de vuelta es mínima, son dos paseos muy distintos, uno entre dunas y salinas y el otro por la playa.
Hay aspectos muy llamativos y que merecen mucho la pena de verse: las copas de los pinos tumbadas sobre la arena, que parecen matorrales pero son copas de árboles completamente tumbados por el viento, que crecen en horizontal; la cantidad y variedad de aves que pueblan las salinas; las retorcidas raíces de los pinos saliendo de entre la arena; los paisajes reflejados en las aguas de las salinas con unos tonos malva preciosos; el grupito de palmeras que hay a mitad de camino en la playa de la Llana; la proximidad de los primeros edificios de La Manga en el extremo del recorrido, donde se unen mar mayor y mar menor...
A lo largo del recorrido ha habido dos cosas que me han maravillado especialmente: Una, el paseo en el trayecto de ida por la parte de detrás de las dunas de la playa de la Llana: vas recogido del viento, entre las dunas y las distintas charcas de las salinas por cuyo borde discurre el sendero, y al mismo tiempo vas oyendo el rumor de las olas en la playa que dista apenas veinte o treinta metros de allí. Y la segunda, el punto verdaderamente impresionante de la ruta: la Punta de Algas. Que conste que aunque viendo el track sobre el mapa parezca que me he salido de la tierra, no soy, ni mucho menos, y con todos los respetos, Jesucristo caminando sobre las aguas! (qué más quisiera yo, pobre de mí). Hay tierra: pero tierra de algas. He marcado con un waypoint el momento en que empiezo a pisar suelo de algas, es decir, un suelo blando que parece no tener tierra debajo, sino que está formado únicamente por algas sedimentadas y apelmazadas. Se llama Punta de Algas con toda la razón. Y advierto: hay zonas más húmedas en las que puedes hincar la bota hasta la rodilla, así que mucho cuidado si no quiere uno quedar atrapado como en una especie de arenas movedizas (bueno, no es para tanto, pero puede llegar a ser muy engorroso, incluso algo peligroso). Imagino que habrá épocas en las que el mar esté un poco más alto y otras en que esté más bajo. En cualquier caso,el paisaje de charca que se disfruta desde allí es impresionante, lleno de reflejos de luz por todas partes, con la sola compañía de las gaviotas, rodeado de algas secas por todas partes, muy cerca de los islotes donde se alzan la Casa del Ventorrillo y la Torre de la Encañizada, y frente al extremo de La Manga, justo donde se comunican los dos mares. Un espectáculo de la Naturaleza.
Al iniciar el regreso, pero allí mismo, antes de llegar a las rocas que forman la verdadera Punta de Algas geográfica, los escollos que hay mar adentro a unas decenas de metros de la playa cortan el oleaje y hacen que las aguas lleguen mansas y cristalinas a una playica de verdad paradisíaca que se forma allí.
Distancia recorrida: 15,5 km
Altura Máxima: 20 m
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