Soano (Arnuero): Marismas del Joyel y Monte Cincho

Este es un interesante recorrido por las Marismas del Joyel y el Monte Cincho.
Comenzamos nuestra caminata adentrándonos en la Marisma del Joyel y acercándonos al impresionante molino de mareas de Santa Olaja que está recuperado y conservado en perfecto estado. En la actualidad es un Observatorio de la Marea que ofrece visitas guiadas en las que explican a través de un sistema acristalado, una ambientación escenográfica y un audiovisual, el funcionamiento del molino, la vida del molinero y la relación del hombre con la marisma.
Seguimos el recorrido para dirigirnos hasta el inicio del camino que asciende al Monte Cincho. Lo hacemos por caminos carreteros y por carreteras con muy poco tráfico.
El sendero de subida a la torre de observación del monte tiene cierta pendiente por algunos tramos pero está en muy buen estado y es una corta y agradable ascensión por medio de un monte de encinas, laureles y madroños, entre otras especies. Las vistas desde la preciosa torre observatorio son magníficas y podemos contemplar las montañas de la cordillera Cantábrica de la que destacan los Picos de Europa, las montañas de la costa como el macizo calizo del Monte Candina y el Monte Buciero y varios pueblos de la costa como Santoña, Laredo, Noja, e Isla.
En el descenso encontramos un estupendo merendero en medio del bosque. Y cuando finalizamos la bajada nos dirigimos a ver la Iglesia de Ntra. Sra. de la Ascensión de Arnuero de estilo gótico tardío y el Observatorio del Arte.
Avanzamos un buen tramo por carreteras locales y llegamos a la CA-141 por la que caminamos medio kilómetro y cogemos un camino a la izquierda.
ATENCIÓN!!! (Waypoint 14): este camino, que parece público o que al menos es servidumbre de paso, está cerrado con vallas metálicas en tres puntos, el primero se libra atravesando una cerca de alambre de espino, en el segundo se puede soltar el vallado y pasarlo y el tercero, cerrado con un candado, se cruza por un agujero que queda a la izquierda, al lado del poste. Reclamamos desde aquí que se debe exigir a quienes han puesto las vallas que las eliminen o al menos que faciliten el paso a quienes deseen utilizar este camino. La alternativa es dar más vuelta por el asfalto.
Y llegamos al pueblo de Soano en el que está la casa de Mareas, precioso e imponente caserón de estilo Cántabro, y desde donde se observan multitud de aves en la marisma. Y volvemos al aparcamiento, donde dejamos nuestro vehículo, y damos por concluido este entretenido, fácil e interesante recorrido.

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