Arrecife de las Sirenas-Cala Rajá-Cerro de Vela Blanca-Cala Colorá-Bujo-San Francisco

ARRECIFE DE LAS SIRENAS-PUNTA BAJA-CALA ARENA-PUNTA DEL AGUJERO-CALA RAJÁ-ARRECIFE DEL DEDO-CERRO DE VELA BLANCA-CALA COLORÁ-CERRO BUJO-CERRO SAN FRANCISCO

Se trata de una ruta preciosa en pleno PN de Cabo de Gata Níjar que nos descubre rincones de gran belleza, algunos poco conocidos y otros muy emblemáticos.

La ruta tiene dos partes bien diferencias: una por la de costa y otra más montañera, en la que se corona tres cerros; los cuales nos ofrecen una visión espectacular de la costa desde las alturas. Todo un cóctel de sensaciones que nos harán disfrutar con los cinco sentidos.

En primer lugar, señalar que no es una ruta senderista, ni si quiera el tramo de costa. Esta ruta requiere tener un buen nivel de agilidad y buena técnica en bajada por terrenos con pendiente y roca suelta. En algunos momentos habrá que hacer uso de manos para progresar e incluso algún paso de trepa. A parte, es necesario poseer un buen nivel de condición física, pues a pesar del kilometraje y del desnivel, el terreno de Cabo de Gata acaba agotando a personas con poca preparación.

Pasemos a analizar el recorrido.

En los tres primeros kilómetros de la ruta marcharemos a pie de costa o lo que es lo mismo a pie del acantilado. Ya que tenemos ante nosotros una costa rocosa y acantilada, salpicada de calitas o calas más grandes (como cala Arena o cala Rajá).

Para poder hacer esta progresión por la misma línea de costa es necesario que vayais un día sin viento, ya que si lo hace habrá oleaje y el mar os impedirá avanzar por ella. En ese caso deberéis coger un senderito que va por encima del acantilado e id bajando a aquellas calas que os interesen, lo que desde mi punto de vista le quita belleza y espectacularidad a la ruta.

Para consultar la previsión del viento podéis consultar páginas como https://www.windguru.cz/38196 o https://es.wisuki.com/forecast/2703/cabo-de-gata.

La ruta comienza en el parking del faro de Cabo de Gata que da acceso al archiconocido Arrecife de las Sirenas.

Este arrecife es de origen volcánico y las rocas que se elevan por encima del nivel del agua son antiguas chimeneas volcánicas. Según cuentan, debe su singular nombre al hecho de que en él habitaban focas monje (hasta mediados del siglo XX), a las cuales llamaban los antiguos navegantes sirenas.

En el viejo embarcadero del arrecife comenzaremos el tramo por la costa, que culminará en cala Rajá. Si hemos elegido un buen día habremos podido avanzar a pie de costa en todo este tramo, dejando esta solo en dos momentos en los que la orografía impide avanzar por ella (marcados estos con dos sendos waypoints).

El tramo de costa es muy acantilado y rocoso, por lo que habrá muchos momentos en los que hay que progresar por encima de la roca y usar las manos para avanzar (muy importante no pisar en roca mojada, pues esta resbala muchísimo).

En este tramo de costa destacaría un paso algo técnico, identificado con el waypoint “Paso horizontal técnico”. Para poder proseguir por la costa es necesario avanzar sobre la roca, que ahora presenta un perfil vertical. Esta trepa es en horizontal, algo larga y con algo de extraplomo. Lo bueno es que no tiene especial altura. Si se tiene buena agilidad no debe haber problema.

A parte de ella hay otros dos, que según el estado de la mar (aunque vayais sin viento) podéis o no tener que hacerlos: waypoint “Quizá paso horizontal” (este es más fácil que el anteriormente mencionado) y waypoint “Quizá haya que mojarse pies” (la mayoría de las veces que he ido el mar estaba retirado, pero en dos ocasiones este estaba a pie del talud vertical del acantilado, por lo que obliga a hacer un paso de cierta agilidad o a descalzarse).

En este trasiego por la costa habréis pasado por lugares tan emblemáticos como Punta Baja (en cuyo entorno veremos antiguas canteras de adoquines), Cala Arena, Punta del Agujero y Cala Rajá y seguro que os habréis quedado maravillados por la belleza del entorno, por la variedad de formas y colores.

Señalar que en el día de hoy el mar estaba tan retirado que pudimos coronar la Punta del Agujero, lo que no es habitual.

Previo a llegar a cala Rajá tendréis que dejar la costa y ascender por una ladera de roca de un blanco lechoso y, para llegar a esta cala, coger una veredita que os adentra en un barranco de lecho del mismo tipo de roca. Esta roca es toba y es la misma que veréis cuando tengamos vistas al acantilado de Vela Blanca, la responsable del nombre de este cerro.

La toba es una roca volcánica de color blanco, que se forma principalmente por el depósito de cenizas y lapilli durante las erupciones piroclásticas con un proceso de enfriamiento rápido (gracias a la cercanía del mar).

Abandonaréis cala Rajá por un claro sendero, el cual os va a dar las mejores vistas al emblemático Arrecife del Dedo y al acantilado de Vela Blanca, con vistas a su filón de toba (el sendero acaba al tener vistas al acantilado de Vela Blanca).

Desde el mar este filón de toba es inconfundible y los marineros lo asemejaban con una vela, de ahí el topónimo de este antiguo domo volcánico, llamado Cerro de Vela Blanca.

Abandonamos el lugar ascendiendo sin sendero, pero sin ningún problema técnico, por el espolón del cerro. En su cima se alza una antigua torre vigía (la torre de Vela Blanca) del siglo XV, construida para la vigilancia de posibles incursiones de piratas berberiscos desde el norte de África y que, mediante ahumadas, se comunicaba con otras torres. En la década de 1960 fue vendida a un particular y aún hoy tiene uso residencial.

Alcanzada la pista tendremos vistas a Cala Colorá, delimitada por Punta Colorada.

La bajada a esta cala se hará sin sendero, siendo el campo a través relativamente fácil. La cala por su extremo este acaba en Punta Colorá y por el oeste nos da vistas a Punta Negra.

Será por el lado oeste por donde abandonaremos la cala. Lo hacemos por una zona de derrumbes, pegados al acantilado de playas fosilizadas.

Una vez puesto el pie en la ladera, veremos ladera arriba una gran oquedad, hacia ella hay que ascender.

La subida tiene pendiente, pero sin complicación técnica.

Alcanzada la gran oquedad, saldremos de esta por su lado izquierdo, y proseguiremos la ascensión, ahora con menos desnivel. Buscamos alcanzar la pista justo en su curva, único lugar donde el talud de la pista muestra menor cantero de piedras y estas están asentadas.

Con la visita a cala Colorá acaba el recorrido por la costa viniendo ahora el recorrido puramente montañero, donde no hay sendero a seguir.

Nos quedan algo más de 4 km y en ellos vamos a coronar dos domos volcánicos más y disfrutar de unas panorámicas espectaculares.

El primer cerro a coronar será el Bujo, con un singular vértice geodésico, y que con sus 373 m se convierte en el punto más alto de la ruta de hoy.

Su subida no tiene especial complicación técnica; pero sí la bajada desde él hacia el Collado de San Francisco. Se nos presenta una cuerda rocosa que requiere una progresión montañera, sin ninguna complicación si tienes experiencia en moveros por todo tipo de terrenos. Mi consejo es que siempre vayais sobre la cuerda rocosa, ya que la progresión por aquí es más fluida al evitar el matorral. Aunque para ello no debéis tener vértigo y no hacer viento.

La bajada final al collado de San Francisco se hace por una ladera empinada y con terreno suelto.

El San Francisco se corona sin problema técnico y avanzaremos hacia su extremo más al sur, para tener unas vistas preciosas de la mayor parte de la costa hecha en el día de hoy.
Al ver las vistas estaréis de acuerdo conmigo en que cualquier esfuerzo que hayáis tenido que sufrir bien habrá valido la pena por poder disfrutar de esta panorámica.

Acometemos la bajada de este cerro en dirección al faro. Es la bajada más empinada y por tanto, más técnica de todo el recorrido. No obstante, no será tan difícil como a simple vista pudiera parecer. Eso sí, pensando que quien me lee y se dispone a hacer el descenso tiene experiencia suficiente en bajadas por terrenos complicados, por lo que bajará no pendiente de seguir la línea del track, sino guiado por el terreno, buscando la mejor opción en la bajada, evitando meterse en tramos más complicados.

Una vez acabado el descenso y, ya de camino hacia el aparcamiento del faro, no olvidéis echar la vista atrás para deleitaros con la visión del lugar por el que habéis bajado el San Francisco.


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Tened presente que tanto el track como la descripción de la ruta deben ser tomados solo como una información orientativa. El entorno natural es un entorno cambiante (donde antes había senderos puede con el tiempo no haberlos, donde antes había pasos fáciles, puede que ya no los haya…) y las condiciones climatológicas pueden complicar hasta la ruta más fácil. Por otra parte, la preparación física y técnica de cada cual añadirá o restará dificultad a cualquier ruta. Por todo ello, es responsabilidad de quién decida realizar la ruta, tomar las medidas de seguridad apropiadas para el itinerario (valorar su forma física y su preparación técnica) y llevar bien estudiada la ruta para solventar cualquier imprevisto que pueda surgir, eximiéndose la autora de responsabilidad alguna, ante cualquier percance que pudiera sufrir quién por voluntad propia o inducida realice la ruta.

QUE LA DISFRUTÉIS y, recuerda, LLÉVATE TODA TU BASURA, POR PEQUEÑA QUE ESTA SEA.