Arribes de Pereña

Sendero local que permite acercarse a todo el arribe y a la misma orilla del Duero desde Pereña de la Ribera, y que permite conocer el ecosistema básico del parque natural. Se puede complementar con la visita a la ermita de la Virgen del Castillo, lugar de interés histórico-artístico y espléndido mirador de la zona.

En nuestro caso la climatología no nos acompañó y tuvimos niebla cerrada de muy pocos metros de visibilidad por encima de los 500 m de altitud durante toda la jornada. Más allá de la imposibilidad de disfrutar de los grandes paisajes del lugar, no tuvimos problema de orientación gracias a que existen suficientes postes de señalización, pero en cuanto falte alguno se desaconseja totalmente hacer la ruta con niebla, sobre todo si es la primera vez que se va por estos lugares.

La ruta puede iniciarse en la iglesia de Pereña, donde dejamos el coche, para encaminarnos decididamente hacia el norte. Desde el principio hay señalización en postes. Tomamos la pista que lleva al "monte" de la Virgen del Castillo, hasta que a media aproximación nos desviamos a la derecha por otro camino agrícola en dirección noreste.

En el p.k. 2.2 llegamos a una bifurcación y tomamos la izquierda (la derecha se va hacia el Arenal). Enseguida empezamos a bajar por un sendero zigzagueante que nos introduce en el cañón del Duero. Mientras mantengamos atención a la senda, la única dificultad es el cruce del regato de Valdeolleros.

Después caminaremos varios kilómetros en paralelo al Duero, aproximándonos a su nivel cada vez más hasta llegar al Picón de la Tabla (justo enfrente de la portuguesa Azenha do Juncal). El chozo del picón se muestra como un lugar ideal donde hacer una pausa si el clima lo permite.

Pero desde aquí comienza un muy repentino ascenso de 300 m de longirtud por sendero irregular. Cuando llegamos arriba la vista del Duero, ahora en dirección sur-oeste, es espléndida. Ahora ignoramos la señalización de ascenso a la ermita y seguiremos durante más de 1.5 km un sendero también irregular y muy asediado por vegetación por momentos, que incrementará su exigencia según lleguemos al final del tramo: Los Portillos (p.k. 7.1). Desde aquí sólo queda aproximarse a la pista de ascenso a la Virgen del Castillo para subir a ella, a la izquierda, o dirigirnos a la derecha hacia Pereña.

Por último se puede ampliar la ruta un par de kilómetros más, también de forma señalizada, tomando la desviación existente a la derecha en el p. k. 7.9. Nosotros no lo hicimos dada la climatología que habíamos tenido todo el día y que seguía sin cambios.

PD: Pensamos que, sin mantenimiento, el sendero corre peligro de cerrarse demasiado de zarzas y vegetación en bastantes zonas, siempre en el tramo desde que se baja al Duero hasta que se termina la subida. De hecho hemos encontrado árboles caídos dificultando el paso en un par de lugares. Esperamos que se hagan suficientes revisiones, cuidados y sobre todo pasen muchos caminantes para mantenerlo, porque merece la pena.