Arrieta: El Valle del Palomo por La Cuesta del Estanque y El Lomo del Perenquén 04092023

Un paseo sin muchas pretensiones, salí desde la playa de La Garita, en Arrieta, en dirección a la zona del Lajero para cruzar por el puente bajo la carretera LZ-1 que salva el barranco de El Vallito. Pasado el puente, y entre las varias opciones que hay, me fui por la vereda que asciende hacia las viviendas que tengo a mi izquierda (la vereda marcha pegadita a la carretera) hasta alcanzar y pasar la primera vivienda. Entre esta y la segunda hay un acceso al barranco de Matos Pardos y por ahí me escore, alcance el cauce y pase al otro lado hacia una finca abandonada que atravesé hasta alcanzar la pista que recorre la zona y que un poco después se encuentra con la que viene de Tabayesco (diseminado).
Alcanzado el camino me fui por él hasta el inicio de la vereda que asciende por La Cuesta del Estanque. Esta vereda se ve clara desde el camino y me fui por ella, el ascenso es con muchos ripios y hay que tener cuidado con los posibles resbalones. Tiene varias opciones de subida, pero yo elegí la directa y sin muchos problemas recorrí los apenas 700 metros de “escalada” para alcanzar la zona de la cambuesa, antiguo corral de cabras ubicado en la pequeña meseta colindante con la presa, el lugar donde los parapentistas preparan sus lanzamientos.
Después de un rato en busca de sosiego me dirigí hacia la presa para cruzar la pasarela hacia el otro lado.
Tocaba recorrer el Valle del Palomo para alcanzar Los Tablones y para ello en vez de continuar por la pista descendí hasta el cauce aprovechando que por este primer tramo hay vereda y el paseo no es complicado. Un rato por el lecho del barranco hasta que los diques levantados para controlar el flujo del agua complicaron el avance y decidí afrontar la subida por la ladera hasta alcanzar la pista en la zona del Tosise.
Por la pista continué hasta alcanzar el Rincón de la Moza, aquí hay mucho que mirar. No es sólo la curiosidad de encontrar una vivienda en medio de la zona del encuentro de dos barrancos: el que baja del Valle y el que lo hace del Rincón; sino la altura de las paredes de esos barrancos escarbadas por el agua en su paso hacia el mar. El tramo de El Rincón además está escalonado por diques, lo que mejora la imagen del entorno, y al fondo La Peña de la Pequena pone, también, su “granito” rocoso en un mayor lucimiento del lugar
Paso la vivienda y alcanzo la zona que hace poco tiempo fue destino de la “peregrinación” de muchos para hacerse “la foto” en la catedral (rofera), voyerismo de redes sociales. El lugar tiene su encanto con esas barranquillas engalanadas de piteras y con la Peña de Matamoros al fondo.
Sigo por la pista, rodeo el lomo que baja de la Peña de Matamoros y me adentro en “la concha” del Valle, un pequeño cortijo con sus palmeras aún en pie me recibe y un poco mas al fondo la Peña de La Iglesia es ahora al que domina el flanco izquierdo del Valle. Avanzo un poco y un tramo recto de la pista me va mostrando los totem del lugar, al frente El Morro de Tindás, un pequeño lomo que desciende desde La Montaña, y a mi derecha La Peña de La Pequena y La Peña de La Gallina completan el entorno, ya estamos todos y ya avanzamos juntos.
Llego a las curvas, que además se asciende con pendiente, y poco a poco “vamos” subiendo. Tengo compañía: la caravana de buggies aparece con su halo polvoriento que además tienen la desfachatez de saludarme mientras me envuelven en polvo, no fue una sola vez, fueron tres veces (tres grupos).
La Peña de la Iglesia me da su bendición mientras doy los últimos pasos en la pista antes de alcanzar la degollada que separa el Valle de La Triguera.
De nuevo un poco de respiro mientras repongo calorías y me dirijo al Cortijo de Domingo Armas.
Toca pensar en el regreso, hay que cambiar el sentido de la marcha y para eso me fui a La Montaña. Cruce el tramo que hay entre la cabecera del barranco de Chafariz, el del Palomo y La Triguera, todo ellos en La Montaña, delimitadas por la carretera LZ-10, y frente a las Peñas del Chache, hasta alcanzar el pequeño tramo de la degollada que da entrada a La Pequena.
Toca atravesar el brazo que hay hasta la Peña de La Gallina para continuar por la cabecera de La Hoya de Castro y alcanzar la Peña de La Pequena, todo ello por la pista habilitada.
Una vez en las inmediaciones de la Peña de La Pequena hay que atravesar la pequeña meseta que da término a este brazo montañoso que acabo de dejar atrás para cruzarlo en dirección a la degollada que separa El Valle del Palomo del barranco La Luciana para desde ella alcanzar la zona de Suerte de Los Negros, otra pequeña meseta que hace de cabecera para los dos barrancos que desaguan sobre Tabayesco: El Vallito y La Luciana.
La travesía la hice por la vereda que cruza toda la meseta pegada a la derecha y de cara al Valle del Palomo. Llegue a la conexión con el Lomo de la Camellita y en vez de seguir su trazado me desvíe a la izquierda, campo a través, para acercarme al naciente del Lomo del Perenquén. Cruzo todo la cabecera de el Rincón de Matos Pardos sorteando pequeños barranquillos hasta ubicarme en el inicio del Perenquén y empezar el descenso.
Como ya es zona de paso frecuente, las únicas precauciones son las de evitar los resbalones. Se desciende pegado a la línea de un antiguo muro de piedras derruido y a medio camino se pasa al otro lado siguiendo una antigua vereda muy desdibujada.
Llego, con mucha calma, a las inmediaciones del depósito regulador de aguas y a la pista que le da acceso.
Por la pista me voy hacia el pueblo para luego desviarme por el camino que une Tabayesco con Guatiza (diseminado) para luego dejarlo y atravesar Trujillo en busca del barranco de El Vallito (Seña Luciana en el mapa de la aplicación).
Cruzo de nuevo el puente para acercarme a la playa de La Garita y desde ella a Casa.