Arrieta: Ladera sur de Temisa, bajo La Pequena 17012024

Jornada a duo con la idea de patear por la ladera de Temisa, en esta ocasión salí arropado por un maño (https://es.wikiloc.com/wikiloc/user.do?id=1738395) que recordaba sus paseos nevados por Formigal pero que no se quejo mientras pisaba la aridez empedrada del Lomo del Perenquén en camiseta.
Partímos desde Arrieta por la Playa de La Garita en dirección a la zona de El Lajero, alcanzamos el cauce del barranco que desagua las aguas de El Vallito y las de Matos Pardos y nos fuimos hasta la granja de gallinas para ascender por la ladera que hay en su trasera. Llegamos a la zona de Trujillo y la atravesamos al amparo del muro de una finca abandonada hasta que alcanzamos el camino que parte de Tabayesco y recorre el pie del macizo hasta casi el cementerio de Guatiza.
Continuamos a la derecha, hacia Tabayesco, y en las proximidades de la parada de guaguas nos vamos por una pista de tierra que asciende en dirección al depósito regulador de aguas.
Unos metros antes del deposito iniciamos la subida por la ladera de El Perenquén.
No hay vereda y por tanto es ir subiendo buscando la manera mas cómoda de hacerlo, es una lomada de pendiente suave y con muchos minibarranquillos que van descendiendo y que se pueden aprovechar para usarlos a modo de guías.
Vamos con calma, cuidando la pisada para no resbalar, las miradas hacia Tabayesco y a la costa de Arrieta son espectaculares, luce el sol pero no molesta, las previsiones dicen que puede caer algunas gotas mas al mediodía.
Llegamos arriba, Suerte de Los Negros, los planes marcan que hay buscar camino por la ladera de cara a los barrancos y a eso nos dedicamos. Paseamos por la cabecera de El Vallito, una explanada amplia, hay huellas (muros de piedras y alguna caseta a modo de Taro) de algún uso humano pero poca cosa, avanzamos con las vistas de Tabayesco como referente y llegamos al arranque del lomo de La Peña, de nuevo toca mirar.
Segimos avanzando, ahora por el naciente de barranco de La Luciana, manteniéndonos lo mas arriba posible aprovechando las terrazas, a lo lejos se divisa el Volcán de La Corona y, mas cerca, la Peña de la Pequena nos observa porque intuye que vamos en sus dirección.
Llegamos a las inmediaciones de la vivienda de piedras (ruinas) que hay en Suerte de Los Negros y que parece es de época prehispánica y hacemos una pequeña parada.
Desde la vivienda nos vamos hacia la degollada que separa La Luciana de El Valle del Palomo y buscamos la vereda para continuar hacia La Escalerita.
Marchamos por ella recorriendo la cabecera del barranco La Luciana hasta alcanzar el cruce hacia la vivienda (ruinas) que hay justo en el inicio del lomo. Continuamos al frente por la vereda hasta las rocas que marcan el inicio del desvío hacia la izquierda, hacia El Cercado del Marqués. Ubicados en la vereda empezamos a recorrerla, estamos un poco mas arriba de el Morrete, en el Lomo de La Escalerita, y avanzamos por la vereda bajo la sombra de la Peña del Tajosé, sobre tierra roja arropados por una infinidad de Cerrajones de Risco (Sonchus pinnatifidus) que cubren casi toda la ladera embelleciendo y refrescando el paseo.
Marchamos hasta alcanzar la zona de los dos primeros “agujeros” donde empiezan las terrazas, hay mucho “yerbajo” que picotean las piernas pero el avance se hace con relativa tranquilidad, algún tramo mas estrecho que otros pero sin que se presenten problemas.
Llegamos a la zona bajo La Peña de Los Pilones, aquí la ladera se “curva” un poco, como si pasáramos una esquina, y nos vamos acercando al mayor de los barrancos que desciende desde La Pequena, se marcha sobre una terraza que está levantada cubriendo todo el arco del barranco permitiendo avanzar cómodamente. Toda esta parte de la ladera, hasta la carretera, está cubierta de terrazas, un trabajo ingente que ahora está algo deteriorado pero que al estar cubierto del verde de los cerrajones, y demás compañía, el paso se hace reconfortado.
En toda la zona hay muchos árboles frutales resecos, sólo algunos almendros en el cauce del barranco parece tener vida al lucir su flores blancas que observamos en la distancia.
Pasamos la loma del barranco y empieza el descenso, se marcha pegado al muro de El Cercado del Marqués (lo que fue), aquí abundan las tuneras por lo que hay que tener cuidado con los “pinchazos”.
Alcanzamos el asfalto de la LZ-207 y nos vamos hacia Chafariz, de nuevo a subir.
Subimos por la vereda que marcha por el cauce del barranco hacia el estanque, lo dejamos a nuestra derecha y seguimos hacia el frente y hasta que un muro “nos para”. La vereda de ascenso se inicia aquí y nos vamos por ella, al principio hay poca pendiente, el verde incipiente nos acompaña, muchas “batatas de cochino” (Arisarum simorrhinum) por los bordes y hasta fuimos capaces de ver una en flor. Seguimos avanzando por la ladera en dirección a El Agujero, una zona de la misma con nombre propio. Todo recto y en subida hasta alcanzar esta zona y, alrededor de ella, se abre una especie de zigzag hasta situarnos en el otro lado. El sendero se vuelve recto y, como es natural, en ascenso hasta alcanzar el camino de la Pequena. Un poco antes del camino nos encontramos con una cueva rofera habilitada como saloncito con sus sillas y mesa para echar una partidita.
Cubierto esta etapa había que afrontar la última, el regreso a Arrieta. Desde la señalética (un cartelito que indica tres direcciones) nos vamos por la dirección a Tabayesco. Seguimos el trazado de la pista hasta alcanzar la Peña de La Pequena, aquí nos fuimos a la izquierda, bordeando la Peña del Tajosé, buscando paso para alcanzar la vivienda en lo alto del Lomo de La Escalerita, llegamos, reponemos fuerzas y seguimos.
Tocaba descender por el lomo, seguimos el trazado de la vereda, llegando primero al Morrete para luego zigzaguear por la ladera hasta alcanzar la carretera, de muevo LZ-207, y dirigirnos hacia Tabayesco.
Por la calle la Luciana pasamos a la pista de tierra que pasa frente a la estación transformadora para seguir por ella hasta la zona de Trujillo, cruzamos la zona en dirección a la playa de La Garita, siguiendo el curso del barranco de Temisa, donde concluimos la jornada, una cervecita refresco el momento de la despedida.