Arroyo Balax: El Cerrón - Palacios - El Lugarillo - Cajar - Burras Viejas 24/04/2024 11:14:35

Hoy os propongo una ruta por uno de esos rincones donde tantas vidas, historias humanas, se fraguaron y quedaron en el recuerdo de tantas piedras caídas por el paso del tiempo, y esas otras que todavía se agarran a las entrañas de un pasado de tantos esfuerzos para que allí estuvieran dando cobijo a sus creadores y descendientes.
Arroyo Balax a su paso por los cortijos, aldeas de: El Cerrón, Palacios, El Lugarillo, Cajar, Burras Viejas. La antesala de la aldea de Rejano. Un valle estrecho y angosto que nos deja, también, las cortijadas de Las Greñas, Agualejas, y El Puntal, no abriéndose en vega hasta pasado el pueblo de Rejano.

Recorrido.-
Hemos dejado el coche en la explana que forma el camino a su paso por el arroyo de Balax. Un rincón de ensueño, la frondosidad de los árboles y el sonido del agua saltando de entre las rocas, el golpeteo preciso y constante del pájaro carpintero contra los tronco de los chopos nos regalan un momento inolvidable.
Ascendemos el camino ancho buscando el cortijo del Cerrón, edificio habilitado y restaurado, en su cara sureste, ladera del arroyo nos encontramos con un camino ancho que nos lleva hasta el arroyo, aguas transparentes, cristalinas y juguetonas saltan de entre las piedras. Cruzamos el arroyo, la vegetación y el desuso del camino difumina su lecho. Los troncos de chopos secos y caídos nos dificultan el caminar, lo que antes se suponen eran bancales de siembra, ahora son lechos de maderas viejas y secas caídas por doquier. Los cortijos majestuosos de los Palacios se nos presentan a pocos metros de altitud, siempre estos cortijos agarrados a lo que fuera un pequeño barranco generador de aguas y vida. Al fondo en la misma ladera podemos ver las ruinas de los cortijos del Lugarillo, enfrente, en la otra ladera del arroyo una pequeña aldea en total ruina, al menos veinte o veinticinco viviendas se pueden discernir. Cruzamos el arroyo por donde podemos, ya que la insinuación de lo que fuera el paso de entre cortijadas que muy oculto entre tanto matorral. Llegamos a la aldea, también a garrada a un pequeño barranco. Las calles entre edificios caídos se esconden bajo las piedras que abandonaron su muro para ser lecho. Sus puertas aún cerradas no ocultan su protegido interior; alacenas, chimeneas, ventas con rejas de palos cruzados. Nos deja el corazón sumido en la pena de algo que no hemos vivido, y que seguramente no nos hubiera gustado vivir. Seguimos por lo alto de la ladera buscando el cortijo de Burras Viejas, encontramos sus eras adheridas a su pajar. Vivienda que al parecer a estado habitada hasta no hace mucho. Bajamos al arroyo, por lo que parece era un camino. Encontramos de nuevo, tras cruzar el arroyo, el camino que nos lleva hasta el cortijo el Cerrón, esta vez seguimos otro camino que nos desciende al arroyo, decidimos caminar a orillas del agua cruzando cuando ha sido necesario. La vegetación es preciosa, el amarillo intenso de la flor del aznacho nos envuelven el caminar. Llegamos al coche, íbamos a tomar un bocadillo en la sombra inmensa del lugar, pero, el rebaño estaba posado, los perros nos han ofrecido la salida. Así que les hemos hecho caso y nos hemos ido a casa.
Ha sido un verdadero placer.
Nos vemos en la próxima ruta.

Baza 24 de abril de 2024.
Diego Salas Quirante