Arroyo Guadalbarbo. Alcaidía. Pedrocheñas (circular desde los Encinares de Alcolea)

Parto desde los Encinares de Alcolea buscando el Cañón del Guadalbarbo. En esta ocasión lo subo por su margen izquierda, un camino bastante menos bonito que el de la otra margen. Al llegar a la angarilla, hay que elegir el camino que baja hacia el arroyo dejándonos en el tubo grande, que sirve como puente de conexión entre los caminos de ambos márgenes. No cruzo el tubo y continuo camino arriba hasta cruzar el Guadalbarbo por un puente. Desde el puente el camino pica hacia arriba claramente, pero en pendiente asequible, hacia las Zahurdas de Román Pérez. En esta ocasión la niebla no me permitió ver los Riscos del Guadalbarbo, unas curiosas formaciones rocosas que abrazan al arroyo en esta zona. Me desvío hacia la derecha por un sendero claro, paralelo a un camino por el que habría que saltar un portón fácil; ambos se unen al cabo de unos cientos de metros, un km antes de llegar a las ruinas del Cortijo de la Alcaidía.

Tuerzo a la derecha en el cortijo para coger la via pecuaria de la Alcaidía, marcada durante varios km hasta llegar a la finca de la Armenta, por la cual pasa el camino público por mucho que varios carteles indiquen lo contrario. El paso no tiene obstáculos, pero a veces hay que salirse de los caminos mayores y coger alguna trocha. Cuidado porque en esta zona hay unas colmenas cuyos habitantes me dejaron varios recuerdos en una visita anterior. Una vez terminan todas las encrucijadas de la zona de la Armenta, el camino es claro hasta su unión con la Vereda de las Pedrocheñas, la cual cojo a la derecha en dirección Alcolea.

Nada más conectar, se cruza el Guadalbarbo por un puente. El camino es claro, abierto y bonito, pues el paisaje es pura Sierra Morena. Poco más de 2 km andando por Pedrocheñas, aparece un portón a la izquierda, que parece sacarnos del camino que traíamos, pero es el que tenemos que coger para seguir por el camino público. Pasada el portón, el camino pica hacia arriba hasta coronar un cerro. Justo ahí, hay una portera a la derecha que tenemos que coger para salvar otro portón (cerrado), y que se desvía del camino durante aproximadamente un km, para volver a él superado el obstáculo. Sigo camino pasando el Cortijo de la Coscoja. Poco después quería desviarme para alcanzar el geodésico de Clavellina, donde hay buenas vistas al Embalse del Guadalmellato...que la niebla me iba a robar, por lo que dejo el ascenso para otra ocasión. Paso otra puerta abierta para llegar al camino de la Tierna que, a la vera del Arroyo del Salto de la Mula, nos deja de nuevo en los Encinares.