Arroyo Tamujoso por el cauce (parte 1), desde puente GR48 al Puente de las Grajas. Vuelta por la Ruta del Agua y GR48
near Adamuz, Andalucía (España)
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Itinerary description
Toda la ruta transcurre por dominio público hidraulico o por camino público.
Divertido paseo de 8 km por el mismo cauce del Arroyo Tamujoso. Divertido no significa cómodo. Andar por el cauce de un río no es siempre muy agradable debido al piso irregular por las piedras y a zonas donde la vegetación cierra el paso. Tampoco es tu ruta si no quieres mojarte los pies. En muchos casos, andar por el agua es la mejor solución, pues alejarse del cauce es entrar en zonas de densa maleza. Este arroyo se llama Tamujoso precisamente por la cantidad de tamujos en su ribera, y ya se sabe que el tamujo no es una planta de tacto demasiado agradable. No es, sin embargo, tan desagradable como una aulaga y mucho menos que una zarza.
Siendo consciente de todo ello, el Tamujoso te regala bellos paisajes y múltiples encuentros con la fauna del arroyo: ranas, sapos, galápagos, etc.; además de llevar siempre de fondo la música de los pájaros. Se observan numerosas huellas de zorros, ciervos y jabalíes que usan el Tamujoso para calmar su sed. No conozco la del lince, pero no me extrañaría nada que también se acercara a estos parajes, porque la Sierrezuela es zona de reintroducción. Empecé el paseo a 19º y lo terminé a 25º. En ningún momento pasé frío. El caudal del agua no era muy alto, pero el arroyo corría, quizás algo menos de lo que esperaba, favoreciendo la aparición de musgo resbaladizo. No recomiendo esta ruta en invierno, por el frío, ni en verano porque el arroyo estará seco. Solo un par de veces el agua me superó la rodilla, pero vi un par de pozas que, de despistarme, podrían cubrirme. Cuidado con sacar mucho el móvil, porque lo normal es que termine en el agua. Durante la parte acuática el móvil no es necesario, pero sí sería conveniente que tuviéramos alguna forma de medirnos la velocidad para que no se nos haga eterna la parte acuática.
Empezamos la ruta en el puente del GR48. El primer kilómetro es uno de los más accidentados y cuanto antes metas los pies en agua, mucho mejor. Pronto se alcanza el túnel por el que el Tamujoso salva la mole del AVE. Después del túnel aparece uno de los tramos más cerrados y bonitos. Una vez superado, siempre hay opciones de ir por tierra (más bien por piedras) o por agua. Depende del gusto de cada uno y de cada momento. Hay algunos escapes en el principio que nos llevarían al coche en menos de media hora. El más claro lo marca un pozo en la junta del Arroyo Calderuela. Solo he marcado los escapes que estoy seguro que no llevan a finca privada.
Los paisajes de la ribera son diversos, todos muy bonitos. Las ranas van saltando a tu paso. Los galápagos se esconden al acercarte. El arroyo describe muchos meandros durante el camino, pero muchas veces no se es consciente desde allí abajo pues son muchos los sitios donde mirar. El peor momento lo pasé en el último meandro, que abraza el Cerro de los Rabuelos, antes de salirme del arroyo. Me confié y me metí en un tamujar que me dejó bastantes recuerdos en las extremidades. Por aquí abundan también las zarzas, así que mucho ojo. Llevar gafas ayuda a evitar pinchazos en los ojos durante todo el recorrido, pero mucho más en este meandro. Este tramo es mejor pasarlo por el margen derecho del arroyo.
Con el viaducto de la carretera ya a la vista (y pronto también con el antiguo Puente de las Grajas debajo, ahora peatonal, antigua carretera) sale una senda a la derecha que tomamos, aunque aún hay que pasar el cauce alguna vez. Esta senda lleva, de tomarla en sentido opuesto, a la Sierrezuela y también sería posible hacer el recorrido circular por ahí, más bonito, pero también más largo. Puede continuarse por el arroyo hasta la desembocadura del Guadalquivir, aproximadamente a 5-6 kilómetros de donde yo me salí. Ver parte 2
Yo tenía previsto volver por la Vereda de Obejo a Pedro Abad, última parte de la ruta del agua. Me cambié las zapatillas al salir del agua para hacer este último tramo más a gusto (ojo que hay que pasar 100 metros por la Carretera de Villafranca a Adamuz, en un tramo sin arcen aunque con escapatoria a la cuneta casi siempre). Dicha vereda enlaza con una parte asfaltada del GR48 que en pocos kilómetros te lleva al punto de partida. 5 km de ruta terrestre, más los 8 acuáticos, poco menos de 13 km en total.
Divertido paseo de 8 km por el mismo cauce del Arroyo Tamujoso. Divertido no significa cómodo. Andar por el cauce de un río no es siempre muy agradable debido al piso irregular por las piedras y a zonas donde la vegetación cierra el paso. Tampoco es tu ruta si no quieres mojarte los pies. En muchos casos, andar por el agua es la mejor solución, pues alejarse del cauce es entrar en zonas de densa maleza. Este arroyo se llama Tamujoso precisamente por la cantidad de tamujos en su ribera, y ya se sabe que el tamujo no es una planta de tacto demasiado agradable. No es, sin embargo, tan desagradable como una aulaga y mucho menos que una zarza.
Siendo consciente de todo ello, el Tamujoso te regala bellos paisajes y múltiples encuentros con la fauna del arroyo: ranas, sapos, galápagos, etc.; además de llevar siempre de fondo la música de los pájaros. Se observan numerosas huellas de zorros, ciervos y jabalíes que usan el Tamujoso para calmar su sed. No conozco la del lince, pero no me extrañaría nada que también se acercara a estos parajes, porque la Sierrezuela es zona de reintroducción. Empecé el paseo a 19º y lo terminé a 25º. En ningún momento pasé frío. El caudal del agua no era muy alto, pero el arroyo corría, quizás algo menos de lo que esperaba, favoreciendo la aparición de musgo resbaladizo. No recomiendo esta ruta en invierno, por el frío, ni en verano porque el arroyo estará seco. Solo un par de veces el agua me superó la rodilla, pero vi un par de pozas que, de despistarme, podrían cubrirme. Cuidado con sacar mucho el móvil, porque lo normal es que termine en el agua. Durante la parte acuática el móvil no es necesario, pero sí sería conveniente que tuviéramos alguna forma de medirnos la velocidad para que no se nos haga eterna la parte acuática.
Empezamos la ruta en el puente del GR48. El primer kilómetro es uno de los más accidentados y cuanto antes metas los pies en agua, mucho mejor. Pronto se alcanza el túnel por el que el Tamujoso salva la mole del AVE. Después del túnel aparece uno de los tramos más cerrados y bonitos. Una vez superado, siempre hay opciones de ir por tierra (más bien por piedras) o por agua. Depende del gusto de cada uno y de cada momento. Hay algunos escapes en el principio que nos llevarían al coche en menos de media hora. El más claro lo marca un pozo en la junta del Arroyo Calderuela. Solo he marcado los escapes que estoy seguro que no llevan a finca privada.
Los paisajes de la ribera son diversos, todos muy bonitos. Las ranas van saltando a tu paso. Los galápagos se esconden al acercarte. El arroyo describe muchos meandros durante el camino, pero muchas veces no se es consciente desde allí abajo pues son muchos los sitios donde mirar. El peor momento lo pasé en el último meandro, que abraza el Cerro de los Rabuelos, antes de salirme del arroyo. Me confié y me metí en un tamujar que me dejó bastantes recuerdos en las extremidades. Por aquí abundan también las zarzas, así que mucho ojo. Llevar gafas ayuda a evitar pinchazos en los ojos durante todo el recorrido, pero mucho más en este meandro. Este tramo es mejor pasarlo por el margen derecho del arroyo.
Con el viaducto de la carretera ya a la vista (y pronto también con el antiguo Puente de las Grajas debajo, ahora peatonal, antigua carretera) sale una senda a la derecha que tomamos, aunque aún hay que pasar el cauce alguna vez. Esta senda lleva, de tomarla en sentido opuesto, a la Sierrezuela y también sería posible hacer el recorrido circular por ahí, más bonito, pero también más largo. Puede continuarse por el arroyo hasta la desembocadura del Guadalquivir, aproximadamente a 5-6 kilómetros de donde yo me salí. Ver parte 2
Yo tenía previsto volver por la Vereda de Obejo a Pedro Abad, última parte de la ruta del agua. Me cambié las zapatillas al salir del agua para hacer este último tramo más a gusto (ojo que hay que pasar 100 metros por la Carretera de Villafranca a Adamuz, en un tramo sin arcen aunque con escapatoria a la cuneta casi siempre). Dicha vereda enlaza con una parte asfaltada del GR48 que en pocos kilómetros te lleva al punto de partida. 5 km de ruta terrestre, más los 8 acuáticos, poco menos de 13 km en total.
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