Arroyos del Valle del Lozoya

Aprovechando esta primavera que estamos viviendo, desafortunadamente, en mitad del invierno vamos a dar una vuelta por los arroyos del Valle del Lozoya. Para ello, tomamos como base una ruta del maestro antotemo. 

Nosotros salimos del aparcamiento del Puerto de Cotos e iniciamos el descenso cruzando la carretera y accediendo al camino señalizado como RV9. Enseguida, vemos que el agua nos acompañará en nuestro camino. La pista se aleja de la carretera y cruza La Pradera. Desde aquí la senda toma dirección norte para adentrarse de nuevo en el pinar. 

Llegamos a un arroyo con una pasarela de madera. Aquí, abandonamos el GR10.1 para seguir por un pequeño sendero que sale a la derecha, justo antes de llegar a la pasarela. Llegamos al Arroyo del Toril, el cual cruzamos por un puente. Volvemos a ir paralelos a la carretera durante bastante tiempo. El camino parece en un momento acabar en la carretera, pero en este lugar se encuentra a la izquierda un minúsculo sendero que se puede seguir gracias a los hitos de piedra que hay en el mismo. De este modo podemos llegar hasta el Área del Arroyo de la Laguna Grande, lugar en el que atravesamos la carretera, no sin antes hacer unas buenas fotos de dicho arroyo por el que discurre un gran caudal de agua. 

Tomamos un bonito sendero que discurre por el margen derecho del arroyo, disfrutando enormemente con la hermosura de la zona. Apenas llevamos quinientos metros por el sendero cuando vemos que el mismo es atravesado por el Arroyo de la Laguna. La fuerza y la cantidad de agua que baja impide que podamos atravesar con seguridad el cauce, así que después de unos minutos buscando un lugar por el que vadear el arroyo, nos decidimos por seguir por el sendero por el que venimos. El sendero asciende y va por toda la ladera. Es un tramo en el que hay que tener cuidado, ya que el sendero es estrechísimo y la pendiente es fuerte. Con cuidado se puede seguir sin mayor problema. 

El sendero desemboca en la Colada del Camino de las Vueltas. Cogemos esta pista a la izquierda y deambulamos por la misma durante unos quinientos metros. En ese momento salimos de la pista para tomar un pequeño sendero que sale a la derecha de aquella y que nos acerca al Arroyo de la Angostura. El Puente de los Hoyones nos permite pasar al margen derecho del arroyo. Tomamos una senda que sale a la derecha y que nos hace deleitarnos con algunas espectaculares zonas al lado del río. 

Llegamos a un puente de pilones que atraviesa una pista. Nosotros no vamos a atravesar por el puente, sino que seguimos de frente. Es una suave, aunque continuada ascensión durante casi un kilómetro. En ese instante, el camino se bifurca. Tomamos dirección a la derecha para acercarnos a una de las pozas que visitamos hoy. Se trata de la Poza de Joselu (o de Josele, como la hemos rebautizado nosotros, en honor de un conocido nuestro). Hermosísimo y tranquilo lugar en el que aún no habíamos estado. 

Una vez hemos disfrutado de la poza, retrocedemos para volver al camino primigenio. Un poco más adelante seguimos por la izquierda. Ahora la pendiente sí que se acentúa. Llegamos al Arroyo de las Cerradillas, el cual atravesamos en tres ocasiones por tres pasarelas de madera. En la última de ellas, tomamos dirección norte por el sendero entre rocas con una muy buena pendiente. Menos mal que llegamos al PRM27, que nos llevará en un suave desnivel hasta el Mirador del Llano Alto, desde el cual disfrutamos de muy hermosas vistas del Valle del Lozoya.

Seguimos después por el sendero que nos va a llevar hasta el Arroyo de las Guarramillas. Atravesamos el arroyo por otra pasarela de madera y giramos a la derecha para caminar por un pequeño sendero. Después de unos pocos metros nos encontramos con la bella Poza de Sócrates, pletórica de agua. Descendemos hasta la misma. No hay lugar más apropiado para almorzar, así que nos detenemos para tomar buena cuenta de nuestras viandas. 

Una vez repuestos, retrocedemos hasta llegar de nuevo a la pasarela. Continuamos por el sendero, el cual haciendo zetas nos va a llevar hasta el Refugio del Pingarrón. Curiosamente, hoy está abierto, así que nos atrevemos a adentrarnos un poco en el mismo. Atravesamos la pradera hasta llegar a la carretera de la Estación de Valdesquí. Recorremos esta carretera, por la derecha, hasta que nos lleva de nuevo hasta el Puerto de Cotos. Antes de terminar, hacemos una parada en Venta Marcelino para disfrutar de un refrigerio al sol durante bastante tiempo. Después volvemos hasta el punto de inicio de la ruta. 

Hermosa ruta por un incomparable lugar, repleto de agua por todas partes. A considerar que el tiempo empleado en realizar la ruta es bastante elevado, debido a las continuas paradas para disfrutar del entorno amén de las realizadas para comer y la de Venta Marcelino. 

IBP index: 67 

Época recomendada: primavera, verano, otoño e invierno.