AS Camino del Norte Etapa 18 Senda Costera Naves Camango ( Ribadesella) Camino del Norte

AS Camino del Norte Senda Costera Naves Camango ( Ribadesella)

Esta ruta forma parte de nuestro particular camino hacia Santiago. No nos atenemos a la ruta oficial, ya que hemos preferido caminar, siempre que ha sido posible, cerca de los acantilados, para disfrutar de los bonitos paisajes de la senda costera. Para ello seguimos en parte el GR 204 que es un itinerario europeo con la signatura E9 y que discurre por la costa asturiana desde Bustio, en la frontera con Cantabria, hasta Vegadeo, limítrofe con Galicia.

La ruta de 23 km y 386 m de ascenso acumulado avanza pegada a la costa, uniendo las poblaciones de Naves, Llames de Prias y Camango. Sin desniveles apreciables, salvo el continuo sube y baja de la costa.

Aunque la Senda Costera está señalizada hasta Guadamía, solo coincidimos con ella en unos cortos tramos, ya que no se ajusta en muchas ocasiones a los acantilados. La calificamos como moderada por su longitud y por algunos tramos del camino que resultaron difíciles de transitar, al encontrarse muy cerrados por la vegetación.

Iniciamos el recorrido en el pueblo de Naves perteneciente al concejo de Llanes y nos dirigimos hacia los acantilados, que en esta zona presentan dos profundos entrantes, el primero frente al castro de Las Gaviotas y el segundo la diminuta Playa de la Canalina , profundamente encajada entre dos farallones y a la que se accede por medio de unas estrechas escaleras. La playa de La Canalina, que no existe con pleamar, se ubica en una zona acantilada de rocas calizas, pastizales y terrenos de cultivo. Al no ser de fácil acceso y desaparecer según la marea, es poco frecuentada Ambos lugares son realmente hermosos.

La siguiente playa es la de La Huelga, se encuentra en la desembocadura del río San Cecilio y muy cerca de ella pueden contemplarse unas marismas. Se halla a pocos kilómetros de la localidad de Hontoria. Esta playa está considerada paisaje protegido, desde el punto de vista medioambiental (por su vegetación y también por sus características geológicas)

Seguimos en busca del puente de madera que cruza el rio San Cecilio, donde vemos un antiguo molino. Nos desviamos de la ruta marcada y pasando junto a un hórreo y en poco tiempo estamos viendo ya los acantilados de la costa, y la islote desfuracada, o Castro de las Gaviotas. Avanzamos junto a la costa y los restos de una ruina nos llaman la atención, se trata de la Cetárea de villahormes. El vivero comunica con el mar que purifica sus aguas y criaban crustáceos destinados al consumo.

Continuamos por la costa de Hontoria y aunque las vistas son fantásticas, el camino acaba complicándose ya que se va cerrando hasta desaparecer. Como podemos, llegamos a una pequeña senda situada junto a la ensenada. Resultó complicado salir de la zona. No recomendamos internarse tanto, en la costa en esta parte de la costa.

Salimos a la Senda Costera y poco después la abandonamos. De nuevo en la S.C., nos desviamos a la ermita de San Antonio. Recorreremos el camino junto al acantilado desde la ermita a la playa de Las Cuevas. Todo el recorrido se realiza por una plataforma de rocas calizas que resulta espectacular, con unas vistas amplias de los acantilados y con números promontorios rocosos. Si el recorrido por la plataforma nos encantó, la culminación fue aun más impresionante, La Playa de la Cuevas.

Recibe su nombre por las rocas horadadas por el mar que la forman. Situada en la desembocadura del río Cuevas, la playa está salpicada por enormes formaciones rocosas perforadas por el mar que dejan al descubierto cuevas y túneles. Se trata de un paisaje kárstico de gran belleza. Lo más destacable son los grandes ventanales abiertos en el saliente de la orilla oriental, que por su majestuosidad y belleza, protagonizan una de las imágenes más emblemáticas de la costa asturiana.

Abandonamos la playa y ascendemos hacia la playa de la Canal atravesando el pueblo de Hontoria, tras cruzar el rio Nueva. La Playa de La Canal Es una pequeña concha de arena al fondo de un estrecho y alargado cañón kárstico, de ahí su nombre. Si a su estupenda arena se le añade el paisaje del litoral circundante y el espectáculo de un cercano bufón en el oeste, se entenderá el interés que despierta esta diminuta playa de apena 25 metros de anchura y unos 300 de longitud.

Seguimos por el camino hacia Villanueva, para en diagonal dirigirnos a Pozo de la Grallas. Continuamos por el acantilado y la tierra se abre grandes oquedades en la tierra formados por el hundimiento de la roca, debido a la erosión del agua de lluvia y del oleaje que entra por la base del acantilado. Hay que acercarse con precaución ya que los pozos son enormes y muy profundos.

El camino continua por el llamado Campo de Bufones de Prias. El acantilado aparece horadado en muchos lugares, formando los llamados bufones. El espectáculo tiene que ser impresionante en un día de mala mar y marea alta. No es nuestro caso, estamos en bajamar y la mar está en calma. Nos conformamos con contemplar los bufones y en alguna ocasión oír el silbido del viento saliendo por ellos.

El camino termina en la Playa de Guadalmia, de gran interés paisajístico, es una playa formada modelada por el agua. La playa es alargada, excavada en la roca por el mar y presenta cuevas de las paredes Está rodeada de praderas y es totalmente natural.

Llegamos a Llames y bordeamos el entrante de la playa por la línea de costa, disfrutando de esplendidas vistas de la zona de los bufones. Llegamos a la costa en la zona del área recreativa y continuamos por unos acantilados muy recortados con bufones, rocas perforas formando arcos y entrantes y salientes muy llamativos.

Al llegar a la zona de Toriello, tomamos un bonito sendero que nos acerca a la ermita y luego cruzando Toriello llegamos a Camango, fin de la etapa.