As de Copas desde La Hoyaleja y paseo por caminos cercanos (Cehegín)

Aparcamos unos cientos de metros antes del área recreativa La Hoyaleja para caminar por el agradable camino entre pinos. En el merendero encontraremos mesas y asientos de cemento, un grifo en funcionamiento y unas ruinosas barbacoas junto a una vieja cantera.

Subimos por el camino de la derecha en busca de otra construcción en ruinas, en este caso un viejo transformador. A su altura el camino gira a la derecha y vemos una empinada y sugerente recta que atacamos. El suelo es pedregoso y el camino está roto por el agua.

Llegamos a un falso llano que sirve de balcón para contemplar la ciudad de Caravaca y las montañas que se elevan tras ella: los Siete Peñones, el Calar de Ortega, la Peña Rubia, el Buitre y el Cerro Gordo.

De repente tenemos que hacer una bajada muy pronunciada. A mitad de la misma tendremos una bonita estampa de Cehegín, con la Peñarrubia y sus características antenas en primer término.

Acabada la intensa bajada llaneamos tranquilamente hasta salir a un collado. Tenemos ante nosotrxs perfectamente delimitado el camino que nos llevará al As de Copas, coronado por el depósito de agua que hace esta cumbre tan reconocible.

La ascensión es mucho menos severa de lo que parece. Casi al final de la misma tomamos un sendero a la derecha para alcanzar la cima. Nos recreamos con unas vistas soberbias de las cercanas sierras del Quípar y las Cabras; las de Mojantes, Los Odres y Revolcadores; también vemos la Sagra. Las citadas de Caravaca más el Gavilán y Pinar Negro; la Sierra de la Puerta (con sus canteras), las de San Miguel, Molino, Palera... también el Almorchón, la Sierra del Oro, la de la Pila, la de Ricote, el Castellar… y tras la muralla de la Sierra de Burete que se eleva por el sur vemos el Morrón de Espuña.

Tras guardar nuestros prismáticos volvemos sobre nuestros pasos hasta La Hoyaleja. Se nos habrá hecho dura la subida tan empinada que a la ida tuvimos que descender.

Es temprano y nos apetece caminar un poco más y explorar la zona, es nuestra primera vez por aquí, así que de vuelta al coche nos desviamos por un camino que a la derecha conduce a una cantera, pero enseguida lo dejamos por otro que sale a la derecha (de los dos que salen en este punto, el de la izquierda, que sube recto).

Tras un breve repecho llegamos a un pequeño collado, desde donde el camino es un agradable paseo por una alfombra de juma que llanea entre el frondoso y fresco pinar hasta desembocar en un camino mayor que tomaremos hacia la derecha. No tardamos en llegar a otro camino, siguiendo también a la derecha en subida. Apenas doscientos metros para volver a pasar por el merendero, y ahora sí, caminar de vuelta al coche satisfechxs por la bonita ruta que nos ha salido, tanto por las vistas desde lo alto como por lo hermoso de sus caminos interiores.