As minas de Brués (Ourense)

Comenzando y terminando la caminata en Almuzara (Ourense) nos vamos a ir acercando por caminos forestales y sendas de pescadores hasta las minas de Brués.

Estas minas, hoy abandonadas, tuvieron su máxima actividad allá por los años 50 y 60 del siglo XX,
De ellas se extraían rocas ricas en arsénico y algo de oro y plata.
La mina dejó de trabajarse por falta de rentabilidad y aunque últimamente ha habido prospecciones exploratorias por parte de algunas empresas mineras hasta hoy no hay nada en firme.

Quedan algunas bocaminas, debidamente señalizadas con postes y poco más.
En el solitario valle formado por el curso alto del río Viñao se pueden visitar esas bocaminas y, de paso, disfrutar de la naturaleza, sus paisajes, el canto de los pájaros y escuchar las cantarinas aguas de este pequeño río.

El acceso al interior de los cortes mineros no es fácil ni recomendable ya que son bastante peligrosas. Mejor verlas desde fuera.

En cuanto al río Viñao, decir que es un afluente del río Avia. Nace de las confluencia de multitud de pequeños regatos, muy cerca del alto de la Gándara. Baja de los Montes del Testeiro pasando por los pueblos de Irixo y Brués (ayuntamiento de Boborás) y desemboca en el Avia en el pueblo de Salón. A partir de Boborás el río se encañona hasta su confluencia con el Avia.

En tiempos pasados fue un excelente río truchero, al decir de los pescadores de la zona, pero la población de truchas sufrió varios reveses como la construcción del gaseoducto que embarró el río o la falta de caudal ecológico que hizo que el río quedase seco en varios de sus tramos.
Ha sido repoblado de alevines de trucha varias veces y actualmente parece que las autoridades de Medio Ambiente se lo están tomando más en serio porque sus aguas corren abundantes y limpias por lo menos hasta Boborás..

En esta caminata recorrimos su tramo más sencillo gracias a unas limpias y cómodas sendas de pescadores.
Otro encanto de este río es su espléndido bosque de ribera típico de Galicia.

Una vez en la localidad de Brués descendemos hacia el río nuevamente dando un rodeo para poder ver (y oler) la fuente termal de Brués, digna de una visita.

Y ya casi al final y antes de la cuesta que nos va llevar hasta Boborás nos encontramos con a Ponte Nova. Este puente, cruzado por el camino real que enlazaba tradicionalmente Pontevedra con Ourense delimitaba los territorios del Conde de Ribadavia y del Conde de Monterrei. Para cruzarlo había que pagarle a este último un impuesto llamado de "portazgo" o de "barcazgo" si se hacía en barca.

La ruta es muy bonita y sencilla. Hay una pequeña cuesta al principio y otra al final siendo el resto del trayecto casi llano.

De vez en cuando el camino está encharcado y embarrado por la existencia de numerosos manantiales y, a veces, hay que buscar soluciones alternativas para poder continuar sin mojarse las mojas.