Gaintzorrotz desde Bernagoitia.

Se trata de una ruta corta que no llega a los 9 km, con un desnivel positivo acumulado discreto (519 m), pero con unos paisajes espectaculares que se divisan desde la cumbre del Gaintzorrotz (780 m), y que justifican la relativamente dificultosa ascensión desde la base de su pirámide cimera.

La sierra de Aramotz es un intrincado roquedo kárstico que separa los valles de Arratia y el Duranguesado y que posee una serie de cimas de altitud media, siendo las mas elevadas las del Artatxagane, el Leungane (pertenecientes al macizo vecino de Eskuagatz) y el monolítico Mugarra, que según desde donde se mire tiene un perfil espectacular. Los accesos mas frecuentes a las distintas cimas de la sierra suelen ser por Dima y Lemona (Arratia), y por Durango, Mañaria y Zornotza (Duranguesado). Hoy se nos ha ocurrido ascender al Gaintzorrotz desde el barrio de Bernagoitia (Zornotza).

Son las 8:20 de la mañana cuando partimos desde Bilbao en dirección a Zornotza–Amorebieta, continuando después hasta Euba para desde allí subir por carretera serpenteante hasta el barrio de Bernagoitia, para nosotros viejo conocido, ya que hemos venido hasta aquí en numerosas ocasiones para ascender al Belatxikieta, al Urtemondo y también al propio Gaintzorrotz.

Hoy me acompañan Eduardo y Jose Mari, a los que esta misma mañana se nos ha unido Jon Urrutia, un viejo amigo mendizale con el que he compartido numerosísimas aventuras montañeras. Me ha hecho mucha ilusión que Jon también nos acompañe ya que no le veíamos el pelo desde hace una temporadita. A ver si se anima y viene mas veces.

Estamos ya en Bernagoitia rozando las nueve de la mañana, y tras calzarnos las mochilas, pongo el reloj en modo de senderismo y preparo el móvil para grabar la ruta en Wikiloc. Los cuatro arrancamos cogiendo la pista el dirección a Belatxikieta. La intención es subir y bajar al Gaintzorrotz desde Bernagoitia por el mismo camino, así que relataré la ruta de subida con más detenimiento, ya que la ruta de descenso es exactamente igual, pero al revés y creo no necesita demasiadas explicaciones.

Como digo, el camino parte al lado del frontón, dejando a la izquierda la carretera por donde hemos subido. Allí mismo pasamos al lado de la antigua escuela del barrio, que ahora es un txoko. Pasamos también ante dos hermosos caseríos y enseguida llegamos a una desviación señalizada. Un indicador vertical señala a nuestra izquierda la dirección hacia el barrio de Santa Lucía, en Durango, desde donde se asciende al Mugarra por Kataska, y el otro indica Belatxikieta. En el cruce hay maquinaria forestal haciendo una tala. Hacemos caso omiso de la desviación y nosotros seguimos de frente por la amplia pista hacia nuestro destino. Vamos por la GR 229. Hay señales rojiblancas el algún pino.

A partir de ahora seguiremos sin desvío alguno la citada pista durante un buen rato, hasta que llegamos a un pinar. A la entrada del mismo vemos a la izquierda una desviación muy clara que se interna en el pinar. Vamos por ahí. Pasamos de inmediato por un portón metálico que estaba abierto de los que se usan para evitar que cruce el ganado y los vehículos. Ya hemos comentado que desde Bernagoitia hemos venido por la GR 229 que ahora abandonamos.

Ahora la pista por la que vamos en suave ascensión es también muy clara, trazando un par de amplios zigzags dentro del pinar. Damos una primera curva a la izquierda, después otra a la derecha y después, tras pasar un abrevadero, otra a la izquierda. Al poco abandonamos la pista junto a otro abrevadero para meternos a la derecha por un camino claro que bajo el ralo pinar asciende hasta llegar en poco tiempo a la parte alta del camino ya fuera del pinar. Vemos como hacia nuestra izquierda se extiende un camino herboso que es por donde hay que seguir. El Gaintzorrotz se ve de frente.

Tras llanear otro poco por el citado camino este desciende bruscamente hacia una especie de caldera u hondonada situada más abajo. Tenemos que bajar hasta ella para seguir de frente por una sendita que serpentea entre las rocas calizas del karst y que empieza a subir con dureza. Nos metemos ahora en lo más duro de la ruta. Este senderito nos irá conduciendo poco a poco hasta las cercanías de la cima, ascendiendo por la rocosa y empinada ladera, solamente sembrada por algún que otro espino albar. El senderito en ocasiones vemos que se pierde y tenemos que improvisar por dónde seguir, aunque tampoco hay muchas dudas, ya que la ascensión es bastante intuitiva. Vemos un par de rudimentarios hitos de piedras que nos indican que vamos bien. Asustamos a nuestro paso a un grupo de "pottokas" que están pastando.

En circunstancias normales y sin niebla veremos sobre nuestras cabezas a mitad de ascensión la pequeña cruz que corona la cima del Gaintzorrotz. Parece que no esta tan lejos, nos decimos. Improvisando a veces el camino, retomando otras veces la sendita (abierta seguramente por el ganado) vamos ascendiendo, y ya casi en el tramo final optamos por subir casi a derecho.

Llegamos a la cumbre (780 m) que tiene una pequeña repisa herbosa rodeada por algunas rocas. Hay un bonito buzón en forma de torre negra almenada sobre un soporte de color naranja. Enfrente esta situada la cruz que veíamos en el ascenso, situada estratégicamente para ser vista y ser referencia en la ascensión. Las vistas desde la cima son espectaculares. No hay muchas cimas que tengan estas vistas. El día despejado y soleado favorece las vistas y solamente la placentera visión de los paisajes que se extienden a nuestro alrededor compensa con creces la relativamente dificultosa subida.

Tras unas fotos y el selfie del grupo de rigor iniciamos el descenso. Desde arriba parecen verse mejor los pequeños tramos del senderito antes comentado, aunque lo perdemos con mucha facilidad, optando por bajar a nuestro aire por los sitios que nos parecen más razonables. Los bastones son de gran ayuda en este tipo de bajadas. Al cabo de un rato llegamos a la zona mas baja, donde pastan los "pottokas" y donde se aprecia mas claramente el sendero. Y llegamos a la hondonada antes comentada, retomando el camino con más claridad.

A partir de ahora el camino de vuelta es exactamente el mismo que el de subida, por lo que huelgan excesivos comentarios. Enseguida llegamos hasta el pinar ralo por el que descendemos a la derecha hasta donde nos hemos desviado, trazando los dos o tres zigzags hasta el camino de Bernagoita. Aquí no tenemos mas que descender por la pista hasta llegar de nuevo al citado barrio. Es pronto todavía y en los soportales de la preciosa ermita San Miguel procedemos a sacar los bocatas y la "damajuana" de las mochilas para dar buena cuenta de todo ello.

Y tras el consabido refrigerio montamos los cuatro en el coche para regresar al "botxo".

Bonita y corta ruta, que se complica un poco por el ascenso final a la cumbre entre el sinuoso karst, pero que una vez en la cima compensa el esfuerzo por las maravillosas vistas. Una ruta mañanera en toda regla.