Goikogane desde Arakaldo

Había subido al Goikogane desde varios sitios: desde Arakaldo por Basakoetxe y por Bidekurtze, y desde Llodio por Motxotekale, pero no había subido desde Arakaldo, aunque conocía la existencia de una ruta que partía desde la carretera general frente al hotel Errekagain. Y precisamente esa misma es la que hice ayer martes, que en su parte más alta confluye con la ruta que viene de Llodio.

Se trata de una ruta sencilla y sin problema alguno, excepto las fuertes rampas al comienzo y al final de la ruta, al poco de empezar y poco antes de llegar a la cumbre. Es una ruta trazada por caminos amplios y que no llega a los siete kilómetros y medio en total, ascendiendo 599 m. Yo, sin esforzarme en exceso, la he hecho en algo más de dos horas y cuarto, y como he madrugado bastante estaba de vuelta en casa en Bilbao sobre las once de la mañana, con tiempo suficiente para hacer más cosas, entre ellas la compra con mi mujer.

Aparco el coche en el parking del hotel Errekagain, que esta todo libre, y tras poner el reloj en modo senderismo y el móvil en en marcha empiezo a registrar la ruta en Wikiloc. Tengo que decir que como voy solo señalaré en las fotografías las intersecciones, los giros y las bifurcaciones con los bastones.

Cruzo la carretera y accedo a un camino herboso que parte tras una pequeña casa que es un bar–restaurante y junto a un gran cartel de carretera. Tras llanear unos cientos de metros y trazar un par de amplias curvas el camino se mete en un pinar empinándose en varias rampas. Llego enseguida al primer cruce que puede ofrecer dudas, ya que parece que el camino sigue a la izquierda pero no, hay que seguir de frente por un camino pedregoso y bastante empinado. Por la izquierda también podríamos ir pero damos una mayor vuelta y creo que no merece la pena. Enseguida y tras una fuerte subida giramos a la derecha siguiendo por el camino que llevamos y que no ofrece duda alguna. Algunas rampas son potentes, pero poco a poco vamos subiendo y llegamos a otro cruce, siguiendo nosotros de frente y hacia arriba. El camino que viene por la izquierda es el que hemos dejado también a la izquierda en el primer desvío. Al poco llegamos a un cruce de varios caminos. No hay indicación alguna pero hay que ir por el camino de la derecha, viendo a los pocos metros unas marcas amarillas y blancas pintadas en una piedra en el suelo de una PR que pasa por aquí. Ello nos ratifica que vamos bien. Ahora el camino es prácticamente llano, viéndose a lo lejos su trazado por la ladera del monte.

Enseguida llego a una trifurcación en la que debemos seguir por el camino del medio. Vamos adelante sin desvío alguno para llegar a confluir con el camino que sube de Llodio. Hay señales verticales amarillas, una de ellas indica hacia el Goikogane y hacia allí voy. El camino se empina de nuevo en una rampa pedregosa y amplia. A nuestra derecha tenemos un pinar y a la izquierda una alambrada. Una vez superada la rampa el camino se aplana un poco, encontrando alguna señal del Cinturón de Hierro en el suelo.

Llego a una zona donde el camino llanea un poco con tramos herbosos y con algún árbol, Un grupo de vacas que pasta tranquilamente con sus txalas. Enseguida llego a otra señal vertical que indica hacia la cumbre del Goikogane, cada vez más cercana. Hacia ella voy.

El repecho que llega hasta la cima es bastante duro pero no es muy largo y hasta donde alcanza la vista está plagado a izquierda y derecha de asfódelos o gamonas, flor típica primaveral que llena las laderas de nuestros montes y que para los griegos clásicos tenía una connotación mitológica relacionada con la muerte. Y tras pasar sobre una antigua trinchera de la Guerra Civil y junto a un pequeño cercado enramado con una placa de un montañero fallecido, llego a la cumbre del Goikogane, de 702 m de altitud. Me hago un selfie y hago una foto de su típica cruz para caminar unos metros junto al cortado y llegar hasta la ikurriña que ondea en el mismo lugar desde hace mogollón de años y que es recambiada cuando las inclemencias del tiempo la deshilachan y estropean. Esta ikurriña es y ha sido visible desde muchos sitios y desde hace muchos años, ya que su posición es estratégica.

Tras la visita y una foto encamino mis pasos hacia abajo. Mi intención es bajar por el mismo camino que la subida, ya que tengo que volver hasta Arakaldo por haber dejado el coche allí.

Con toda la tranquilidad del mundo voy bajando la pendiente cimera para pasar enseguida junto al último indicador comentado. Tras saludar a un par de chicas que suben charlando animadamente bajo las mismas rampas por las que antes he subido para llegar al cabo de un rato hasta la otra señal vertical por la que he pasado. Ahora el camino se bifurca cogiendo la misma ruta de subida en dirección a Arakaldo, que es la que baja hacia la izquierda. Hay que recordar ahora que tras un rato de andar por camino suave hay que llegar a un cruce triple, bajando por el que sigue de frente. En este punto en el descenso no hay posibilidad de duda, aunque sí podía haberla a la subida.

Y tras otro rato de descenso llego a otro cruce, siguiendo por el camino que baja de frente y traza una curva a la derecha. Tras otro tramo en descenso hay que trazar una cerrada curva a la izquierda, descendiendo los tramos mas empinados que nos han hecho sudar hace un par de horas. Ya no hay problema alguno para llegar tras dos curvas a la carretera general, que cruzamos para llegar al coche aparcado junto al hotel Errekagain. Por cierto, este soberbio edificio fué fielato de miñones antes de la Guerra Civil.