Ascensión al Huma

Hoy, Salvador, Pepe y Paco, nos disponemos a ascender al Huma. El día se presenta despejado, fresco y con viento de poniente, lo cual nos hace prever un buena jornada de campeo sin muchas brumas.
Desde la estación del Chorro, y siguiendo por la carretera del Valle de Abdalajís, desviándonos a la derecha por un carril que se encuentra en bastante mal estado en algunos sitios, llegamos al punto de inicio de la ruta (hito 001). El sendero está bien definido, pero al poco encontramos una multitud de veredas creadas por los escaladores para acceder a las paredes, y por las monteses que por aquí habitan y que encontramos súbitamente entre los matorrales, ramoneando tranquilamente. La senda se empina con fuerza y nos tropezamos ya con las llamadas escaleras árabes (hito 002). Este paso permite franquear los grandes farallones rocosos de la sierra de los Castillejos por su parte central, evitando así rodear una larga pared rocosa para unir el Chorro con el Cortijo de Campedrero. La escalera formada con peldaños de roca caliza del lugar es conocida desde principios del siglo XX, sin que se sepa a ciencia cierta de qué época data su construcción, ni por supuesto, si el apelativo “árabe” es fiel a su origen. Desde su parte alta podemos disfrutar de unas fantásticas vistas hacia el valle del Guadalhorce. Después accedemos a un collado (hito 003) que traspone hacia el norte y nos deja ver el Cortijo de Campedrero y encima la impresionante mole caliza del Huma y en su parte inferior, como si fuera una herida de este a oeste, la Falla de los Palmitos. Aunque el cuerpo y la memoria nos pida dirigirnos rectos hacia la falla, vemos que hay un nuevo sendero señalizado que bordea por el este los campos de cultivo y que nos hace llegar hasta cruzarnos (hito 004) con el carril de acceso al cortijo. Por dicho carril nos dirigimos hacia el oeste y vemos unos mojones de piedra que nos señalan un sendero. Éste, según vemos a la vuelta, es el que deberíamos tomar pero preferimos hacerlo por el que conocemos que encontramos poco después (hito 005). Accedemos de esta manera a la Falla de los Palmitos. Como llevamos las suelas de las botas colmadas de barro, la subida se hace peligrosa y nos ayudamos agarrándonos a la cadena existente y a los palmitos que dan nombre a la falla. Ascendemos fuertemente y llegamos a un nuevo cruce (hito 007) en el borde oeste de la montaña. Desde aquí ya podemos divisar la zona de los pantanos. Tomamos el sendero indicado hacia el Huma y vamos divisando los Tajos del Estudiante, una impresionante pared rocosa de más de 100m de altura sobre la que, a la vuelta, nos situaremos. Vamos pasando de nuevo en la ladera sur de la montaña y al poco la senda nos mete en una chimenea (hito 008) que nos da acceso a una extensa meseta. La vereda va ascendiendo muy lentamente en dirección este y, aunque ya vemos el punto geodésico hacia el norte, la senda da un pequeño rodeo para atacar la cima más cómodamente. En la cima (hito 009) nos hacemos la foto de rigor y observamos con recelo, cómo nos amenazan las nubes que normalmente se instalan en la cumbre, pero que hoy nos están dando un respiro momentáneo. El viento nos molesta, pero menos de lo que esperábamos. Volvemos sobre nuestros pasos y en una recacha del sendero aprovechamos para avituallarnos. Después seguimos atravesando la meseta en dirección oeste y dejamos atrás el punto por donde accedimos (hito 010) y descendemos por la huella de las escorrentías hasta dar con los Tajos del Estudiante (hito 011). Las sensaciones al admirar la belleza del paisaje que se abre ante nosotros son inefables. Si el día es claro, como hoy, se puede otear desde Almargen hasta Cañete, la Sierra de las Nieves, y a nuestros pies el Almorchón y los cortados que conforman el Caminito del Rey. Para mejorarlo aún más nos visita una bandada de buitres que nos pasan muy cerca y aprovechan las térmicas reinantes para ascender sin esfuerzo alguno. Embriagados con tanta belleza vamos rodeando la montaña hasta encontrar un paso para volver a la senda que nos lleva al hito 007. Descendemos la falla de los palmitos y accedemos al cruce del hito 004. En vez de volver de nuevo por las escaleras árabes decidimos rodear los farallones por el carril de las Pedreras y así llegamos al punto de partida con el espíritu satisfecho y dispuesto a disfrutar nuevas rutas.