Ascensión al Puy Moné 1302 m y Punta Cabo Bal 1312 m, desde el Pozo Pígalo (subida por la loma Josepín y bajada por Mal Paso)

Hoy me acerco hasta la sierra de Luesia para disfrutar de las primeras pinceladas del otoño. Para ello, desde Luesia, sigo las indicaciones hasta coger la pista de tierra del Pozo Pígalo, que se encuentra en buenas condiciones, hasta llegar al aparcamiento que hay bajo el camping, donde dejo la furgoneta.

En este mismo punto, inicio la circular en sentido antihorario, me acerco a visitar el Pozo Pígalo, para acto seguido continuar durante unos metros caminando por la pista, llegar a un cruce, donde cojo el camino que se dirige al refugio del Corral del Curro, por el que desciendo hasta el cauce del río Arba, que cruzo por unas piedras.

Después, continuo por el camino en claro ascenso, que abandono tras un giro a la izquierda, para tomar un sendero que tras una pequeña subida, me deposita en una extensa pradera, en la que se ubica el refugio del Corral del Curro, desde el que se divisa el Puy Moné.

Aunque un camino herboso incita a seguir por el, en este punto me acerco a las lindes del bosque, donde tímidamente da comienzo un sendero, por el que en fuerte ascenso, me adentro en el pinar, en el que a medida que voy ganando desnivel, los pinos se van entremezclando con las hayas, hasta que llego a un cruce de senderos, donde sigo hacia las indicaciones de "Mal Paso".

A partir de este punto, el sendero pierde inclinación, alterno tramos de llano con otros de suave ascenso, donde paso a paso las hayas van ganando protagonismo. Tras un suave ascenso, una baliza colocada en medio del sendero impide el paso (se puede seguir y se llega al mismo lugar), indicando un giro a la izquierda, donde inicio un corto pero vertiginoso descenso, hacia el barranco de las Raices, rodeado de un poblado hayedo, cuyo cauce sorteo por un puente de madera.

Una vez en la otra margen, continúo subiendo por amplio sendero, hasta que este desemboca en una pista, que cruzo, para seguir subiendo por un bonito sendero hacia la loma Josepin, atravesando un espectacular bosque mixto de pinos y hayas, hasta que poco a poco voy ganando la parte intermedia, lo que me permite ir disfrutando de las vistas hacia el Puy Moné, sus lomas y parte de la sierras que circundan a la de Luesia.

Sobre el kilómetro 2.5 (cota 1310 metros), alcanzo un cruce de senderos, donde continúo en ligero ascenso hacia la loma de Puy Moné, más conocida en la zona como Josepín, en el que a medida que me acerco, la vegetación va desapareciendo, hasta que llego a inicio de la loma, que desde lejos parece estrecha, pero una vez metido en harina, es lo suficientemente ancha, para caminar por el medio sin sensación de vacío, teniendo que apoyar las manos en contadas ocasiones, en las que incluso se marca una tímida senda.

Cerca del final, la senda se convierte en un claro sendero, por el que me adentro en una pequeña mancha de robles y carrascas, por el que supero el último repecho, que me saca al amplio cordal que une la Punta de Cabo Val y el Puy Moné, al que me dirijo por la pista, acortando la última revuelta, caminando por la loma.

Una vez en la cima, aprovecho para comer al resguardo de la caseta contra incendios, mientras disfruto de la amplia panorámica que tengo, hacia la sierras de Leyre, Santo Domingo y Guara, además de los mallos de Riglos y de fondo, de los pirineos, cuyas principales cimas ya blanquean.

Luego, retrocedo sobres mis pasos hasta la salida de la loma Josepín, donde sigo remontado la loma, hasta alcanzar la Punta del Cabo Val, donde desciendo unos metros hasta un collado, que divide está con Puy Fongera, donde a mano izquierda se encuentra la senda botánica 3, por la que inicio el descenso hacia la loma de Mal Paso, por un pronunciado sendero, por el que atravieso una espectacular mancha de bosque, de pinos, hayas y bojes, que dejo atrás, al alcanzar la loma.

Siguiendo la senda, llego a una bifurcación, donde la senda botánica desciende hacia el fondo del barranco, mientras yo sigo por medio de la loma del Mal Paso, hasta llegar cerca de la parte más elevada, donde la senda gira a la izquierda, para comenzar a rodear la loma, sorteando la parte más complicada, aunque existe la posibilidad de hacerla por la parte superior.

A medida que voy alejándome del Puy Moné, la vegetación va haciendo acto de presencia, primero son los bojes, después los pinos y finalmente las hayas, cuyas hojas cubren parte del sendero, que acaba desembocando en el collado de Erica la Fosa, donde siguiendo las marcas blancas y rojas del GR.1, tomo el sendero que se dirige al pozo Pígalo.

En suave descenso, me adentro definitivamente en un bonito pinar, con ejemplares de buen porte, en el que se entremezclan los colores de algunas hayas, disfrutando en algunos claros de las vistas, hasta salir a una pista de tierra, por la que continúo caminando durante varios centenares de metros, pasando junto al corral de las Casas, punto en el que dejo la pista, para tomar justo al lado un sendero, por el sigo bajando pero con una pendiente algo más pronunciada, donde las hojas de las hayas, cubren en su totalidad el sendero, por lo que toca bajar despacio, para evitar un resbalón.

Sobre el kilómetro 9.5, el sendero desemboca en una pista de tierra, por la que sigo bajando y que va trazando largas lazadas, por la que finalmente llego hasta el aparcamiento del pozo Pígalo, donde concluyo está sencilla pero bonita circular por la sierra de Luesia, que nunca defrauda y en la que como suele ser habitual, no me he cruzado con nadie!