Ascenso al Montcabrer y visita a las Coves de les Encantades, de Cabrils: Bones Dones, Tres Cercles y Cau de les Formigues

A la zona de cuevas se puede ir en descenso, desde el Montcabrer, o en ascenso, desde el camino que va desde Cabrils a Cabrera de Mar. En esta zona de cuevas se localizaron hace tiempo restos de cerámica antigua: prehistórica, ibérica y romana. Se conoce su existencia desde hace mucho tiempo, pero no fue hasta el año 1.993 que se comenzaron a estudiar. Se dijo que posiblemente eran unas cuevas-santuario de la época ibérica, usadas como lugar de culto. Los restos hallados se encuentran mayoritariamente desaparecidos, algunos hurtados por furtivos. Solo queda alguna cosa en el Museu de l,Estampació de Premià de Mar.
El recorrido siguiente es partiendo del camino inferior.
Se deja el coche en alguna de las calles altas de Cabrils, cerca del camino de Cabrera de Mar. Se busca y se sigue dicho camino. Para hacer dos itinerarios distintos de ascenso y descenso, ya que la vertiente del Montcabrer es muy inclinada y pedregosa y, además, muy interesante y agradecida, podemos comenzar a subir desde una de las cercanas curvas del camino. Aunque la mayoría de sitios son complicados para acceder a la ladera, hay un punto, recorridos más o menos un centenar de metros, en el cual la cosa es bastante factible.
Subimos un primer escalón muy inclinado y comenzamos a recorrer la ladera pendiente arriba. Aunque parecen haber caminos, la verdad es que se puede, aunque con algunas dificultades, ascender por cualquier sitio. Hay tramos algo resbaladizos, otros más rocosos. Una alargada subida, dejando atrás vistas magníficas, nos deja en la rocosa zona donde se ubican las cuevas. La primera, y más grande, es la Cova de les Bones Dones, de unos seis o siete metros de profundidad y dos aberturas a la izquierda, una bastante hacia el fondo. Lástima que algún desaprensivo ha realizado pintadas que estropean el punto.
Salimos de la misma y, si fuésemos hacia la derecha, recorreríamos un último tramo inclinado hasta alcanzar el rellano donde se ubica la Creu de Montcabrer. Para ver las otras cuevas hemos de ir hacia la izquierda. Para llegar a la segunda cueva hemos de emplear las manos. Aunque hay buenos agarres la roca no es muy sólida y hay mucha inclinación. Con cuidado y paciencia llegamos a la misma, la Cova dels Tres Cercles. Es algo más pequeña que la anterior, también con algunas pintadas que la afean.
Finalmente, subiendo aún más arriba y de nuevo con algunas dificultades, se llega a la más pequeña, un sucinto y redondo agujero, con algunas pequeñas plantas en el mismo. Es la denominada Cau de les Formigues. Dejando dicho sitio, seguimos, ahora, hacia la izquierda, trepando por una alargada laja rocosa. Bastante arriba, podemos descender de la roca y alcanzar algo de senda.
Comenzamos a subir por trazas de camino, rodeamos algunas rocas de enorme tamaño y, tras un buen rato de ascenso, llegamos al rellano de la Creu de Montcabrer, situado a unos 310 metros de altura, en el que, además de la cruz, hay un banco para sentarse y unas barandillas protectoras. Es como una especie de balcón, con vistas espectaculares hacia la cercana costa mediterránea. Dejamos el punto y seguimos de frente. Se deja a la izquierda una de las antiguas casetas, con la antena rota, que había servido hace mucho tiempo de repetidor. Al cabo de un rato llegamos a un sitio muy rocoso, de grandes bloques, uno de los cuales se conoce como Pedra de l,Elefant, por su parecido a este tipo de animal. Hay que bajar, primero, llanear un poco, y, después, volver a subir, hasta alcanzar las instalaciones del nuevo repetidor, éste mucho más moderno, situado en un amplio rellano excavado al efecto.
Tras el mismo se encuentra la cima de Montcabrer, a la que por un costado del rellano se puede ascender. Estamos, finalmente, en la cima del MONTCABRER (318 mts.). Regresamos por el mismo sitio hacia la cruz y, desde la misma, comenzamos el descenso, ahora por el otro costado, por la derecha. La misma tónica de camino, pedregoso y algo resbaladizo, nos conduce hasta un pequeño espolón montañoso, cercano a las últimas casas de Cabrils. Recorremos el mismo y, oh sorpresa, en un pequeño espacio está colocado un indicador que señala la Cova de les Encantades. Seguimos bajando y el camino se va haciendo algo más claro. Más abajo, llegamos a una zona excavada, una amplia cavidad en el terreno. Continuamos el descenso y, enseguida, alcanzamos el inicio del camino que va hacia Cabrera de Mar. Finalmente, en poco rato, llegamos al coche.