Ascenso al Pico Lezna (2208m) desde Lores (Palencia)
near El Campo, Castilla y León (España)
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Itinerary description
Este fin de semana, vuelvo a la acción junto con mis compañeros del club de monte Artarrai, de Ermua. En esta ocasión nos desplazamos hasta el pequeño pueblo de Lores, situado al norte de la provincia de Palencia. La idea es subir a la cima del monte Lezna, un excelente mirador de las mayores elevaciones de los montes palentinos, y también del macizo de Picos de Europa.
Siendo sincero, es muy complicado describir y valorar esta ruta, no por el contenido del mismo, sino por la forma en que la hemos hecho. En muchos momentos nos desviamos del que a priori tendría que ser el sendero o camino correcto (es cierto que, una vez dejamos atrás la pista principal, a veces no resulta sencillo averiguar por donde hay que ir), y nos hemos complicado la vida innecesariamente. Esta es, en parte, la razón por la que he calificado nuestro track como "DIFÍCIL", por lo complicado que es seguir el recorrido.
Por lo demás, a excepción de la distancia y el desnivel, que son muy elevados, es una ruta que recomiendo hacer totalmente, por su descomunal belleza.
Aparcamos el bus justo en la entrada del pueblo. Poco después, aprovechamos que hay una fuente, y llenamos nuestras botellas de agua muy fresca y buena. Aseguraos de llevar una buena cantidad de agua, ya que después no os encontraréis con ninguna fuente más.
Atravesamos Lores (bonito por cierto, me ha sorprendido para bien), y comenzamos oficialmente el ascenso rumbo al monte Lezna. Durante aproximadamente 5km, la subida transcurre por una ancha y cómoda pista de tierra/piedras. Pero, en un punto concreto, nos desviamos de la pista para ir por senda natural, y después por una campa con vegetación alta, pero de la que no pincha. Luego, volveríamos a conectar con la pista. No me preguntéis por qué hemos hecho esto, aunque he de reconocer que la variante es bonita.
Seguimos cuesta arriba, al principio con rampas muy suaves, pero pronto empiezan a picar más y más, haciéndonos sufrir de lo lindo.
Al final de dicha rampa, llegamos a un llano, que es el inicio de un gran valle herboso, donde tenemos unas espectaculares vistas de nuestro destino, el Pico Lezna, además de otro gran coloso como es el Pico Curavacas.
Aquí nos encontramos con un grupo de pastores con sus perros y sus coches 4x4.
PD: Perdón por la mancha que aparece en varias fotos a partir de este punto. No me di cuenta de que la lente de la cámara estaba sucia hasta después de varios minutos.
Avanzamos unos metros más por la pista, hasta que vemos que por la izquierda nace un sendero herboso. Desde aquí, tenemos múltiples opciones de llegar a la cima del Lezna, pero nosotros decidimos ir por la izquierda. Hacemos algún que otro atajo un tanto cuestionable, y llegamos a la par de un riachuelo, lugar donde se encontraban varios de los mencionados pastores con sus perros, reuniendo a un gran grupo de ovejas.
Conectamos con otra pista, pero pronto la dejamos para ir cuesta arriba por campa herbosa. De nuevo me cuestiono si esta es la mejor decisión. Lo fácil sería seguir hasta el final por las distintas pistas, pero supongo que eso es lo más simple y feo, y nuestro guía preferiría darle algo de emoción al asunto.
Ascendemos en fuerte pendiente por un diminuto sendero de tierra, rodeado de vegetación. No éramos los únicos que andábamos por aquí, en la lejanía vimos un ciervo, y por detrás, nos perseguía uno de los mastines. En ningún momento fue una amenaza, al contrario, simplemente quería acompañarnos.
Luego, conectamos nuevamente con una pista (al final lo que hemos hecho es atajar), y continuamos por la izquierda. Aquí apareció uno de los 4x4 de los pastores, que precisamente estaban buscando al mastín y llevárselo de vuelta para abajo.
Pronto la pista se desvía a la izquierda, pero nosotros tenemos que ir por la derecha, así que seguimos en línea recta por una campa herbosa, primero en llano, y luego cuesta arriba, con trazas de sendero natural.
Los caminos aparecen y desaparecen con frecuencia, no hay hitos ni marcas que nos guíen, pero hay que reconocer que vamos por el lugar correcto.
Más adelante, llegamos al collado de Picorbillo. Aquí observamos al Curavacas casi en su plenitud. Impresionante e imponente montaña.
Ahora, giramos a la derecha, y nos disponemos a ascender una serie de largos repechos, cada cual más duro y complejo que el anterior.
El hecho de tener que subir empinadísimas rampas, llegar a la parte alta, y ver que tienes que subir otra repecho, y otro, que no ves el final, desmoraliza bastante.
Avanzamos en todo momento a la par de una alambrada, al principio por el lado derecho, pero luego hay que cruzarlo, pasando por debajo de los alambres (no pinchan, así que se puede tocar y subirlas para tener mas espacio para pasar) y luego seguir por la izquierda. Si se cuenta el número de veces que hay que superar este tipo de obstáculos para llegar a la cima, en total lo atravesamos hasta en 3 ocasiones.
Cada vez ganamos altura con mayor rapidez, a la par que el terreno se vuelve más pedregoso. El calor aprieta, nuestras fuerzas aminoran, y el grupo se descuelga cada vez más. Que manera de sufrir. Al menos, en el último de los repechos la pendiente se suaviza un poco.
Finalmente, alcanzamos la cima del Pico Lezna (2208m). Que maravilla de vistas!! No conozco la inmensa mayoría de picos que se observan, pero si que distingo las mayores elevaciones de los montes Palentinos: el vecino monte Pumar, el Peña Prieta y el Curavacas (desconozco si se puede ver también el Espigüete, que fue mi primer 2000).
También se ve con claridad toda la vertiente Sur de los Picos de Europa, y un montón de montes pertenecientes a Cantabria y Palencia.
Aquí nos detenemos un buen rato para reagruparnos, descansar y comer algo. Una pena la numerosa presencia de bichos en la cumbre, que a mi al menos me agobiaron bastante.
Tras realizar la foto grupal, nos disponemos a iniciar el descenso al punto de partida, el pueblo de Lores.
Una opción interesante podría haber sido ir recto, por la cresta, y coronar el Pico Pumar, y de ahí bajar al valle herboso donde estaban los pastores. En nuestro caso, fuimos unos metros por la cresta, y después, giramos a la derecha.
Ladeamos una de las empinadas rampas cimeras del Lezna, por terreno que alterna la tierra, piedra y hierba. En todo momento hay que ir despacito y asegurando cada paso, porque es bastante sencillo patinar.
Volvemos a la parte alta del último repecho que ascendimos antes, pero esta vez, continuamos cuesta abajo por la izquierda, a través de una cómoda campa herbosa.
Después, encontramos otra alambrada, la pasamos, y seguimos bajando por un sendero de tierra, que luego pasa a ser de hierba. Delante, al frente, tenemos a la vista el gran valle herboso. A simple vista parece fácil llegar hasta allí pero, una vez mas, la trazada de los senderos aparecen y desaparecen con frecuencia. Además la presencia de matorrales era demasiado elevada, así que esto nos hizo dudar en varios momentos de por donde teníamos que ir.
Avanzamos a la par del curso de un arroyo (hoy seco, cuidado si ha llovido mucho recientemente), teniéndolo que cruzar en varias ocasiones. Como buenas cabras que somos, bajamos por múltiples direcciones, buscando cualquier hueco libre de vegetación donde pudiéramos andar con comodidad, cosa que no resultó fácil.
Finalmente, conseguimos llegar al gran valle herboso. Aquí ya avanzamos en llano, y disfrutamos de la presencia de numerosas vacas, y algún que otro zorro y ciervo. Dicen que por estos lares también hay osos...
Más adelante, llegamos a una borda. Aquí nos volvemos a reagrupar, y de paso, llenar las botellas a través de una manguera, gracias a la inmensa hospitalidad de los dueños del mismo.
Seguimos recto, siguiendo las marcas de vehículos que han pasado por aquí, pero realmente teníamos que volver a la pista inicial, ya que por este camino no íbamos bien.
Giramos a la izquierda, bajamos un pequeño repecho, cruzamos una cuarta y última alambrada, superamos un arroyo, y volvemos a ascender, para llegar ahora sí a la pista principal.
De aquí en adelante, la ruta no tiene ningún misterio. Sólo nos queda seguir la pista durante 6km, hasta llegar al pueblo de Lores y finalizar así esta dura, compleja pero preciosa ruta. Muy recomendable.
Dicho todo esto, yo os recomiendo hacer 2 cosas:
1-Subir y bajar por donde nosotros hemos subido, que es lo más parecido al teórico camino oficial (sin contar el desvío inicial fuera de pista).
2-Que miréis, comparéis y descarguéis tracks de otros usuarios que hayan ido hasta el final por las diferentes pistas principales, y de ahí seguir por los correspondientes senderos hasta la cima. De hacer esto probablemente la distancia total sea mayor, pero la dificultad también sería mas baja.
3-O si no, quien quiera aventura de la buena, y llegar al Pico Lezna de la manera más bestia, bonita y entretenida posible, éste es vuestro track.
Siendo sincero, es muy complicado describir y valorar esta ruta, no por el contenido del mismo, sino por la forma en que la hemos hecho. En muchos momentos nos desviamos del que a priori tendría que ser el sendero o camino correcto (es cierto que, una vez dejamos atrás la pista principal, a veces no resulta sencillo averiguar por donde hay que ir), y nos hemos complicado la vida innecesariamente. Esta es, en parte, la razón por la que he calificado nuestro track como "DIFÍCIL", por lo complicado que es seguir el recorrido.
Por lo demás, a excepción de la distancia y el desnivel, que son muy elevados, es una ruta que recomiendo hacer totalmente, por su descomunal belleza.
Aparcamos el bus justo en la entrada del pueblo. Poco después, aprovechamos que hay una fuente, y llenamos nuestras botellas de agua muy fresca y buena. Aseguraos de llevar una buena cantidad de agua, ya que después no os encontraréis con ninguna fuente más.
Atravesamos Lores (bonito por cierto, me ha sorprendido para bien), y comenzamos oficialmente el ascenso rumbo al monte Lezna. Durante aproximadamente 5km, la subida transcurre por una ancha y cómoda pista de tierra/piedras. Pero, en un punto concreto, nos desviamos de la pista para ir por senda natural, y después por una campa con vegetación alta, pero de la que no pincha. Luego, volveríamos a conectar con la pista. No me preguntéis por qué hemos hecho esto, aunque he de reconocer que la variante es bonita.
Seguimos cuesta arriba, al principio con rampas muy suaves, pero pronto empiezan a picar más y más, haciéndonos sufrir de lo lindo.
Al final de dicha rampa, llegamos a un llano, que es el inicio de un gran valle herboso, donde tenemos unas espectaculares vistas de nuestro destino, el Pico Lezna, además de otro gran coloso como es el Pico Curavacas.
Aquí nos encontramos con un grupo de pastores con sus perros y sus coches 4x4.
PD: Perdón por la mancha que aparece en varias fotos a partir de este punto. No me di cuenta de que la lente de la cámara estaba sucia hasta después de varios minutos.
Avanzamos unos metros más por la pista, hasta que vemos que por la izquierda nace un sendero herboso. Desde aquí, tenemos múltiples opciones de llegar a la cima del Lezna, pero nosotros decidimos ir por la izquierda. Hacemos algún que otro atajo un tanto cuestionable, y llegamos a la par de un riachuelo, lugar donde se encontraban varios de los mencionados pastores con sus perros, reuniendo a un gran grupo de ovejas.
Conectamos con otra pista, pero pronto la dejamos para ir cuesta arriba por campa herbosa. De nuevo me cuestiono si esta es la mejor decisión. Lo fácil sería seguir hasta el final por las distintas pistas, pero supongo que eso es lo más simple y feo, y nuestro guía preferiría darle algo de emoción al asunto.
Ascendemos en fuerte pendiente por un diminuto sendero de tierra, rodeado de vegetación. No éramos los únicos que andábamos por aquí, en la lejanía vimos un ciervo, y por detrás, nos perseguía uno de los mastines. En ningún momento fue una amenaza, al contrario, simplemente quería acompañarnos.
Luego, conectamos nuevamente con una pista (al final lo que hemos hecho es atajar), y continuamos por la izquierda. Aquí apareció uno de los 4x4 de los pastores, que precisamente estaban buscando al mastín y llevárselo de vuelta para abajo.
Pronto la pista se desvía a la izquierda, pero nosotros tenemos que ir por la derecha, así que seguimos en línea recta por una campa herbosa, primero en llano, y luego cuesta arriba, con trazas de sendero natural.
Los caminos aparecen y desaparecen con frecuencia, no hay hitos ni marcas que nos guíen, pero hay que reconocer que vamos por el lugar correcto.
Más adelante, llegamos al collado de Picorbillo. Aquí observamos al Curavacas casi en su plenitud. Impresionante e imponente montaña.
Ahora, giramos a la derecha, y nos disponemos a ascender una serie de largos repechos, cada cual más duro y complejo que el anterior.
El hecho de tener que subir empinadísimas rampas, llegar a la parte alta, y ver que tienes que subir otra repecho, y otro, que no ves el final, desmoraliza bastante.
Avanzamos en todo momento a la par de una alambrada, al principio por el lado derecho, pero luego hay que cruzarlo, pasando por debajo de los alambres (no pinchan, así que se puede tocar y subirlas para tener mas espacio para pasar) y luego seguir por la izquierda. Si se cuenta el número de veces que hay que superar este tipo de obstáculos para llegar a la cima, en total lo atravesamos hasta en 3 ocasiones.
Cada vez ganamos altura con mayor rapidez, a la par que el terreno se vuelve más pedregoso. El calor aprieta, nuestras fuerzas aminoran, y el grupo se descuelga cada vez más. Que manera de sufrir. Al menos, en el último de los repechos la pendiente se suaviza un poco.
Finalmente, alcanzamos la cima del Pico Lezna (2208m). Que maravilla de vistas!! No conozco la inmensa mayoría de picos que se observan, pero si que distingo las mayores elevaciones de los montes Palentinos: el vecino monte Pumar, el Peña Prieta y el Curavacas (desconozco si se puede ver también el Espigüete, que fue mi primer 2000).
También se ve con claridad toda la vertiente Sur de los Picos de Europa, y un montón de montes pertenecientes a Cantabria y Palencia.
Aquí nos detenemos un buen rato para reagruparnos, descansar y comer algo. Una pena la numerosa presencia de bichos en la cumbre, que a mi al menos me agobiaron bastante.
Tras realizar la foto grupal, nos disponemos a iniciar el descenso al punto de partida, el pueblo de Lores.
Una opción interesante podría haber sido ir recto, por la cresta, y coronar el Pico Pumar, y de ahí bajar al valle herboso donde estaban los pastores. En nuestro caso, fuimos unos metros por la cresta, y después, giramos a la derecha.
Ladeamos una de las empinadas rampas cimeras del Lezna, por terreno que alterna la tierra, piedra y hierba. En todo momento hay que ir despacito y asegurando cada paso, porque es bastante sencillo patinar.
Volvemos a la parte alta del último repecho que ascendimos antes, pero esta vez, continuamos cuesta abajo por la izquierda, a través de una cómoda campa herbosa.
Después, encontramos otra alambrada, la pasamos, y seguimos bajando por un sendero de tierra, que luego pasa a ser de hierba. Delante, al frente, tenemos a la vista el gran valle herboso. A simple vista parece fácil llegar hasta allí pero, una vez mas, la trazada de los senderos aparecen y desaparecen con frecuencia. Además la presencia de matorrales era demasiado elevada, así que esto nos hizo dudar en varios momentos de por donde teníamos que ir.
Avanzamos a la par del curso de un arroyo (hoy seco, cuidado si ha llovido mucho recientemente), teniéndolo que cruzar en varias ocasiones. Como buenas cabras que somos, bajamos por múltiples direcciones, buscando cualquier hueco libre de vegetación donde pudiéramos andar con comodidad, cosa que no resultó fácil.
Finalmente, conseguimos llegar al gran valle herboso. Aquí ya avanzamos en llano, y disfrutamos de la presencia de numerosas vacas, y algún que otro zorro y ciervo. Dicen que por estos lares también hay osos...
Más adelante, llegamos a una borda. Aquí nos volvemos a reagrupar, y de paso, llenar las botellas a través de una manguera, gracias a la inmensa hospitalidad de los dueños del mismo.
Seguimos recto, siguiendo las marcas de vehículos que han pasado por aquí, pero realmente teníamos que volver a la pista inicial, ya que por este camino no íbamos bien.
Giramos a la izquierda, bajamos un pequeño repecho, cruzamos una cuarta y última alambrada, superamos un arroyo, y volvemos a ascender, para llegar ahora sí a la pista principal.
De aquí en adelante, la ruta no tiene ningún misterio. Sólo nos queda seguir la pista durante 6km, hasta llegar al pueblo de Lores y finalizar así esta dura, compleja pero preciosa ruta. Muy recomendable.
Dicho todo esto, yo os recomiendo hacer 2 cosas:
1-Subir y bajar por donde nosotros hemos subido, que es lo más parecido al teórico camino oficial (sin contar el desvío inicial fuera de pista).
2-Que miréis, comparéis y descarguéis tracks de otros usuarios que hayan ido hasta el final por las diferentes pistas principales, y de ahí seguir por los correspondientes senderos hasta la cima. De hacer esto probablemente la distancia total sea mayor, pero la dificultad también sería mas baja.
3-O si no, quien quiera aventura de la buena, y llegar al Pico Lezna de la manera más bestia, bonita y entretenida posible, éste es vuestro track.
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