Asturias. Luarca: Playa de Portizuelo - Molinos de Barcia

Un vasto territorio, el del concejo de Valdés, que a su inmensidad une un juego de contrastes y atractivos en un mundo de vaqueiros, esculpido entre montañas, valles y altas brañas, que sueñan con abrazar la mar, que se mece a pocos kilómetros de distancia. Y Luarca/Ḷḷuarca, su capital, es una apacible villa marinera, que fue un importante puerto pesquero desde la Edad Media, y que conserva muchos vestigios de ese glorioso pasado: antiguos barrios, los restos de una fortaleza, la Mesa de Mareantes y Navegantes, puentes con leyenda, o palacios y casas blasonadas. Por si esto fuera poco, vio nacer al Premio Nobel de Medicina, Severo Ochoa, y de él conserva muchos recuerdos.

Luarca/Ḷḷuarca es tan blanca que no parece atlántica. Además, es la única de toda Asturias flanqueada por dos miradores y dos capillas: la blanca, al este, y la de San Roque al oeste, y la que tiene el cementerio más bello de todo el Cantábrico. Por supuesto, los alrededores de la Villa Blanca son una fuente inagotable de gratos descubrimientos: uno de los botánicos más grandes y exóticos de toda Europa; un Parque a medio camino entre la Tierra y el Cosmos; un Cabo donde soplan los mejores vientos y se confeccionan los mejores pasteles de España; una romería asturiana al pie de un acantilado, o las más bellas playas para disfrutar de insólitos parajes, de baños de ensueño o de olas increíbles.

La ruta de hoy, sencilla y corta en cuanto a distancia a cubrir, une las dos bellas playas de esta localidad, la de Portizuelo y la de los Molinos de Barcia.

A la Playa de Portizuelo, primer punto que visitamos en nuestro track, se
baja desde la rasa costera, a través de un camino asfaltado desde la población de Barcia, resultando factible hacerlo en coche casi hasta la playa, aunque al final tocaría maniobrar para volver ya que el camino que llega a la playa no tiene salida.

Portizuelo es una playa de cantos de mucha energía No es una playa especialmente recomendable para el baño. Sí, en cambio, para disfrutar del paisaje, el olor a salitre, la paz… egún bajamos a la derecha (Este) tenemos los acantilados de Barcia, inicialmente desarrollados sobre pizarras (Pizarras de Luarca). En esta zona podemos disfrutar de la visión del llamado «Óleo Furao» (óleo por ser habitual encuentro de pintores, ahora de fotógrafos y furao que en asturiano significa agujereado). También se conoce más recientemente como la Máscara del Diablo o de Sauron…

Llegaremos a la playa de Los Molinos de Barcia. Son dos los arroyos que vierten sus aguas al Cantábrico : El Ricante y el Molino , pero es este segundo ubicado más al oeste el que presenta verdadero interés paisajístico. el cual de no saber con antelación de su existencia ya en media marea nos pasaría inadvertido por la imposibilidad de acercarnos a él si accedemos a esta playa por el lugar más idóneo que es por su sencillez a través de la vaguada del mencionado Ricante.
Su acceso se ejecuta, desde el punto que indica el track, a través de una ladera en pronunciado zigzag pero apto para todo tipo de personas por su sencillez y nula peligrosidad.

El regreso se realizará por el interior y así disfrutar del también hermoso paisaje costero ligeramente alejado de la costa.

Índice IBP de la ruta