Asturias. Senda costera de los Miradores
near El Pito, Asturias (España)
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Trail photos
Itinerary description
La relación del ser humano con el mar siempre ha sido muy estrecha y en esta ruta lo apreciamos desde el primer paso. Desde alguno de ellos, con buenos prismáticos, podemos observar el paso de las aves marinas, tanto de las residentes, en busca de comida o nido, como de las migratorias, como los alcatraces, con sus espectaculares picados al mar en busca de peces. Madreselvas y laureles nos acompañan en el camino, además de tojos y eucaliptos, entre los que encontramos alguna área recreativa, con vistas tanto a playas de piedra semi accesibles como al cabo Vidio, a Poniente, y al de Peñes, a Oriente.
Desde las playas de Aguilar, Xilo y de las Llanas, recorriendo los muchos miradores para contemplar el mar desde la ruta y hasta terminar (en el recorrido de ida) con la ermita de El Espíritu Santo en el mirador del mismo nombre, faro de San Esteban y los mismos cargaderos de mineral de San Esteban de Pravia, esta ruta nos va a deleitar los ojos por la inmensidad de las panorámicas que nos ofrece.
La ruta la iniciaremos desde Pito (Cudillero), próximos al palacio de la Quinta de Selgas. Discurriendo por carretera, atravesaremos la localidad de Aroncés. Desde ahí, siempre por carretera, tomaremos la que nos dirige a la Playa de Aguilar en continuo descenso. Una vez en la playa, observaremos el encanto de sus acantilados y cálida arena recorriendo su angosto paseo aledaño a la carretera.
Aquí se inicia la senda costera, a través de un panel indicativo junto a una pequeña área recreativa con parking que nos invita a recorrerla. En su recorrido hasta el mirador del Espíritu Santo pasaremos por las playas de Xilo o Veneiro, atravesaremos bosques de castaños y eucaliptos por una senda bien señalizada y a través de ella vamos accediendo a los distintos miradores, ascenderemos el alto de Las Llanas, bordearemos la playa de Cazonera para alcanzar en menos de un par de km el mirador de La Atalaya, penúltimo mirador de nuestro recorrido con bellísimas panorámicas a los acantilados. Y, en apenas un km, encontramos un área recreativa y, próxima a ella, la blanca ermita del Espíritu Santo y mirador, último de los miradores de nuestro recorrido. Desde este punto tenemos unas preciosas vistas de los acantilados, con la playa de los Quebrantos y la isla de Deva a la derecha y, a la izquierda, el Cabo Vidio.
Ahora nos toca la parte más cómoda, o complicada según el estado de nuestras rodillas: descender los casi 420 escalones que nos conducen desde la ermita hasta la rocosa cala del Garruncho que nos enfoca al faro. Al final del descenso, nos encontraremos con el panel indicativo de fin de la senda costera (o inicio, según desde donde se mire), frente a la desembocadura del río Nalón, en el mismo puerto de San Esteban. Merece la pena acercarse al faro para tener una mejor panorámica de los acantilados, de la inmensidad del Nalón en su desembocadura y de las vistas a la localidad de San Juan de la Arena al otro lado del río.
Desde el faro de San Esteban, acometeremos el tramos final de ida de la ruta recorriendo el hermoso paseo del puerto donde han sido restauradas las grandes grúas que allí se utilizaban para cargar los barcos en el pasado, cuando San Esteban era puerto minero y gozaba de gran esplendor.
Antes de acometer el track de vuelta por Muros de Nalón, decidimos hacer un alto en el camino ascendiendo casi 120 m, en un recorrido de 800 m de ida y los mismos de vuelta, entre escalones y frondoso bosque que nos llevará a un restaurante-parrilla-merendero con impresionantes vistas al pueblo, desembocadura y mar. Este alto se puede obviar aunque merece la pena realizarlo para tomar perspectiva de esta hermosa población.
Tras la comida, realizaremos ya los apenas 7 km de vuelta hasta nuestro punto de partida pasando por Muros de Nalón y recorriendo un tramos de unos 2 km del camino de Santiago por un frondoso bosque que nos dejará en el punto de partida, Palacio de la Quinta de Selgas en Pito, junto a Cudillero. Si hay tiempo, merece la pena la visita de este palacio así como de sus jardines.
Índice IBP de la ruta
Desde las playas de Aguilar, Xilo y de las Llanas, recorriendo los muchos miradores para contemplar el mar desde la ruta y hasta terminar (en el recorrido de ida) con la ermita de El Espíritu Santo en el mirador del mismo nombre, faro de San Esteban y los mismos cargaderos de mineral de San Esteban de Pravia, esta ruta nos va a deleitar los ojos por la inmensidad de las panorámicas que nos ofrece.
La ruta la iniciaremos desde Pito (Cudillero), próximos al palacio de la Quinta de Selgas. Discurriendo por carretera, atravesaremos la localidad de Aroncés. Desde ahí, siempre por carretera, tomaremos la que nos dirige a la Playa de Aguilar en continuo descenso. Una vez en la playa, observaremos el encanto de sus acantilados y cálida arena recorriendo su angosto paseo aledaño a la carretera.
Aquí se inicia la senda costera, a través de un panel indicativo junto a una pequeña área recreativa con parking que nos invita a recorrerla. En su recorrido hasta el mirador del Espíritu Santo pasaremos por las playas de Xilo o Veneiro, atravesaremos bosques de castaños y eucaliptos por una senda bien señalizada y a través de ella vamos accediendo a los distintos miradores, ascenderemos el alto de Las Llanas, bordearemos la playa de Cazonera para alcanzar en menos de un par de km el mirador de La Atalaya, penúltimo mirador de nuestro recorrido con bellísimas panorámicas a los acantilados. Y, en apenas un km, encontramos un área recreativa y, próxima a ella, la blanca ermita del Espíritu Santo y mirador, último de los miradores de nuestro recorrido. Desde este punto tenemos unas preciosas vistas de los acantilados, con la playa de los Quebrantos y la isla de Deva a la derecha y, a la izquierda, el Cabo Vidio.
Ahora nos toca la parte más cómoda, o complicada según el estado de nuestras rodillas: descender los casi 420 escalones que nos conducen desde la ermita hasta la rocosa cala del Garruncho que nos enfoca al faro. Al final del descenso, nos encontraremos con el panel indicativo de fin de la senda costera (o inicio, según desde donde se mire), frente a la desembocadura del río Nalón, en el mismo puerto de San Esteban. Merece la pena acercarse al faro para tener una mejor panorámica de los acantilados, de la inmensidad del Nalón en su desembocadura y de las vistas a la localidad de San Juan de la Arena al otro lado del río.
Desde el faro de San Esteban, acometeremos el tramos final de ida de la ruta recorriendo el hermoso paseo del puerto donde han sido restauradas las grandes grúas que allí se utilizaban para cargar los barcos en el pasado, cuando San Esteban era puerto minero y gozaba de gran esplendor.
Antes de acometer el track de vuelta por Muros de Nalón, decidimos hacer un alto en el camino ascendiendo casi 120 m, en un recorrido de 800 m de ida y los mismos de vuelta, entre escalones y frondoso bosque que nos llevará a un restaurante-parrilla-merendero con impresionantes vistas al pueblo, desembocadura y mar. Este alto se puede obviar aunque merece la pena realizarlo para tomar perspectiva de esta hermosa población.
Tras la comida, realizaremos ya los apenas 7 km de vuelta hasta nuestro punto de partida pasando por Muros de Nalón y recorriendo un tramos de unos 2 km del camino de Santiago por un frondoso bosque que nos dejará en el punto de partida, Palacio de la Quinta de Selgas en Pito, junto a Cudillero. Si hay tiempo, merece la pena la visita de este palacio así como de sus jardines.
Índice IBP de la ruta
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